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A propósito de Chemnitz: La grosera manipulación del periodismo único

Redacción




Luis Bru.

Lo sucedido en Chemnitz es de suma importancia, es el despertar de Europa frente a la imposición de la corrección política, es el final de Ángela Merkel y del sistema tradicional de partidos, que es en el fondo el partido único con diversas siglas. Hay también un periodismo único: sólo hay un medio, una única versión, tanto de los hechos como de las interpretaciones, emitida desde medios que supuestamente tienen líneas muy distintas. La manipulación alcanza niveles groseros, estomagantes, y se está convirtiendo en una constante que los periodistas sean recibidos en toda Europa bajo el calificativo de “manipuladores”, y lo más grave es que se trata de una definición exacta.

El sábado, los ciudadanos de Chemnitz se echaron de nuevo a la calle para protestar por el asesinato de Daniel Hilling, un carpintero, a manos de un iraquí y de un sirio, de 22 y 23 años. Ahora ya sabemos que el iraquí debía estar fuera de Alemania, porque se rechazó su solicitud de asilo, pero en un desastre burocrático y policial se dejaron pasar los seis meses preceptivos  según Der Spiegel el iraquí –cosió a puñaladas, 35, a Daniel– utilizaba documentos con dos identidades falsas.

A la misma hora, las 17 horas, se convocó una contramanifestación apoyada por el SPD, Los Verdes y La Izquierda. El objetivo es provocar de forma que la prensa pueda titular con incidentes. A nadie se le permiten contramanifestaciones, que son una agresión al derecho de manifestación, pero para combatir a la extrema derecha, que curiosamente es la gente normal, todo es lícito.

Todos los medios utilizan un lenguaje común y una única visión. La Vanguardia publicó primero la crónica bélica prevista, con graves incidentes y cargando las tintas respecto a un supuesto florecimiento neonazi. Estaba tan lejos de la realidad que al día siguiente se ve obligado a ofrecer una complementa distinta sin dejar de manipular de la manera más clamorosa y abyecta: “Los ultras alemanes se blanquean” y añade que “evitan esta vez la simbología nazi”, pero nunca ha habido simbología nazi, así que se establece una imagen falsa. El “se blanquean” no es más que la descripción tergiversada de que quienes se han manifestado han sido la gente normal de Chemnitz, harta de que desde el 1 de enero asilados, que viven del contribuyente, hayan perpetrado 54 violaciones en Chemnitz, otras 6 no se ha determinado al agresor. Esto en una ciudad de 245.000 habitantes es una plaga. Del asesinato de Daniel dice La Vanguardia que fue tras un “altercado verbal”. Quiere dar la impresión de que fue una riña, pero 35 puñaladas es un ensañamiento salvaje.

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La Vanguardia cifra en 4.500 los asistentes a la manifestación de Alternativa para Alemania y Pegida y en 4.000 los de la contramanifestación. Y en 1.200 los policías. El número de policías sí debe ser verdad…

El Mundo cifra en 1.500 personas los asistentes a la contramanifestación bajo el lema “corazón en vez de odio” convocada por 70 organizaciones y por el SPD, Los Verdes y La Izquierda, casi más las siglas convocantes que los asistentes. Según la alcaldesa de Chemnitz, la socialdemócrata Barbara Ludwig, “hoy Sajonia y Chemnitz tienen que enviar el mensaje de que nos opondremos a los instigadores de la derecha con todos los recursos del Estado de Derecho”. Parece estar hablando de una minoría; nada más lejos de la realidad: Alternativa para Alemania obtuvo el 25% de los votos en las últimas elecciones.

Una de las consignas más repetidas por los manifestantes fue “somos el pueblo”. El Mundo reseña que “aunque no ha habido grandes altercados, la marcha ultra se ha encontrado con numerosos obstáculos causados por los contramanifestantes que han buscado en varias ocasiones bloquear el paso”. Es decir, que los únicos incidentes han sido los provocados por los contramanifestantes, como pudo verse con claridad en la retransmisión en directo.

Abc no se esfuerza mucho y pone la plantilla primera: “radicales de izquierda y de derecha se enfrentan”. Abc cambia la noticia que es la manifestación, la rebelión, y se sitúa en un cómodo centro. Habla de 11 heridos, que no se sabe de dónde se los saca. Reproduce la declaración clarificadora de un manifestante: “protestamos contra los refugiados y los políticos”. Los participantes en la manifestación los sitúa en 6.000; los contramanifestantes, “solamente unas decenas de personas”. Recordemos que La Vanguardia los llega a cifrar en 4.000. Como la situación está tan desbordada que Lars Klinbleil, secretario general del SPD, declara que “AfD debe ser vigilado por las autoridades de protección de la Constitución”. ¿Quién es el nazi realmente? Los socialdemócratas están viendo peligrar sus sueldos, en todas las encuestas caen en picado.

Abc quiere hacer méritos y llega a decir auténticas estulticias. Así refiere que una de las figuras centrales de la manifestación ha sido Björn Höcke, líder regional de Alternativa para Alemania, y señala que “incluso se hacían fotos con él en gestos de culto al líder regional”. Vamos, que ahora hacerse selfies es una forma de culto a la personalidad y nadie se los hace, por ejemplo, con Ángela Merkel.

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Publico y El Diario han dejado sus crónicas hechas porque el sábado hay menos gente en la redacción, así que ni los titulares ni los textos tienen nada que ver con la realidad, pero se han preocupado de que sus amos vean que han mantenido el fuego sagrado de la ideología única. Público titula “tensión máxima por una marcha neonazi en Alemania”. La tensión ha sido mínima y la marcha no ha sido neonazi, pero vale para indigentes mentales. De hecho, en la crónica se afirma que “un gran despliegue policial impidió que los sectores más violentos de la marcha racista y de las contramanifestaciones chocaran de forma abierta”. Entonces, si no ha pasado nada, ¿por qué se titula con tensión máxima?

El Diario titula que “las manifestaciones de Chemnitz enfrentan a Alemania a la realidad del aumento de la xenofobia” y dice que “la ultraderecha manipula un apuñalamiento en una ciudad del Este para intentar equiparar a los refugiados con la violencia”. ¿En qué sentido manipula? El asesinato existe, con 35 puñaladas, como la plaga de violaciones, hacia las que El Diario no demuestra sensibilidad alguna. El Diario cuela el mantra de que los delitos han bajado, lo cual es una media verdad, la peor de las mentiras. Esto ya lo ha demolido en Rambla Libre José Donís Catalá. El Diario trata de ser condescendiente y reseña que “el 30% de los delitos fueron cometidos por extranjeros”. ¿Se han vuelto locos estos manipuladores? ¿Cuándo, en la historia de la Humanidad, se ha permitido que llegasen extranjeros para delinquir? Los españoles cuando emigraban a Alemania no delinquían, trabajaban. Si hubieran delinquido, los hubieran expulsados a todos.

Lo de El País ya es de alucinación y vergüenza: «Una marcha por la tolerancia planta cara a la ultraderecha en el Este de Alemania» y luego, tras ese tono falsamente heroico, dice que fueron «cientos de manifestantes«, muy pocos para cubrir todo el Este de Alemania.