AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Satanocracia: el contubernio mundialista y el Gobierno de la Bestia

José Antonio Bielsa Arbiol




¿Qué es el contubernio mundialista? ¿Cómo describirlo sin errar en demasía? Si intentáramos dar una definición en abstracto, pecaríamos de vaporosos al intentar explicar de qué se trata. Pero si en lugar de eso suministramos una copiosa lista de entes varios –sin delimitar sus pretendidas funciones aparentes–, cual inextricable totum revolutum, tal vez se entienda mejor a qué nos estamos refiriendo: Alibaba Group, Amnistía Internacional, Atresmedia, Banco Central Europeo, Bayer, BBC, B’nai B’rith, Bohemian Club, CBS, CFR, CIA, Cienciología, Club Bilderberg, Club de Roma, CNN, Comisión Trilateral, Compañía de Jesús (!), ESA, G-8, Goldman Sachs, Gran Logia Rockefeller 666, Grupo PRISA, Fundación Rockefeller, Greenpeace, Happy Science, Hollywood, Instituto Tavistock, Iglesia de la Eutanasia, Lucis Trust, Mesa Redonda de Industriales, MI6, Microsoft, Monsanto, Movimiento raeliano, NASA, News Corporation, NRO, NSA, ONU, Open Society, Oritel, OTAN, OTO, RIFA, RIIA, Shriner’s, Skull and Bones, Sociedad Fabiana, Sociedad Teosófica, SpaceX, Syngenta, Testigos de Jehová, The Walt Disney Company, Time Warner, Toyota, UE, Unicef, Viacom Inc., World Vision International, etc.

A esta retahíla de nombres, los más predecibles teóricos de la conspiración añadirán los nombres de los denominados Iluminatis satánicos, es decir las 13 familias/dinastías judío-sionistas: Astor, Bundy, Collins, DuPont, Freeman, Kennedy, Li, Onassis, Reynolds, Rockefeller, Rothschild, Russell y Marlborough.

Con independencia de sus presuntas e intercambiables direcciones ideológicas (izquierda versus derecha), todos estos entes laboran en la misma dirección: la Idea fija-666.

Y es que la cosificación de los “humanos recursos” emanada del satanismo materialista-marxista iba a traer consigo la instrumentaliza-ción/deshumanización de la persona, devenida aho-ra medio cuantificable.

Socavado el plan cristiano de salvación de las almas (en cuanto Populo Dei), pasó a ser impuesto subrepticiamente el odium Dei como nuevo credo de fe utilitario; el plan masónico de destrucción del alma humana conllevaba aparejada además la destrucción del cuerpo físico, en cuanto negación y base de un contra-Decálogo envenenado (que tiene en la Carta de la Tierra su plasmación más lograda); en palabras del P. Federico Highton: “Relativizar la Verdad; tiranizar a Dios; genocidar bebés (nacidos y no nacidos), deformes y abuelos con molestias; estatizar el Narcotráfico; mutilar y vender embriones; sacralizar la sodomía; soltar todo criminal; cambiar de sexo a los infantes; practicar el bestialismo en la vía pública; legalizar la pederastia. He aquí un Decálogo del Progresismo de Vanguardia, esto es, de la Moral Luciferina, culmen de la Modernidad, con la que nos piden dialogar”.

NO TE LO PIERDAS:   Descubre los 10 libros de historia de España que los "progres" no quieren que leas

La génesis de este proyecto es muy anterior a los Protocolos de los sabios de Sión. La tecnificación del cuerpo social ya fue advertida por el preclaro y genial Jacob Burckhardt (1818-1897), quien identificó esta nueva ordenación orgánica apelando a la “militarización” de la vida ordinaria; en una carta suya a Friedrich von Preen fechada el 26 de abril de 1872, escribe lo siguiente: “Lo militar va a convertirse en el modelo de la existencia (…). Lo más notable es lo que les va a pasar a los trabajadores; tengo un presentimiento, que a primera vista parece una locura, pero del que no consigo librarme: el Estado militar ha de convertirse en una gran fábrica. Esas aglomeraciones humanas en los grandes talleres no pueden quedar eternamente abandonadas a su miseria y a su avidez: lo que tendría que venir lógicamente es una cantidad determinada de miseria con avancement y en uniforme, vigilada, que comienza y acaba todos los días bajo el redoble de tambores. (Por supuesto, conozco la historia lo suficiente como para saber que las cosas no siempre suceden lógicamente)”. Estas intuiciones acertaban en el diagnóstico.

Y es que el gobierno de la Bestia no es tan sólo el gobierno único y cosificador del Anticristo-Estado: es la realización material del Paraíso infernal en la Tierra, la tiranía del 0,5% sobre el 99,5% restante. Este gobierno no es eventual posibilidad en un futurible impreciso, sino escenario realizable a remolque del curso de la Historia.

Pero detengamos un momento nuestra atención en el Anticristo… Ya era hora de decir algo sobre Él. Muchos nos han precedido, como el anglicano converso al catolicismo Robert Hugh Benson, en cuya eficaz distopía Señor del mundo bosquejó con perfección maestra los rasgos de éste, personificado en la figura del diabólico Julian Felsenburgh, especie de superhombre y Salvador negativo que profesaba un culto panteísta peor que ambiguo; remitimos al interesado necesitado de una funcional ilustración del Anticristo que se aproxime a esta novela, cuyas páginas encierran párrafos de gran verdad.

NO TE LO PIERDAS:   Almanzor, el traficante de esclavos

Más que hipótesis peregrina, la realidad del advenimiento del Anticristo no debería subestimarse, sino tomarse como asunto serio e inevitable. Mientras los candidatos no dejan de sucederse, mientras el mundo laicista ve frustradas sus tentativas de deificar al Fulano Definitivo, intento tras intento, los tecnócratas de la muerte van generando, –paso a paso– modelos políticos cada vez más persuasivos y atrayentes para las multitudes enajenadas que esperan el gran consuelo, no en el Cuerpo de Cristo, sino por medio de un hombre de carne y hueso como ellos, al que venerar, primero, y adorar, luego… Y entre tanto, el animal se afianza.

El hombre, cada día menos religioso, cada día menos hombre, se aproxima a paso de gigante a la caverna del simio. Y el simio emerge, a cada bostezo de alma que abdica, con lubricidad simiesca renovada. Sí: un simio late dentro de cada hombre posmoderno. En lo más profundo de su corazón, el hombre moderno alberga a ese simio retozante que reclama sus derechos bestiales: desenfreno, lujuria y avasallamiento. Y esto, ¿adónde conduce? A una Caída, a la más terrible de las caídas: he aquí el consabido e irrepresentable Gobierno de la Bestia, tramo final del Nuevo Orden.

José Antonio Bielsa Arbiol: Satanocracia: La destrucción del Viejo Orden Cristiano. Letras Inquietas (Agosto de 2020)

CLICKA AQUÍ PARA COMPRAR EL LIBRO EN AMAZON