Josep Sansano.
Vox ha tenido serios problemas con la timo-vacunación. Si bien muchos de sus representantes se han mostrado públicamente a favor del pinchazo de la muerte, la formación de Abascal ha procurado mantener una posición tibia al respecto, evitando mostrarse a favor, pero sin exhibir una postura claramente contraria, sabedores de que muchos de sus votantes no son partidarios de inocularse el veneno que la ONU está forzando a inyectarse a miles de personas so pena de perder la vida, el trabajo o la aceptación social.
Sin embargo, la comentada foto de Macarena Olona inyectándose la primera dosis, o las constantes polémicas desatadas por el Dr. Juan Luis Steegmann desde su twitter alentando a la vacunación forzosa, previo generoso patrocinio de Pfizer y Moderna, han ocasionado una sangría de votos, ante la cada vez mayor evidencia de que los de verde no sean más que disidencia controlada disfrazada de anti sistema.
El gabinete de crisis de Vox se ha visto forzado a tomar medidas como la comentada llamada de atención al dr. Steegman, imponiéndole virar 180 grados sus postulados oficiales, o a forzar a sus representantes autonómicos a anunciar recursos contra los pasaportes COVID en todas aquellas comunidades en las que se ha adoptado la discriminatoria medida, aunque nunca lleguen a presentarse (salvo en Andalucía, forzados por el probable adelanto electoral) con casos como el de la Comunidad Valenciana, donde se ha llegado al ridículo protagonizado por Ana Vega, portavoz del grupo en Les Corts, quien ha dado hasta 2 ruedas de prensa para anunciar la interposición del pertinente recurso, que a día 18 aún no se ha presentado ante el Consell (recordamos que la medida solo será efectiva hasta el día 30).
Ante la tibieza de su partido, y las medidas meramente cosméticas emprendidas por Vox, Santiago Abascal, como buen objetor de conciencia y vago profesional, ha encarado el caos sanitario nacional, el aplastamiento de las libertades públicas y los derechos fundamentales de todos los españoles de la forma más cobarde posible, escondiéndose del ojo mediático en Brasil a costa de unas vacaciones disfrazadas de no se qué cumbre para acabar con el comunismo internacional.
La actitud cobarde y esquiva de Abascal no es casual. Las polémicas COVID ya han desgastado al líder de Vox en varias ocasiones, entre las que destaca su choque con el pívot de Orihuela del Tremedal durante una entrevista-masaje en las ondas de EsRadio. En aquella ocasión, Jimenez Losantos inquirió a Abascal para conocer si se había vacunado, pero este esquivó la pregunta argumentando que creía en la libertad y en el derecho a preservar los datos médicos. La cruda realidad es que lo único que pretendía preservar eran los votos de aquellos que escuchaban atentos, preguntándose si el líder de la supuesta esperanza española estaba o no, en el ajo de las farmacéuticas junto con todos los demás partidos.
La cortina de humo del viaje a Brasil ha funcionado bien hasta ahora. Las páginas de papel cauché se han llenado de tiernas e intrascendentes fotos del querido líder con su mujer, la influencer Lidia Bedman, en calidad de corresponsal, hablando más de sus modelismos o de el presidente Bolsonaro posando con la camiseta de nuestra selección, que de cuestiones de verdadero interés nacional. Sin embargo, alguien del equipo de Vox calculó mal la jugada.
Santiago Abascal abandonó Barajas el día 10 de Diciembre, llegando a Brasil el día 11. Tan solo 24 horas después de aterrizar ya se fotografiaba con su segunda mujer por las calles de Brasilia. Las inocentes fotos del instagram de la influencer de barrio, inocuas a primera vista, revelan de forma inequívoca la realidad que el líder de Vox ha estado ocultando con esmero de Jiménez Losantos, de sus votantes y de España entera. SANTIAGO ABASCAL CONDE ESTÁ TIMO-VACUNADO DE COVID-19.
Estas conclusiones no son fortuitas. Páginas oficiales del gobierno de Brasil, así como otras de agencias de viajes que organizan vuelos y estancias desde España a Brasil, avisan en sus webs de las medidas sanitarias que todo viajero que visite el país sudamericano debe cumplir.
Estas son muy claras: Si se está vacunado, se podrá viajar y moverse por el país libremente, pero si no se está, será necesaria una cuarentena de 5 días, que como podemos ver por las fotos de la influencer, no se cumplió, arrojando como única conclusión que tanto ella, como su pareja, cumplían al dedillo con la primera condición.
Los hechos son irrefutables, las conclusiones les corresponden a ustedes, pero desde aquí, recomendamos a todos aquellos que aún claman aquello de “solo queda Vox” que empiecen a buscar un nuevo slogan para este 2022.