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Los patronos sitúan la inoperancia de Helena Bazán como la causa de no haber puesto en marcha la Fundación para difundir el pensamiento de Trevijano

Redacción




Enrique de Diego.

Hace más de cinco años y ocho meses desde que falleció don Antonio García Trevijano, el 28 de febrero de 2018, y aún no se ha puesto en marcha la Fundación, para la que su herencia contempla la dotación de su ingente patrimonio. Los que iban a ser patronos, indicados por don Antonio en su testamento, nada saben de una Fundación que sería fundamental y culpan de ello a la inoperancia de la que fuera su secretaria personal Helena Bazán, que iba a ser su presidenta.

Los patronos contactados por Rambla Libre desconocen los planes de Helena Bazán. «No nos llama para saber a qué atenernos», señala uno de estos patronos. «No sabemos nada, ni tan siquiera si se ha hecho inventario de los bienes, ni que suceda con la mansión en Somosaguas que sería la sede de la Fundación», comenta otro. Un tercero dice que «Helena Bazán se ha mostrado totalmente inoperante e absolutamente incapaz de desatascar el problema. Por ejemplo, podía haber negociado con los hijos».

Imagen de la fachada de la casa de Don Antonio García Trevijano.

Lo cierto es que esa Fundación, en aras a la difusión del pensamiento de la república constitucional, sería en el momento actual importante y urgente, en un tiempo en que la Humanidad sufre un ataque directo del globalismo y se encuentra sin representación democrática para el que sería fundamental como antídoto la República Constitucional, tal como la perfeccionó don Antonio. Lamentablemente, la Fundación no está constituida ni se sabe si los estará algún día.

Helena Bazán, un personaje público que no se reconoce

La jurisprudencia indubitable del Tribunal Supremo y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos establece que no es preciso informar sobre la verdad de los hechos, sino con fundamento de la veracidad, máxime en el caso de personaje público como es el caso, pues Helena Bazán Moreno era secretaria personal de Dos Antonio García Trevijano, en su función política de su propuesta de la República Constitucional, aparece en el testamento de Don Antonio como presidenta de una Fundación, que no se ha constituido, para difundir su pensamiento político. En tal calidad, hace declaraciones a la prensa.

De todas esas fuentes, se deduce que Helena Bazán se mantiene en la mansión de Don Antonio García Trevijano sin ningún título para ello. Es más, el hijo de Don Antonio; Juan Diego habla de que don Antonio funcionaba a través de una cuenta de Helena Bazán y que se vendió un cuadro, un Cranach por 800.000 mil euros.

Helena Bazán se mantuvo un año en la mansión de Somosaguas que califica como «su hogar»

Helena Bazán en el año que se mantiene como residente de lo que llama en la querella su “hogar”, en la mansión de Somosaguas, ha de hacer frente a cuantiosos gastos, ya en seguridad privada entre 40.000 y 60.000 euros mensuales. El propio albacea Marcos Peña Molina afirma que se han vendido bienes para hacer frente a los litigios de la herencia.

La ausencia de inventario es destacada por el albacea, dimisionario, Marcos Peña Molina, por culpa de los conflictos generados por Helena Bazán. Al no haber inventario de los bienes, lo que hace el expolio posible. En El Mundo se lee: “José Papí y Roberto Centeno denuncian la tardanza en inventariar los bienes de García-Trevijano. Según ellos, nadie puede asegurar que no se hayan sustraído cosas del pensador. «Se está haciendo el inventario porque los bienes no se pueden valorar a la ligera», defiende Marcos Peña”. No tengo noción de que Helena Bazán haya presentado querella contra José Papí y Roberto Centeno.

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«Me voy a quedar hasta que se cumpla su última voluntad»…y cinco años después todavía no se ha cumplido

Refleja una posibilidad lógica manifestada en idéntico sentido por el albacea Marcos Peña Molina, y por dos patronos de la non nata Fundación de la que iba ser presidenta Helena Bazán, y que ni siquiera ha convocado. De hecho, cuando se presentan los hijos a tomar posesión, Helena Bazán llama a la policía y se queda vivir en la mansión, sin título ninguno. Como señala la publicación Vanityfair el 15 de febrero de 2019: “Helena no figura como legataria ni beneficiaria”. De nuevo se lee en El Mundo: “Algo con lo que no está de acuerdo ni el albacea ni los hijos ni José Papí y Roberto Centeno, otro de los amigos de Antonio. «Me voy a quedar en la casa hasta que se cumpla la última voluntad de don Antonio. De momento se ha puesto una alarma por seguridad, pero yo duermo allí para que nadie se lleve nada», explica a La Otra Crónica”. Tampoco el albacea Marcos Peña Molina, quien, prestigioso abogado, afirma que cuando esté constituida la Fundación puede asistir Helena Bazán en horarios de oficina. «Helena no puede estar allí en concepto de nada salvo para utilizar la casa como domicilio social de una fundación. Helena tiene que salir de la casa», zanja. «Cuando se constituya la fundación podrá utilizarla en horario de apertura de la misma«, asegura. Bazán, sin embargo, insiste en que no se va a marchar de la casa hasta que no haya, al menos, unas medidas cautelares”.

