Tom Ozimek.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha declarado un día de luto nacional tras la detención de los cuatro presuntos terroristas implicados en el mortal atentado contra una sala de conciertos de Moscú, en el que murieron 133 personas.
“Declaro el 24 de marzo día de luto nacional”, dijo el presidente Putin en un discurso televisado a la nación el 23 de marzo, en sus primeras declaraciones públicas desde el ataque en la sala Crocus de Moscú, que calificó de “acto terrorista sangriento y bárbaro”.
El Comité de Investigación ruso proporcionó el sábado información actualizada sobre el número de muertos.
“Mientras se retiraban los escombros en la sala de conciertos del Ayuntamiento de Crocus, el número de personas muertas en el atentado terrorista ha aumentado a 133. La operación de búsqueda está en curso. La operación de búsqueda está en marcha”, declaró el comité en un comunicado, según el medio estatal ruso Tass.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) dijo en un comunicado el sábado que un total de 11 personas han sido detenidas en relación con el incidente, “incluidos cuatro terroristas, que participaron directamente en el ataque terrorista”.
El FSB dijo que ha determinado que el atentado fue “cuidadosamente planeado” y que los terroristas habían colocado las armas que utilizaron en un escondite con antelación.
“Se está trabajando para identificar a los cómplices terroristas y establecer todas las circunstancias del atentado”, declaró el FSB.
El atentado del viernes se produjo unas dos semanas después de que los países occidentales, incluido Estados Unidos, emitieran advertencias terroristas y dijeran a sus ciudadanos que no asistieran a ninguna reunión pública en Rusia.
El presidente Putin desestimó las advertencias de las embajadas occidentales calificándolas de “provocación”.
“La embajada está siguiendo los informes de que los extremistas tienen planes inminentes de atentar contra grandes concentraciones en Moscú, entre ellas conciertos, y se debe aconsejar a los ciudadanos estadounidenses que eviten las grandes concentraciones en las próximas 48 horas”, declaró la embajada de Estados Unidos en Rusia en una alerta del 7 de marzo.
Juego de culpas
El presidente ruso dijo en su discurso televisado que los atacantes intentaron cruzar la frontera con Ucrania, que, según él, intentó crear una “buena oportunidad” para ayudarlos a escapar.
“Intentaron esconderse y se dirigieron hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, se les preparó una buena oportunidad en el lado ucraniano para cruzar la frontera estatal”, dijo.
El FSB dijo que los atacantes tenían contactos en Ucrania y fueron capturados cerca de la frontera.
Ucrania ha negado cualquier implicación y ha acusado al Kremlin de explotar el ataque para suscitar el apoyo interno a su esfuerzo bélico.
Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, ha negado cualquier implicación.
“Ucrania nunca ha recurrido al uso de métodos terroristas”, dijo en un posteo en X, antes Twitter. “Todo en esta guerra se decidirá únicamente en el campo de batalla”.
Sostuvo que Moscú utilizaría el atentado para avivar el fervor por su esfuerzo bélico contra Kiev.
“No cabe la menor duda de que los sucesos de los suburbios de Moscú contribuirán a un fuerte aumento de la propaganda militar, a la aceleración de la militarización, a la ampliación de la movilización y, en última instancia, a la intensificación de la guerra”, afirmó en el posteo. “Y también para justificar manifiestos ataques genocidas contra la población civil de Ucrania”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania también negó que el país estuviera implicado y acusó a Moscú de utilizar el ataque para tratar de conseguir apoyo para su esfuerzo bélico.
“Consideramos que tales acusaciones son una provocación planeada por el Kremlin para alimentar aún más la histeria antiucraniana en la sociedad rusa, crear las condiciones para una mayor movilización de los ciudadanos rusos para participar en la agresión criminal contra nuestro país y desacreditar a Ucrania ante la comunidad internacional”, declaró el ministerio en un comunicado.
ISIS se atribuye la responsabilidad
La rama afgana del grupo Estado Islámico se reivindicó la autoría del atentado en un comunicado posteado en las redes sociales.
Un funcionario de los servicios de inteligencia estadounidenses dijo a The Associated Press que las agencias estadounidenses habían confirmado que el grupo era responsable del atentado.
Uno de los hombres detenidos como sospechoso de participar en el atentado dijo que le prometieron una recompensa de unos 5400 dólares por participar, según un video posteado en el canal de Telegram de un redactor de la televisión estatal rusa.
Varios videos difundidos en las redes sociales mostraban a personas detenidas e interrogadas en relación con el atentado, que también causó numerosos heridos.
El atentado tuvo lugar cuando estaba prevista la actuación de una banda de rock de la era soviética.
Varios videos que circularon por las redes sociales mostraban a terroristas camuflados abriendo fuego con armas automáticas contra los asistentes al concierto.
El Comité de Investigación de Rusia declaró que algunas personas murieron por heridas de bala y otras en un enorme incendio que se declaró en el complejo.
Algunos reportes indican que los terroristas prendieron el fuego utilizando gasolina de bidones que llevaban en la mochila.
El atentado se produce pocos días después de que el presidente Putin fuera reelegido para otro mandato de seis años en unas elecciones condenadas por muchos como arregladas.
Tras el atentado, la embajada de Estados Unidos en Rusia declaró en una alerta que los ciudadanos estadounidenses debían evitar la zona y estar atentos a las noticias de los medios de comunicación locales.
“La embajada de Estados Unidos en Moscú está horrorizada por los reportes procedentes del atentado terrorista en el Ayuntamiento Crocus de Moscú. Ofrecemos nuestras sinceras condolencias al pueblo ruso por las vidas perdidas y por los heridos en el atentado de esta noche”, declaró la embajada estadounidense.