En los últimos años, la Asociación Cultural Alfonso I se ha convertido en un referente para el patriotismo más combativo y comprometido de nuestro país. Prueba de ello, y a pesar de la crisis sanitaria del coronavirus y del furibundo ataque contra España y los españoles puesto en marcha por el ejecutivo socialcomunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (siguiendo, por supuesto, al dedillo el dictado de instancias superiores), son las últimas y exitosas concentraciones simultáneas organizadas por la citada organización en Santander y sus delegaciones de Logroño y Aranda de Duero (Burgos) bajo el lema «Ni trabajo ni libertad en vuestra nueva normalidad».
Atiende a RAMBLA LIBRE Sinforiano Bezanilla, conocido activista político de larga trayectoria que hace las veces de presidente de la asociación, además de militar como el primero de sus militantes.
¿Cuándo, quién y por qué se funda la Asociación Cultural Alfonso I?
Alfonso I se funda en el verano de 2011 después de una Asamblea del Frente Nacional en la que, tras las elecciones Autonómicas y Municipales en Cantabria y a la vista de los resultados obtenidos, se toma la decisión de abandonar la estrategia de partido y comenzar otra en el campo asociativo que se abriera principalmente al campo cultural y social sin dejar al margen el aspecto político. Tras aquella asamblea una parte del Frente no se sumó a la nueva estrategia pero su salida se vio compensada con la llegada de nuevo caudal humano en el que ha predominado la juventud.
¿Cómo está organizada la asociación? ¿Cuáles son sus principales ideas fuerza?
Las ideas fuerza son las mismas que pueden tener otras organizaciones de nuestro ámbito y que como siempre podríamos reducir en la defensa de la unidad de España así como de sus tradiciones e historia y la lucha por conseguir la auténtica justicia social de la que estamos hoy más lejos que nunca. La defensa de nuestra identidad como cuestión de supervivencia para el futuro es otro de nuestros principios irrenunciables que en un mundo que camina a marchas forzadas hacia la uniformidad del globalismo debe estar más presente que nunca.
En los últimos años, se han puesto en marcha a lo largo y ancho de la geografía nacional un buen número de asociaciones culturales y sociales de corte patriótico. ¿Está el modelo de partidos agotado o el objetivo último de las asociaciones es la creación de una base social y militante que dé lugar a una gran formación política?
El modelo de partido como le conocemos está agotado a día de hoy. Hay que ser realista y aprender de errores pasados. No es pecado equivocarse, sólo el que no hace nada no se equivoca; lo verdaderamente lamentable y censurable es caer siempre, una y otra vez, en los mismos errores.
Los partidos políticos patriotas no han tenido nunca la fuerza militante y económica para competir en las urnas con los partidos del sistema y han llevado a mucha gente al desencanto y abandono de la lucha. Por tanto se hace necesario crear una base social importante y comprometida que sea capaz de buscarse su lugar en la sociedad, que sea ejemplo y faro donde todos los desencantados con este sistema corrupto puedan encontrar acomodo. Esto supone un fuerte compromiso militante acompañado de un gran esfuerzo económico que debe ser sufragado con las aportaciones de cada militante o simpatizante y con los ingresos que el buen criterio y trabajo de los equipos dirigentes para capitalizar las organizaciones y acabar con lo que ha sido siempre uno de nuestros más endémicos males, la incapacidad que trae consigo nuestra “pobreza”.
En los últimos meses, la asociación se ha expandido más allá de Cantabria, con la apertura de delegaciones en Logroño y Aranda de Duero (Burgos). ¿Cómo ha sido este proceso?
Ha sido una labor de tiempo pero cuando se trata con la gente adecuada todo resulta más fácil. Siempre hemos evitado el crecer engañosamente, es decir, no buscar el crecimiento “mediático” sin nada o poco detrás. Logroño o Aranda no han querido formar organización propia, algo en que les habríamos ayudado de igual manera, sino formar parte de este proyecto. Desde Santander pedimos un grupo de gente para empezar consolidado y militante y un local adecuado a partir del cual desarrollar nuestra labor. En definitiva, proyectos serios y con posibilidades de continuación en el tiempo para lo que contarán siempre con nuestra ayuda.
