Editorial.
Hemos venido diciendo desde Rambla Libre que Vox no podía aceptar, bajo ningún concepto, el acuerdo de gobierno entre PP y Ciudadanos, porque se plegaba a la ideología de género y está claramente a favor de la inmigración invasiva.
Vox ha pasado el Rubicón de la credibilidad. Su postura de que no avalará con sus votos el acuerdo de Gobierno entre Partido Popular y Ciudadanos en materia de la nefasta y destructiva ideología de género transmite el claro mensaje a la nación, a toda la sociedad, de que es un partido con principios -algo inédito en España- que hace honor a sus compromisos electorales, que no se vende por puestos y que no tiene ningún miedo a los anatemas de la tiranía mediática de la corrección política.
La ideología de género está destruyendo nuestra sociedad, está socavando sus valores básicos, y no se trata de debate menor sino nuclear. Por supuesto, con la postura de Vox morirán muchas menos mujeres, y más si se empieza a tener una política de inmigración de una vez en esta nación, porque un alto porcentaje de los asesinos son inmigrantes. Morirán muchas menos mujeres, porque morían menos antes de que se pusiera en marcha el negocio de la ideología de género en el que ya van dilapidados más de 65.000 millones de euros.
Pero es que la ideología de género utiliza a las mujeres como excusa para destruir las familias, despojar a los varones de la presunción de inocencia, quitar a los padres el derecho a educar a sus hijos para entregárselos al colectivo LGTBI u obligar a los niños a practicar «juegos eróticos» de los 0 a los 6 años, como establece el programa Skolae de la Comunidad de Navarra.
No sólo es que la oposición a esa nefasta y degradante ideología de género era un claro compromiso electoral de Vox, que incluso se manifestaba en la patente evidencia de que su candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, Francisco Serrano, ha sido precisamente víctima del clima totalitario de esa ideología garrula, es que Vox tiene toda la razón en la forma y en el fondo, y presta de esta manera un enorme servicio a la sociedad española trayendo el aire liberador de la verdad y la racionalidad.
A través de Vox se está manifestando la mayoría silenciosa española, esa que no es tenida en cuenta en los medios de comunicación, a la que no se da voz, a la que se trata de adoctrinar y demoler en sus valores y creencias, y de paso, siempre, se la saquea y se la arruina. Vox ha establecido ese mensaje de La España viva, que responde a una realidad revitalizadora. Los anatemas ya no sirven, no meten miedo a nadie, desacreditan a los que los profieren y sólo mueven tempestades en un vaso de agua.
No es extraño que en las encuestas Vox se vaya disparando paulatina y crecientemente. Al fin y al cabo, es como si hubiera dos partidos únicamente: Vox y todo lo demás. Vale aquí lo que comentó Víctor Hugo de que no hay nada más irresistible que una idea a la que le ha llegado su tiempo.
Con especial satisfacción y alegría vemos desde Rambla Libre este fenómeno emergente, con el nerviosismo parejo de este sistema enfangado en la corrupción moral, por cuanto Vox transita -en momento y tiempo oportunos- por las sendas que abrieron la Plataforma de las Clases Medias y el partido Regeneración, puestos en marcha por nuestro editor, Enrique de Diego, que pioneramente planteaba medidas como la eliminación de las autonomías o la ilegalización de los partidos separatistas, además de liberar a las clases medias del saqueo fiscal al que estaban siendo sometidas. Enrique de Diego y la Plataforma de las Clases Medias fueron los precursores.
Por fin, hay un partido con principios, que hace honor a sus compromisos y que quiere cambiar de verdad las cosas para el bien de todos. Ese partido es Vox y tiene abiertas todas las posibilidades porque es extremadamente necesario.
http://ramblalibre.com/2019/01/02/hay-que-erradicar-la-ideologia-de-genero-y-al-pp-y-a-ciudadanos/
http://ramblalibre.com/2019/01/01/pp-y-ciudadanos-han-pactado-en-andalucia-intensificar-la-ideologia-de-genero/