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Losantos en cifras: Abocado al cierre

Redacción




Luis Bru.

El 16 de marzo de 2020 nos hacíamos la pregunta retórica de cuándo cerraría Losantos Libertad Digital SA y respondíamos: “Sí podemos hacernos una idea de cuánto durará: poco”. Losantos está abocado al cierre y no tiene salvación, por muchos incautos entren al timo de hacer donaciones, que Losantos debería haber tenido la decencia de no pedir.

De hecho, se puede decir que técnicamente Libertad Digital SA está quebrada y, como empresa, lo que nunca ha sido realmente, no tiene ningún futuro. Desde su puesta en marcha Libertad Digital SA ha sido una máquina de números rojos. Se ha financiado pasando la gorra a Luis Bárcenas, a Arturo Fernández y a los incautos fans de Losantos. Eso es más propio de una ONG de virtud frágil, que de una empresa. No ha hecho más que perder año tras año, con lo que tenía que haber cerrado hace tiempo. El año de mayor descalabro fue 2012 en el que las pérdidas se elevaron a 5.836.225,90, que no está nada mal para una empresa pequeña. Ahí, sin duda, se encuentra la nefasta gestión del inútil de Dieter Brandau con la televisión. «Palmamos muchísimo«, ha sintetizado en castizo Losantos.

En 2013 las pérdidas fueron de 1.075.725,67, que no es moco de pavo. En los años 2014 y 2015 se reflejaron unas ganancias mínimas, de 15.000 y 18.000 euros, que no me resultan creíbles; la única explicación lógica son los tejemanejes contables, de los que alguien tendrá que dar cuenta un día, esperemos que no sea en los juzgados. Esas ganancias presuntamente maquilladas eran necesarias para lanzar una ampliación de capitales para hooligans, con la treta de nuevos proyectos que nunca han existido. Mentira cochina.

En 2016, volvieron las pérdidas:  733.053 euros y en 2017:   302.519,37. Libertad Digital SA contabiliza como activos deudas de las otras empresas del Grupo por 3.589.466,75. No hay quien se crea que va a recuperar ni un euro de ese montante. Esas empresas no tienen prácticamente actividad por lo que las deudas son incobrables. Podría decirse que esas empresas no existen. Que hay un Grupo es una ficción: Cronos Producciones Multimedia SL (con 8 empleados), Libertad Digital Publicidad y Marketing SL (2 empleados), Libertad Digital TV (1 empleado). Alguien se ha estado haciendo trampas al solitario, en algo tan importante como la contabilidad. Es legítimo, a tenor de los datos, que Libertad Digital SA. tiene pérdidas no reconocidas –un agujero- de 3,6 millones.

Contabiliza activo por impuesto diferido: 2.987.546,39 euros. Es decir, afirma que la Agencia Tributaria le adeuda esa cantidad, que puede descontarse en caso de ganancias. ¿Cuándo? Es legítimo pensar que estamos ante otro activo ficticio y el agujero se nos va a 6,6 millones de euros. También arrastra un alto nivel de morosidad: contabiliza 2.285.586,01 en deudas a su favor por ventas y préstamos de servicios, Nos estamos situando en los 8,8 millones de posible agujero, según los expertos contables que me han asesorado en el análisis de las cuentas.

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Libertad Digital SA. no tiene cifra de negocio para afrontar ese agujero. Con la crisis del coronavirus menos, cuando a todos les ha bajado la publicidad en torno al 85%. Su estructura es demencial, propia de un demente manirroto. Supera los 5 millones de euros en gasto de personal. Aunque las pérdidas han sido constantes, no ha hecho otra cosa que aumentar el personal: de 98 empleados en 2011 a 144 en 2018. Lo que ya resulta incomprensible y entra dentro del terreno de lo esotérico es que ese sustancioso gasto en personal no impide que en subcontratación gaste 4.953.254,31. ¿En qué? Es un misterio. ¿Qué precisa subcontratar una pequeña radio local y un digital? ¿Se lo lleva alguien crudo?

