Enrique de Diego.
No te tuvo Dios de su mano, no tienes demasiadas luces, aunque tuvieras buena voluntad, cuando al valorar los datos de las elecciones catalanas evacuaste tu opinión de que eran unos resultados malos para España. Mangarrán de los cojones, ¡son magníficos para la Patria! Se aproxima el fin del modelo político del que tú vives, en el que te has mal educado y llega pronto a su final, falso patriota, vividor del momio, en que Vox desaparecerá, debe desaparecer, va a desaparecer, con toda la patulea, insostenible, de parásitos, tú el primero, que chupáis del bote, vampiros que vivís de la sangre de las clases medias.
Bueno, has colocado a otros once y a los correspondientes asesores, que en Vox no perdonáis uno, ya sabes, por aquello tan cómodo de no estar en inferioridad de condiciones, y les tocara devolver los sueldos de que van a disfrutar y tú de lo cobrado y de lo presuntamente robado a manos llenas, con presuntas facturas falsas que te organiza Enrique Cabanas, y nos incautaremos de las sedes montadas con la presunta corrupción de Vicente González Coellho de Portugal, porque están edificadas con la sangre, el sudor, las lágrimas, el hambre y la miseria de tantos españoles laboriosos.
Te dije que te instalaras en Canarias si eres un patriota, pero te conozco y sé que eres un figurín de gimnasio, que fuiste una vez, cuando Ana Oramás dio la voz de alarma, y luego se ha callado, ella sabrá porqué, a hacerte selfies como una figura del rock y no a dar el callo y sudar la camiseta. Ya es demasiado tarde. Mira por donde, la auténtica reconquista de España, no empezará en Covadonga, sino en Las Canarias. A Cataluña sí, porque allí está la pasta, que es lo único que importa, que te importa, que ¡ibas a acabar con la subvenciones a los partidos hasta que te tocó cobrarlas y las autonomías había que acabar con ellas, como debe hacerse, y algunos defendíamos cuando tú eras diputado autonómico, hasta que te instalaste. Eres el puro sistema y tu partido es una escombrera, un vertedero de vividores de la política, que no haces otra cosa que mancillar la sagrada bandera de España enfundándote en ella para poder lucrarte. Todo es un circo y una farsa. ¡Si tienes unas ‘primarias’ que dan pena a los Comités Ejecutivos Provinciales que tiene que ganar siempre, sí o sí, la candidatura oficialista porque no puede entregar la llave de la caja, en cuya financiación sólo hay sapos y culebras!
Tú, Santiago Abascal, te irás por el sumidero de la historia con tu rellecito, tu estercolero de partido, cuando este pueblo recupere la dignidad, cuya hora esta próxima. Los resultados de Cataluña han sido muy buenos, magníficos para España. Ha ganado la abstención activa sin paliativos y España ha dado un paso de gigante.