«Ante las presuntas irregularidades y la desastrosa gestión»…

En ese sentido, el catedrático de Economía de la Universidad Politécnica de Madrid, Roberto Centeno, en artículo publicado en Rambla Libre con fecha 4 de septiembre de 2018, con el significativo título de «Contra la prostitución del legado de don Antonio García Trevijano», afirma que: «Ante las presuntas irregularidades y la desastrosa gestión que se está produciendo con la conservación y la difusión del mensaje y la obra de mi amigo y maestro Antonio García Trevijano, el más grande pensador político español de todo el s XX, y las dudas razonables que suscitan determinados comportamientos, algunos tan extraños e inverosímiles como el de que una persona esté transfiriendo cientos de miles de euros al MCRC, una asociación completamente muerta cuya contribución a la difusión de su pensamiento es básicamente cero, desde que en un auténtico golpe de mano fueron apartadas de la misma las personas más capaces, y comprometidas con las ideas y la obra del maestro».

«Por ello, lo que quiero dejar claro, es que como patronos de la Fundación hoy en vías de constitución, que según voluntad expresada repetidamente por Don Antonio debe ser el vehículo exclusivo de la transmisión y difusión de su pensamiento político en Hispanoamérica y en España, no vamos a retroceder ni a permitir que se prostituya lo más mínimo el mensaje y la obra de Don Antonio en base a intereses personales, espureos y mezquinos».

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En el último párrafo se apunta directamente a Helena Bazán como la responsable de lo que ocurre: «Tengo que decir que me causa una profunda tristeza el que una persona que durante tanto tiempo fue leal colaboradora de Don Antonio como asistente suya, Elena Bazán, haya permitido el golpe de mano que se fraguó para decapitar al legítimo presidente Don José Papi, que fue nombrado como tal por Don Antonio. Con ello quiero decir que voy a poner a disposición de la defensa de la memoria de Don Antonio, todo mi esfuerzo para que su legado y obra sean honrados y conocidos tanto en España como en Hispanoamérica».

En El Mundo se lee: “El economista Roberto Centeno sospecha de la gestión de las últimas voluntades del jurista tras su muerte. Entre otras cosas por Bazán. En el testamento, el jurista pide que se convierta en la presidenta de su fundación y que Papí y Centeno actúen como patronos junto a 19 personas. Bazán sabía que ese era el deseo de García-Trevijano, ya que le acompañó a depositar el texto en una notaría”.

Antonio García Trevijano, en su casa.

«Para dárselo todo a Helena Bazán, con la que mantenía una relación íntima»

También la contundente afirmación de Juan Diego, hijo de Don Antonio, nunca desmentido por Helena Bazán, en el diario La Razón, publicado el 12 de diciembre de 2020, en el que hace mención a la venta de un cuadro representación de Lutero: «La fundación era una idea de mi padre para dárselo todo a Helena Bazán, con la que mantenía una relación íntima. Pero no se puede hacer una fundación sin propósito ni dinero. Ella lo gestionaba todo, porque mi padre estaba acostumbrado a tener administradores. El dinero que entraba lo hacía a través de una cuenta de Helena y desde ahí lo movía, y yo creo que dinero tenía que haber porque se llegó a vender un Cranach por 800.000 euros».

Cuadro de Cranach que fue vendido, según un hijo de don Antonio.

«Lo que Helena cocina con la pasta del maestro»

A eso hace referencia Jesús Murciego, miembro del MCRC y cofundador de Demos, cuando afirma que los miembros del MCRC «no saben de los intereses que hay detrás, dinero libros y cuadros» y cuando dice «ignorantes de lo que Helena cocina con la pasta del maestro».

En un reportaje en La Razón, publicado el 12 de diciembre de 2020, titulado “La última disputa por la herencia de García-Trevijano”, Marcos Peña confirma estas ventas: «Sí, es cierto que se han vendido otros bienes para hacer frente a la liquidez necesaria que conlleva la herencia y otros gastos, aunque yo ya me he desvinculado de este tema. Hay un conflicto jurídico bastante importante sobre la repartición de los bienes y la reclamación de los hijos».