Enrique de Diego.
El objetivo de la timo vacunación es la eliminación del máximo de población posible. La timo vacunación masiva es una eliminación masiva, más que genocidio, todas las palabras se quedan cortas para el brutal crimen contra la Humanidad que se está perpetrando, y del que las decenas de miles, según los reportes oficiales de las agencias corruptas, y los centenares de miles asesinados por la timo vacuna, los que caen fulminados por la proteína Spike produciendo una enfermedad autoinmune terrible por el que el sistema inmunológico sitúa la corazón como enemigo.
Pienso en ese Joselillo, camionero, encontrado muerto en su cabina tres días después. En Elia Rodríguez, la locutora de Es Radio, que murió el día después de ser timo vacunada. En el párroco de Sevilla, de la parroquia de San Julián y Santa Mónica, Fernando Reyes Rico. En el conselleiro de Facenda de la Xunta de Galicia, Valeriano Martínez. En el caso de Diego, un discapacitado de Sagunto, que murió mientras dormía. En el cirujano plástico mexicano César Torres Rivero. En el joven de 17 años Sean Hartman, cuya pasión era el hockey sobre hielo, y su equipo le obligó a timo vacunarse, a inyectarse con el veneno de muerte. Tantas vidas destrozadas, a las que se ha cortado de raíz su trabajo profesional, su medio de vida, sus ilusiones, como ese jugador de la NBA, Brandon Goodwin, que ni puede entrenar, lleno de coágulos de sangre. O Ainoha Arteta. O esa bella mexicana, Alejandra Espinoza, presentadora de televisión, que se timo vacunó con Pfizer «por amor a ti», y hoy ha perdido la visión de un ojo y tiene paralizada media cara consecuencia de un derrame cerebral. Son algunas pocas caras de la multitud de víctimas de este genocidio cruel hecho en nombre de la salud e inyectando a traición un veneno mortal.
Es una voluntad sañuda de exterminio sin tener en cuenta sentimientos, expectativas y esperanzas. Lo peor está por venir, cuando los cuerpos con el sistema inmunológico destruido y no puedan hacer frente a una oleada infecciosa, de gripe, por ejemplo. Entonces la mortandad será exponencial y nos helará la sangre, sobre las dimensiones del genocidio, perpetrado por los globalistas, los Rockefeller, los Rotschild, por Bill Gates y George Soros, con Anthony Fauci, y sus peones en la criminal OMS, Tedros Adhanom, en la UE, Ursula von der Leyden, en la EMA, Emer Cooke. La rabia se hace incontenible ante los familiares que van a morir por la locura diabólica de unos pocos ayudados por los políticos corrompidos, por los medios de defecación comprados, por los médicos prostituidos, por el personal sanitario imbecilizado. Su responsabilidad es máxima. La gente ha ido engañada y manipulada a inyectarse el veneno de muerte, la timo vacuna del bio terrorismo que despoblará la tierra, por la codicia de los oscuros y sucios globalistas.
El objetivo es exterminar las laboriosas clases medias y provocar, mediante la ruptura de la cadena de mercado, la hambruna del mundo, para promover conflictos étnicos. Confluyen en ese designio exterminador varias líneas: exterminar la raza blanca, en la línea de George Soros, reducir la población, en la línea de Bill Gates, y esclavizar a los supervivientes, sueño tremendo de todos los globalistas. Debemos resistir, y en ese sentido la resistencia lo está haciendo muy bien, debemos salvar al mayor número de gente, y para eso hay que redoblar los esfuerzos en los antídotos, en el dióxido de cloro, porque les necesitamos. Precisamos que se salven el mayor número de gente para ajustar las cuentas con los criminales y para sobrevivir como sociedad. Debemos tener un nuevo comienzo, moral y de justicia, un grupo de gente ha acumulado demasiado dinero y lo ha utilizado para montar un genocidio descomunal; no hay que cansarse de decir la verdad, de luchar contra la tiranía que se pretende imponer. Eso debe cambiar. Hay que expropiar sus bienes.
Quieren exterminar las clases medias, el único grupo de gente en el que encuentran resistencia, al principio heroica, pero cada vez más levantisca. Hemos de ganar el futuro, para acabar con el relativismo, proscribir el aborto y todo el mal que se ha incubado en nuestras sociedades. Las clases medias tienen que imponerse y ganar esta guerra contra el enemigo exterior e interior. Cuento contigo.