Enrique de Diego.
Te recuerdo perfectamente mintiendo a mi y a mis oyentes, reiteradamente y con contumacia. Julio Ariza me indicaba que Alberto Núñez Feijoó tenía interés en participar en mi programa de radio, durante la campaña electoral. Yo no salía de mi asombro al escucharle decir que iba a respetar la libertad lingüística en la escuela y que cada familia eligiera el idioma en que su hijo quería estudiar. Lo mismo que defendía Galicia bilingüe de Gloria Lago, habitual en mi programa. Y tú Alberto, más falso que un Judas de plástico, fue ganar las elecciones y de lo dicho, nada. Todo lo contrario, te pusiste a imponer el gallego, porque a ti te va el autoritarismo. Has hecho siempre lo mismo: con los votos de la derecha, hacer políticas de izquierdas: a eso le llamas centro, estar centrado, cuando eres el más descentrado, eres un degenerado, una loca, corrompiendo moralmente a la querida Galicia, a la sociedad gallega.
Tu locura ha llegado hasta el extremo, hasta revestir el nazismo de centrismo, con la ley Auschwitz, que tratas de reflotar aunque está parada en el Constitucional, porque tú eres una mezcla de Hitler y del Dr. Mengele. Así que ahora estás «preocupado porque el Gobierno informe de muertes por trombos cuando la mayoría de ciudadanos se inclina por una opción diferente a la suya. Exigimos TODA la información de TODAS las vacunas con inmediatez. Y que deje de convertir en política una cuestión que solo es científica». Hace tiempo que ha dejado de ser científica, la ciencia ha muerto en aras de la codicia de las farmacéuticas y de las mordidas de los políticos y de los sueños genocidas de los globalistas. No ensucies la ciencia, cabrón, que con el método prueba-error hubiera evitado la masacre de ancianos quemados sus pulmones en las UCIs de Galicia, como en el resto de España, con respiradores que se han llevado a todos a la tumba. Y ni te has dignado pedir perdón, sin escrúpulos, con esa cara de tonto que no puedes con ella. Manipulado a los gallegos como un asesino en serie, como un psicópata, para llevarles al matadero de las vacunas.
Gallegos, rebelaos. Os miente este bellaco. Las timo vacunas no os inmunizan de nada, os infectan, os generan trombos, infartos, que se silencian, porque hay mucho dinero en juego y mucha mierda genocida. Para eso que llamas vacunación, si te preocupa la salud, y la vida, de los gallegos y la ciencia, y no te preocupas sólo de ti, porque tendrás que dar cuenta de tus actos a Dios.
Para la vacunación, es el racional mensaje de la máxima autoridad en vacunas, Geert Vanden Bossche. Hay un angustioso llamado a que «cancelar las vacunaciones masivas debería ahora convertirse ahora en la emergencia sanitaria de interés internacional».
Por varios motivos, que afirma significativamente que «es de primero de vacunas» y todo el mundo lo puede entender:
- Nunca se ha hecho una vacunación masiva en plena pandemia, «no se debe usar una vacuna profiláctica en poblaciones expuestas a una alta presión infecciosa»
- Existen muchas posibilidades de que haya un «escape inmunológico», de hecho ya lo hay porque existen «múltiples variantes»
- El virus da una «respuesta adaptativa» en el sentido de volverse más infeccioso
- El virus desarrolla mutaciones con «resistencia viral a las vacunas»
- «La vacuna inhibe el sistema inmunológico mientras genera supercepas mortales»
Esta sencilla explicación genera que vamos a convertir «un virus inofensivo en un monstruo incalculable».
Y la Catedrática María José Martínez Albarracín: «La PATOGENIA es la manera en que la causa o causas, producen el síndrome covid. Por la última publicación aparecida en CIRCULATION RESEARCH se confirma lo que yo sospechaba: la causante de la patogenia es la Spike protein, no es necesario que actúe el virus SARS-CoV-2 completo. La Spike, al ser una proteína homóloga con las proteínas ENV de HERVS, es decir la envoltura de nuestros virus endógenos, pero alterada genéticamente, y concretamente con la sincitina de HERV-W, se comporta como un tóxico biológico (no olvidemos que las proteínas pueden ser grandes venenos) y de hecho su acción tóxica se concreta dañando las mitocondrias de las células que recubren los vasos sanguíneos, produciendo vasculitis y anoxia (falta de oxigeno), cambiando el perfil celular de respiración aerobia mitocondrial a glucolisis anaerobia fermentativa, lo que se comprueba en el enfermo covid por el aumento del enzima LDH.