Enrique de Diego.
El Apocalipsis se está cumpliendo ante nuestros ojos día a día al milímetro. Se va a librar la gran batalla entre el Bien y el mal, entre los espíritus demoníacos y Cristo y sus fieles y leales, sus elegidos. Antes la imagen de la bestia «hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente, de modo que nadie pueda comprar ni vender si no tiene la marca o el nombre de la bestia». Se parece como dos gotas de agua a los planes de la bruja corrupta Ursula von der Leyen, Ursupfizer, y el coro de corruptos que son la satánica Unión Europea que piensa imponer, en su delirio, el pasaporte digital europeo, sin el que no se podrá comprar ni vender. Después del pasaporte covid fracasado y derribado por la resistencia, después de que el tarado genocida Bill Gates haya reconocido que el coronavirus tenía una mortalidad muy baja, sólo para los ancianos poco más que una gripe, estos diabólicos globalistas siguen con sus planes, aunque saben que no tienen ninguna posibilidad de salir adelante.
«Dios se acordó de la gran Babilonia y le hizo beber la copa de vino del furor de su ira». La gran Babilonia es el poder económico. «Combatirán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes. y con él llamados, elegidos y fieles». Dios vencerá y sus enemigos morderán el polvo. Es la hora de la elección. Yo ya he elegido: con Dios a muerte, con mi Padre amoroso, cueste lo que cueste. Del Señor de los ejércitos es la victoria. Han perdido ya, está claro, conviene que todos lo tengan claro, cuando fracasaron estrepitosamente en imponer la timo vacunación obligatoria del veneno de muerte. Desde ahí todo se les ha vuelto en contra, todo han sido fracasos y todo lo será: las ciudades-cárcel de 15 días, como han impuesto en Oxford, en la vieja Inglaterra que está en pie de guerra, como les quieren imponer a los canarios, tras décadas de acobardada desidia, pero despertarán y harán morder el polvo a sus enemigos, a los enemigos de Dios, la eliminación del dinero para pasar a entes etéreos, mientras la Banca se viene abajo con estrépito sobre sus cimientos delicuescentes.
Hay que aguantar y atacar cada vez con más fuerza y determinación, porque los pútridos y asquerosos globalistas han sido convocados a Argamedón, en 2024, donde serán derrotados por Cristo triunfante. No hay que dejar de batalla por dar, no hay que dejar esfuerzo por dar, hay que gastarse el alma en la Milicia de San Miguel. Los satánicos, enemigos de la especie humana, creatura de Dios, han traspasado, en su alocada osadía, todas las líneas rojas de su perdición. Ya se presiente la victoria, pero aún la brega será dura, muy dura; todo un mundo fracasa y hay una nueva tierra y un nuevo Cielo. Aún queda la batalla final. Será en 2024, Armaguedón, donde el enemigo será humillado y no habrá piedad. Entonces entonaremos cantos de victoria: gloria Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.
Cristo vence. Cristo impera.