Johana Fernández. Afectada por AstraZeneca y Pfizer. San Vicente del Raspeig, Alicante.
Martes 27 de diciembre, suena el teléfono a las 8:00h de la mañana, ¿Juana Fernández?, sí, soy yo, la llamamos de la Sala Polivalente del Hospital que tiene usted que ponerse el tratamiento de Rituximab, por si no lo recordaba ya que son las ocho. Como suelo hacer, llegar sobre las diez menos cuarto de la mañana para conciliar con mis hijos, muchas gracias por llamar. Y continúo preparando mi mochila…
Para mí es muy importante que la rutina siga dentro de lo que se pueda mantener. Por ello algo que si hago es cuadrar las citas de forma que altere lo menos posible la atención a mis hijos.
Durante el trayecto suelo hablar con mi hermano por teléfono, es el “bastón” que sujeta mis vivencias. “La distancia no se mide en kilómetros” …
Mi misma ropa de “batalla”, cojo el ascensor y antes de nada subo a reumatología a dejar un par de cajas de bombones, una para la enfermera que es un amor y siempre tiene esa sonrisa y muestras de cariño hacia a mí y otra es para la reumatóloga, quien acompaña mi proceso desde el debut y que es sumamente humana.
Después bajé a la segunda… de nuevo izquierda, izquierda al fondo, derecha al fondo… y una vez más… ¿tienes las pegatinas?… busco mi sillón, el mismo de siempre, preparo mis cosas para estar lo más cómoda posible para pasar una jornada como jornada laboral.
La sala está vacía, unos rayos de Sol se cuelan por la ventana, permanecí sola durante toda la jornada, en esta sala no vinieron más pacientes. Tampoco nadie en el 17 ni en el 18, asientos reservados para pacientes COVID.
El silencio fue el protagonista del día, el pensar, el sentir, las emociones a “flor de piel”. Estas horas siempre son especiales, son momentos en los que suelo tomar decisiones en mi vida, rumbo y dirección.
Hablaba por WhatsApp con una amiga de muchos años, le decía, esto es un submundo Lola, es una realidad paralela, es un lugar que pasa desapercibido por la humanidad sana, pero está ahí y siempre lo ha estado.
Cada hora suelo levantarme y caminar con la bomba y los sueros puestos, con el “árbol” como yo le llamo, camino de un lado a otro por ese pasillo que va desde la puerta de la sala a la puerta de salida del pasillo, camino una y otra vez, “yo puedo”, “yo soy sana”, esto es temporal y todo quedará en una experiencia.
Otro de mis objetivos en días como éste es retomar mi vida nada más salir del hospital, llegar a casa, ver a mis hijos y poder salir con la pequeña como si nada hubiera pasado… Ella ya sabe dónde voy, le transmití con amor dónde va mamá, que va a curar sus manos…
Días posteriores algo más cansada, momentos de euforia, de agotamiento, cambios de frío y calor varias veces en el mismo día son algunas de las cosas que suceden.
Quería denunciar públicamente como se las ha gastado Vivaz, una compañía de seguros médicos de Línea Directa a la que he pertenecido durante varios años… He debutado con ellos y la subida de la cuota mensual ascendía a 180 euros, cuando pregunté en el departamento de calidad a qué se debía esta subida tan abismal teniendo en cuenta que NO he hecho uso apenas del seguro privado este año que nos deja 2022 y la contestación fue la siguiente: – por previsión de gasto a futuro. Me quedé de una pieza teniendo en cuenta que, por las características de la patología, lo lleva el Hospital General de Alicante.
Empiezo el año 2023 con el “cuentakilómetros” a cero, con la mochila bastante descargada para poder reconstruir cimientos caídos mientras queden ladrillos enteros bajos los escombros. Porque se han caído muchas estructuras a mi alrededor, esto ha arrasado literalmente con sueños, planes, y toca cambiar la hoja de ruta. Pero resiliencia, antes era solo una palabra que sabía su significado de forma superficial, ahora es mi estilo de vida.
El colmo cuando leo: “El Estado indemnizará “con discreción” aquellas personas con efectos graves de la vacuna de la covid-19” … Tan sólo un 2% de los afectados han reclamado una indemnización.
¿Qué significa con discreción? Vaya, lo del 2% tantas veces que lo he manifestado, pero, ¿y los hospitales? ¿y los médicos? ¿cuál es el % de reportes que están haciendo de pacientes de adversos por la mal llamada vacuna?
La ministra de Sanidad Carolina Darias convoca de urgencia una rueda de prensa ante el aumento de casos por COVID en China, ¿nuevas restricciones? ¿ya no sirven las infinitas dosis de refuerzo? ¿siguen poniendo el brazo para la quinta a pesar de este “blanco y en botella” con bombo y platillo?
Estos días he leído un poema … y… es que esto, no va solo de “vacunas” …
Esta poesía de José de Espronceda (Almendralejo 1808-Madrid 1842) retrata un momento de la historia idéntico al actual.
Oigo, patria, tu aflicción,
y no entiendo por qué callas,
viendo a traidores canallas
despedazar la nación.
Dando a un ingrato felón
estúpidas concesiones,
están haciendo jirones
esta tierra milenaria,
de gente, ayer solidaria,
y hoy podrida de ambiciones.
Lloras, porque te engañaron
los que lealtad prometieron,
los mismos que te aplaudieron,
y la Ley corroboraron.
Alevosos, traicioneros,
bellacos y desleales,
la convivencia entre iguales
rompen con su felonía,
y han de acabar la porfía,
en inmundos cenagales.
Buscando solo engañar,
distorsionaron la historia
para turbar la memoria
de las gentes del lugar.
Anhelantes por medrar,
con su estúpida insolencia,
rompieron la convivencia
entre familias y amigos;
requiere firme castigo
su ruin malevolencia.
Un tipo poco honorable
quiso imponer sus ideas
con maneras maniqueas,
fraudulentas, miserables,
arteras y despreciables.
Medio milenio hermanados
no lo separa un tarado
dirigente provinciano,
por mucho discurso vano
que largue desde su estrado.
¡Basta! Gritó el pueblo fiel
por toda la piel de toro.
¡Basta! Clamaron a coro
los españoles de bien.
¡Basta! Poned pie en pared
a tanta provocación
y cortad la humillación
de estos cuatro hijos de perra,
¡No se trocea esta tierra,
somos una gran nación!