Enrique de Diego.
Eres patético, tan patético, Santiago Illa, que he tardado en escribirte esta carta porque te considera caso perdido, de patético que eres, con esa nulidad de enterrador acompañándote de Fernando Simón. Viniste de la mano de Miquel Iceta, el bailón, para hacerte con Ministerio falso donde todas las competencias están cedidas, un cáscara vacía ministerial, y mira por donde va y los comunistas chinos se les ocurre la desgraciada idea de soltar el coronavirus y liarla. Y a nosotros, de contar contigo en el Ministerio, un filósofo que no sabe de nada y mucho menos de pandemias. Así que has hecho una gestión nefasta, desde el punto de vista sanitario y económico. Primero no te enteraste de la gravedad de la amenaza y no cerrasteis las fronteras, como pedimos en Rambla Libre. Fuiste el primer negacionista. Estaba de por medio la celebración del Mobile y el feminoide 8 M y había que decir que era menos que una gripe y Risto jugaba a infectar a Marta Flich, degenerado irresponsable. Fuiste el primer antimascarillas. Luego te timaron una y otra vez los chinos. Cada paso, una vergüenza mayor. Así has conseguido tristes récords: la mayor mortandad por 100.000 habitantes, el mayor nivel de contagio entre un personal sanitario desprotegido. Un desastre sin paliativos del que no se deducen responsabilidades.
Pero tú nivel de mentira es superlativo. ¡Te inventaste un Comité Científico en nombre del cual tomabas las decisiones! Los científicos dicen, es opinión de los científicos…Y tú, cacho inútil, has terminado creyéndote, con tu aspecto de profesor despistado, de voz monocorde, el oráculo de ciencia de mentirijillas. Improvisación tras improvisación, cubriendo tu fracaso tras la penúltima mascarada. No sabes hacer otra cosa que confinar a la gente y hundir el país en la más absoluta miseria. La has cogido con Madrid, jugando a la política de bajos vuelos, para hacer el trabajo sucio en nombre de la ciencia, a la que tú ofendes cada vez que abres la boca.
Ahora Pedro Sánchez, otro que tal baila, te quiere enviar a Cataluña, de donde provienes, como figurón en las elecciones, porque hay que rentabilizar tus horas de televisión, o para quitarte de encima, nulidad con gafas de pasta, porque aquí se confunde la popularidad con el mérito, Ves con Dios para Cataluña. La pandemia eres tú. Eres peor que un nublado. Eres la pandemia con patas. Eres lo peor de lo peor. Eres un inútil total.