Enrique de Diego.
No fue precisamente un remake de «Noche en la Ópera» de los hermanos Marx. No hubo nada de divertido o risueño. En Munich, los melómanos se pusieron de tiros largos para disfrutar de la Bayerinche Staatsoper con un concierto de Richard Strauss, al que en Baviera se le rinde culto. Dirigía un director de orquesta reputado, Stefan Seltesz, de origen húngaro, del viejo imperio de la Mitel Europa. Todo transcurría con normalidad y con el embeleso embrujador y mágico de Strauss, cuando las orquesta acometió los armónicos sones de «Die Schweigsame Fraud» (La mujer silenciosa) cuando cayó el director como un fardo, como abatido por un rayo, víctima propiciatoria de la REPENTINITIS de la vil timo vacuna, cuando la proteína Spike que se acopla en las células AD2, presentes en gran cantidad en el corazón, hace que el sistema inmunológico ataque al órgano al que considera un enemigo letal y se produce el colapso instantáneo, el óbito fulminante.
Se hace el silencio en la orquesta, los violines, hasta entonces alegres. enmudecen; algún grito de asombro; el público, atónito, se mantiene expectante. ¿Quién está preparado para asistir a la representación de la muerte en la Ópera? ¡Qué espectáculo tan aterrador! Alguien, con desesperación, pide un médico; entre el público se levant varios; ulular de sirena de ambulancia; los sanitarios entran raudos con la camilla; nada se puede hacer, la REPENTINITIS a causa de la timo vacuna es fulminante como un rayo jupiterino.
Francisco Poveda, buen amigo, magnífico periodista, uno de los últimos, vamos quedando pocos, comenta lo espeluznante de la escena y mil escenas semejantes, actores que mueren en la escena, futbolistas en el terreno de juega, ciclista en plena carrera…todo profesiones donde se timo vacunaros todos, apremiados por poder viajar y ganarse la vida, ¡y no se dan cuenta! «Los médicos tienen la culpa; ninguno dice que es por efecto adverso de la timo vacuna».
Me dice que puede ser que muera un director de orquesta en plena actuación pero hay tantos casos…En 46 años de vida profesional en primera línea de combate no recuerdo una noche de Ópera tan terrorífica, nadie se ha muerto haciendo sonar a Strauss, en otro caso, nadie iría para asistir a tan dantesco espectáculo.
Francisco Poveda, buen amigo, magnífico periodista, representante de una especie en peligro de extinción, editor de Murcia Confidencial y Alicante Confidencial, medios que le recomiendo, me dice que «la tercera está produciendo estragos mayúsculos, gente que no puede salir de casa porque no puede andar. El otro día me encontré a un vecino que casi no podía mover las dos piernas, las arrastra, fue a la playa y se creía morir. Era una persona sana, no estaba aquejado de ninguna dolencia y se timo vacunó con la dosis de refuerzo. «En las esquelas de Murcia todos los días sale alguno que ha muerto repentinamente de 5o y pico, de 40 y pico, de 3o y pocos. Lo curioso es no lo relacionan con la timo vacuna, y los médicos callan».
Me cuenta otro caso, extremo. Al lado en su plaza de párking, en un edificio aledaño, donde la compró hace algún tiempo, asistió a un espectáculo sorprendente. La plaza de al lado estaba repleta de alimentos ordenados con letras, «estaban las cosas de comer en cuarentena. La letra A eran los que se podían comer, la letra Z los que acaban de traer del supermercado y esperaban su tedioso turno. Es un matrimonio que va con dos mascarillas cada uno. Ella cree que está en la peste negra y ha abandonado el trabajo cara al público, se ha prejubilado. Él ha cerrado el negocio o lo ha vendido y también se ha jubilado. Llevan una vida zombi, están muertos».