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Risto Mejide, el perfecto relativista, el perfecto gilipollas

Redacción




Luis Bru.

Risto Mejide es un mediocre en una televisión manipuladora de mediocres hecha para mediocres. Es el perfecto relativista, capaz de mantener posiciones contradictorias, en las antípodas, pero decirlas todas con el mismo dogmatismo y la misma seriedad impostada. Para dar un tono de ‘normalidad’ le dio por invitar a la petarda de Marta Flich a abrazar a todos los presentes en el programa, verduras de las eras manriqueñas, escoria social, que aplauden cuando el realizador se lo manda, cuando había un infectado de coronavirus, para desdramatizar, y ahora se dedica a emprenderla con los no timovacunados y se pregunta con macarra chulería «¿qué hacemos con ellos?». ¿Qué hacemos contigo, soplagaitas?

Total que Risto Mejide chufla por donde le vienen el aire, por donde le indican sus jefes como lacayo adiestrado. Entonces, no había consigna y ahora toca arremeter contra los no timo vacunados. Mucho arroz para tan poco pollo, pero de algo hay que vivir y navegar en yate.

El tonto del culo, que no sabe por donde le da el aire, y como buen estúpido relativista le da de patadas a la lógica, dice que los timo vacunados se contagian. No, hombre no, que los timo vacunados están inmunizados así que no tienen que temer. Claro, que las UCIS está llenas de timo vacunados, aunque toque decir lo contrario a las órdenes de Black Rock y de Pfizer, y las funerarias de REPENTINITIS, de personas que caen fulminadas para siempre alcanzado su corazón por la proteína Spike, que él tiene metida en el cuerpo, que esto no se ha acabado para él. No es capaz de detectar que se sintió mal cuando le pusieron el segundo pinchazo de la Pfizer, y su compañera también, y se ha creído sus mentiras que son las mentiras del sistema, que aprieta el mando y ahí está el busto parlante de Risto diciendo una cosa y la contraria, según toque, manojo de contradicciones, con seriedad hierática de panolis. Así que entre los 20y los 40 años no se han timo vacunado el 24%. ¡Venga ya! Las estadísticas oficiales tienen la credibilidad por los suelos. Deben ser muchos más por el esfuerzo estéril que ponen, ni el intento de discriminar que quiere prohibir a los no timo vacunados subir al AVE, ¡A ver si se queda el AVE sin usuarios y caen de repentinitis los cuatro viajeros! Y los no timo vacunados no contagian, ¿vale? No son apestados, que te va a caer una querella por lo penal.

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Luego, están las ‘analistas’ de cámara, dos periodistas ajadas diciendo, en su ignorancia, las mentiras al uso y haciéndole los coros, como en las comedias griegas, al fauno Risto. Ana Pardo de Vega y Pilar García de la Granja, corruptelas, mujeres del poder de virtud frágil, que repiten como loros la lección aprendida: «prima siempre la salud pública». Pues por eso no nos timo vacunamos, precisamente por eso, so vestales manoseadas.

Total que hace una encuesta de calle, amañada, y le sale mal, con gentes defendiendo la libertad y una señora enviando a freír monas a la inquisidora de turno moviendo sus manitas con donaire estudiado. Queda en el aire la pregunta del señor provecto que se queja de «no nos dicen la verdad. Ni a usted tampoco se la dicen. ¿Por qué los que están vacunados la cogen otra vez?» Sócrates ha hablado. El sofista Risto no tiene respuesta. Hemos de suponer que los timo vacunados no se contagian, y «¿por qué los que están vacunados la cogen otra vez?» ¿No será que el contagio se produce por el pinchazo? Risto Mejide y compañera, he ahí la prueba.