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Carta al macarra Pablo Iglesias: ¡Ríndete, te tienen rodeado!

Redacción




Enrique de Diego.

Al final, ha resultado, Pablo Iglesias, que eres un cobardica, que te lo haces en los pantalones, un chulo de barrio sin agallas, que te acojonan seis jubilados que se reúnen a merendar ante tu mansión de señorito. Ahora entiendo que te partiera la cara Kiko Méndez Monasterio en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, siendo un jijas, cuando os atacaron dos de Unidad Nacional a un grupo de la Unión de Estudiantes Progresistas y de Izquierdas retiró en la citada Facultad un cartel anónimo en el que se leía: «Gracias Pinochet por los 25 años de paz y justicia». Iglesias y los otros dos jóvenes recibieron «golpes y patadas» bajo el grito «Os vamos a rajar» y «Os vamos a acuchillar». Hay sentencia a pagar multa del juzgado de instrucción número 8 de Plaza de Castilla en Madrid dictó una sentencia el 26 de abril de 1999. Vamos, que Kiko no es ningún armario.

Pablo Iglesias, admirador de Castro y Chávez y de etarras. /Foto: periodistadigital.com.

Tú, canallita, que te haces en los pantalones a las primeras de cambio, no sólo has hablado del «jarabe democrático» enalteciendo los escraches, sino, macarra, chepas, has presumido de impartir la «justicia revolucionaria», soplapollas, y has perdido perdón retóricamente por no partirles la cara, envalentado etílicamente, a los otros contertulios de El gato al agua en Intereconomía, porque uno de los pecados de Julio Ariza fue lanzar al estrellato a tamaño engendro.

Seis corajudos ancianos patriotas tienen en jaque a un dispositivo policial que nos cuesta tres millones anuales, para recoger tu mierda y la Irene Montero, y mantienen en jaque a fuerzas especiales de la Compañía de San Lorenzo de El Escorial, no del puesto de Galapagar, que se pasan veintisiete pueblos de la raya, que cometen actos de clarísimo abuso de autoridad, que han procedido a una detención injusta (no saben con quien se la juegan), con denuncias falsas. Guardia civiles, deshonra del Cuerpo, que buscan la medalla fácil con los cuatro puntos que cuentan para traslados y ascensos. Como hijo de capitán de la Guardia Civil, hijo del Cuerpo, siento vergüenza y rabia por un comportamiento tan indigno y plebeyo. La Guarida Civil y tú pánico, malandrín, han convertido la Calle Riomonte, que es pública, tú que te llenas la boca con lo público y que has denunciado acciones policiales y has enaltecido a etarras, que han matado a compañeros de esos serviles que abusan del poder que el pueblo, y no el chulo puta Pedro Sánchez, ni tú, Pablo Iglesias, que no vales para nada; digo, que han convertido la calle en tu predio particular, con la aquiescencia del equipo de Gobierno, para escarnio y vergüenza de sus votantes, que a ver cuando la oposición les pone las peras al cuarto y les canta las cuarenta en bastos.

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Es muy grave lo que está sucediendo en Galapagar, y no se deben tomar a broma: un macarra con una pandilla de macarras uniformados atemorizando a seis pacíficos ciudadanos, de edad provecta, saltándose la Ley por los cuatro costados, con malas maneras, con pésima educación, para evitar un peligro inexistente, con un perímetro de seguridad inventado a conveniencia. Esto es un Estado de deshecho con escorias imponiendo la ley del más fuerte. Pero tú, cobardica, que se te va la fuerza por la boca, eres el responsable del desaguisado. Los seis corajudos patriotas bien te pueden gritar: Pablo, ríndete, te tenemos rodeado, y te rilas, te entra diarrea y te lo haces en los pantalones. Tú no te comes otro turrón.