Seguimos en conversaciones con patriotas de otras provincias valorando las posibilidades de que se unan a Alfonso I como lo han hecho los anteriormente citados.
¿Qué valoración hace la Asociación Cultural Alfonso I de la actual situación política, económica y social de España?
Vivimos en un caos absoluto fruto de cuarenta años de un régimen corrupto desde su nacimiento y que ya alcanza cotas de esperpento. Somos un estado descompuesto que ya no hace nación, donde los asesinos, los ignorantes, los que basan en la ruptura del propio estado su razón de ser y los trepadores han tenido el camino expedito para saquear las arcas públicas, para acabar con nuestro sistema productivo alcanzando cotas de desempleo y pobreza propias no de otros tiempos, sino de otras edades. Los rencorosos, los profesionales del odio, campan a sus anchas envenenando la convivencia y propiciando un pueblo enfrentado incapaz de ninguna acción meritoria o de acometer empresa alguna. Por ello somos también muy claros y directos en señalar al propio pueblo español o lo que de él queda como verdaderos responsables de nuestra situación. A nadie se le escapa que los españoles se han vuelto sumisos, ovejunos, acomodados, de un conformismo más que sospechoso.
¿Es la crisis sanitaria del coronavirus un marco de oportunidad para que el mensaje patriota llegue a la ciudadanía?
No especialmente. Drama por las víctimas propiciadas aparte, no deja de ser otro ejemplo de la incapacidad de la clase política para manejar crisis. Pero tras esta incapacidad criminal se esconde la misma atonía de la que hablábamos antes, una población mansa, que se ha dejado robar los pocos derechos que le quedaban sin la más leve protesta y que cumple perrunamente con todas las imposiciones, carentes de apoyo jurídico la mayoría, sin preguntarse siquiera porqué un año después seguimos bajo la bota de quienes no puede ser más incompetentes ni más malvados. La principal preocupación no son las colas del hambre, ni que pasará después de los ERTES o qué porcentaje del comercio y la hostelería se ha ido para no volver, sino si podremos volar en Semana Santa o el verano. El grueso del rebaño popular ha aceptado la dosis de propaganda del gobierno en el sentido de que quien plantea otros puntos de vista sobre este aspecto es un negacionista o un conspiranoico. Por supuesto esa visión no tiene que replantearnos nuestras propuestas u opiniones basadas en la verdad y el razonamiento constable. No estamos aquí para poner paños calientes y cantar nanas al oído sino para despertar conciencias.
En las últimas semanas, la asociación se ha mostrado muy activa en la calle, organizando diferentes actos de protesta, pegadas de carteles, actividades y concentraciones en Aranda de Duero, Logroño y Santander. ¿Qué valoración hacéis de las mismas? ¿Habrá una continuidad?
Tiene que haber continuidad, sino no habrían tenido sentido. La asociación lleva ocho años estando en la calle continuamente en forma de campañas, de conferencias y presentaciones, recogidas de alimentos y manifestaciones. Nuestra asociación es socia del Ateneo de Santander y en dicha instalación venimos organizando del orden de cuatro a seis conferencias y presentaciones al año. A su vez y sorteando las dificultades que plantea la patulea izquierdista, no sólo la radical, sino también la que buitrea en las instituciones, llevamos a cabo una jornada bautizada como Galerna en el que después de varias conferencias se culmina con una manifestación por el centro de la ciudad, algo que no se conocía desde hacía décadas. También editamos una revista llamada “Galerna” y participamos activamente en la radio de ámbito regional Distinta FM.
Estas actividades se han visto reducidas a la mínima expresión durante el 2020 por los motivos que todos sabemos y por eso queremos ir recobrando la normalidad desde el principio de este año. A partir de ahora intentaremos coordinar estas actuaciones allá donde la asociación esté presente para que se funcione de manera uniforme y disciplinada. Los tiempos de los ejércitos de Pancho Villa, cada uno por su cuenta, han terminado.