Según la versión oficial de las cuentas de Libertad Digital SA, «nuestras pérdidas después de impuestos, no superarán los 100.000 euros». No es ese el criterio de la auditora, María José Canga Pérez, de Auditores y Censados Asociados SL, quien considera que las pérdidas puede elevarse por encima de los 3,3 millones de euros.

Según refleja en su Auditoría,»en el activo del Balance se mantiene registrado en el epígrafe de activos por impuesto diferido un crédito fiscal de ejercicios anteriores, por importe de 3.389 mil euros, cuya responsabilidad está sujeta a la generación de ganancias fiscales suficientes para permitir compensar las bases disponibles negativas existentes. Debido a la situación de pérdidas en que se encuentra la entidad, la contabilización de estos créditos fiscales no se ajusta a los principios y criterios contables del marco normativo de información financiera que le es de aplicación».

Por lo tanto, «el activo no corriente y el patrimonio neto del balance podrían estar sobrevalorados hasta un máximo de esa cantidad».

Tiene evidentes “agujeros negros” insalvables:

1.- Empresa muy personalizada: cualquier avatar relativo a Federico Jiménez Losantos la terminaría de hundir. Elevada edad, salud deficiente.

2.- Descapitalizada en cuanto a talento e iniciativa. Tendencia al amiguismo y la mediocridad, sin criterios racionales.

3.- Estructura inviable: La suma de gasto de personal más subcontratación es excesiva.

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4.- Mala gestión: A pesar de sus cuantiosas pérdidas, ha seguido aumentando personal. Precisaría un ERE brutal.

5.- Agujero por definir: la maraña contable creada entre las empresas del Grupo con préstamos contabilizados como activos ficticios, más el impuesto diferido y la alta morosidad, hacen que el agujero económico esté por definir.

6.- Posible delito de administración desleal en los gestores.

7.- Ausencia total de Plan de Empresa: Federico Jiménez Losantos habla de la comercialización de podcast, lo que ya se hace con ingresos mínimos

El Informe de Auditoría de Auditores y Censados Asociados SL relativo a 2018 recoge un hecho escandaloso: el trincón Losantos, con sus mariachis depreda a su empresa y meten la mano en la caja. En concreto, nos referimos a lo que cobraron en calidad de “servicios de los miembros del Consejo”, que representó la a todas luces elevada cifra de 966.244,32 euros, casi 1 millón de euros; en calidad de asistencia a los consejos figura una partida de sólo 5.400 euros. Esta depredación de la empresa por el núcleo dirigente también se dio en 2017: 949.774,32 euros.

Se trata de un grupo humano completamente afín a Losantos: Luis Herrero Tejedor Algar, Dieter Brandau Hevia, Emilia Landaluce Galbán, Análisis y Estudios Inmobiliarios SL, Javier Somalo Martín, Edificios Galem SL Representante: Arturo Alemán Gasco. Y el secretario: Luis Rodríguez Madrid.

Análisis y Estudios Inmobiliarios SL tiene como accionista a Miguel Rosa Morán. Se encuentra en concurso de acreedores; el administrador concursal es José María Lamo de Espinosa y Michels de Champourcin. Edificios Galem SL es una empresa familiar en la que figuran como administradoras María Amparo Gasco Jiménez e Isabel Gasco López, con Arturo Gasco Alemán como apoderado.

El funcionamiento sugiere un alto componente de relativismo moral, como en la aceptación de 400.000 euros en primera ampliación de accionistas financiados por la caja B del PP, pero también en la inversión del fallecido Francisco Hernando, el Pocero, obtenida mediante la intermediación de Eduardo Zaplana, hoy en prisión preventiva en la cárcel de Picassent. El Pocero parece haberse desprendido de sus acciones, como también Mauricio Toledano, hijo del que fuera presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, quien tuvo un puesto en el Consejo de Administración.

Con las cifras en la mano, Losantos está abocado al cierre. Como dice César Vidal, que no cobró ni cinco del Consejo de Administración de que era miembro, “Libertad Digital SA parece haberse convertido en el puerto de Arrebatacapas”.