Josep Sansano
O bien Eduardo Zaplana le hizo Ciudadanos en la Comunidad Valenciana a Albert Rivera o bien éste le concedió ese territorio a cambio de contactos en el mundo financiero y del Ibex. Lo cierto es que Ciudadanos en la Comunidad Valenciana no es otra cosa que el clon regresivo del PP de Eduardo Zaplana.
Eduardo Zaplana, el que llevó a la Comunidad Valenciana al desastre con sus obras megalómanas y faraónicas, presentó en sociedad a Albert Rivera en el Club Siglo XXI, en la etapa que fue presidente. Según diversas fuentes, surgió entre ambos una fuerte sintonía. Dos hombres de centro, admiradores de Adolfo Suárez, ambiciosos, superficiales y con las ideas muy claras respecto al funcionamiento de la casta a la que pertenecen y a la que se deben: Zaplana como directivo de Telefónica por mor de las puertas giratorias y Rivera abundantemente financiado.
Zaplana había perdido la batalla contra su heredero Francisco Camps y en esa guerra civil el zaplanismo andaba huérfano. Lo que se hizo, como cada vez más mostrando con más claridad los hechos, fue convertir a los zaplanistas en los supuestos regeneradores de Ciudadanos. Un puro carnaval político. No fue una casual entrada en goteo, sino una estrategia en grupo, una toma teledirigida y respaldada del poder.
El primer coordinador provincial de Valencia, Fernando Mut, era un destacado zaplanista, con feudo en Gandía. En Orihuela entraron en tropel las huestes de otra zaplanista, Pepa Ferrando. En Alcoi, otro, Jorge Sedano. En Benidorm, los seguidores de Gema Amor. En Elche, Emigdio Tormo, tan zaplanista que llegó a ser expulsado del PP siendo concejal, y Emilio Argüeso. En Elda, Francisco Sánchez, director del CEU de Elche, tras defenestrar al ganador de las primarias. El club del dátil.
No es extraño que José Joaquín Ripoll –el heredero de Zaplana en el feudo alicantino e imputado en el caso Brugal- haya presumido por Alicante de mandar en Ciudadanos.
Esa toma de la marca Ciudadanos en la franquicia levantina no ha estado exenta de problemas. El 11 de marzo de 2015, Fernando Mut tuvo que dimitir al ser imputado en el caso Innova: el desvío de 6 millones de euros desde un centro de innovación en Gandía.
A Carolina Punset le han hecho la vida imposible
El zaplanismo ha tomado la marca Ciudadanos con sentido de monopolio. De ahí los problemas surgidos con Carolina Punset, “a la que han hecho la vida imposible”, según fuentes de su entorno. O las maniobras para intentar hundir al diputado provincial de Alicante, Fernando Sepulcre. O la simple obsesión de que los cargos y los militantes no se reúnan ni se conozcan, porque los zaplanistas están organizados de las viejas batallas y no quieren corrientes ni contrapoderes, ni están dispuestos a colaborar con nadie.
“Es evidente que actúan con una clara impunidad, sintiéndose respaldados”, indican fuentes internas de Ciudadanos, para quienes la clave está “en la relación entre Eduardo Zaplana y Albert Rivera y las puertas que el primero le haya abierto en el Ibex”.
El zaplanismo ha clonado en la Comunidad Valenciana en Ciudadanos, con las malas formas de la vieja política. Como indica un exmilitante de Ciudadanos, “son los mismos que en los viejos tiempos pero con mucho menos estilo”. Es la segunda camada zaplanista, pero ya son viejos prematuros.
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