Enrique de Diego.
La moción de censura anunciada por el presidente de Vox, Santiago Abascal es una operación de alto riesgo que no se entiende que no se haya hablado con anterioridad con el líder del PP, Pablo Casado. Los peperos han respondido con un displicente «que no cuenten con nosotros para maniobras de distracción». No sólo no la apoyara sino que pondrá palos en la rueda de la bizarra iniciativa de Abascal.
Con esta posición de los peperos, cabe aventurar un glorioso aislamiento de Vox y, eso sí, una pugna por el liderazgo de la derecha, que con el confinamiento tiránico, en medio de una chapuza monumental del Gobierno, que en el momento actual es de profunda indignación, ante la crisis económica que se avizora. Pablo Casado tendrá que medir y meditar su discurso para no parecer blando y justificar su posición.
Santiago Abascal con su entrada triunfal en la escena, sometiéndose al pim pam pum de todos los grupos de la izquierda, aspira a salir reforzado conectando un sentimiento muy primario existente en buena parte de la sociedad española. Lo hace en un momento en que las encuestas le cortan el resuello a su partido, incluso cuando afloran los conflictos internos en forma de una escisión en toda regla con la nueva formación Tu Patria, incluso con el escándalo de su nueva mansión, sospechosa en una persona que ha atravesado hasta menos de dos años por penurias económicas y que de pronto emerge con un chalet que, por el precio del m2 en la zona, se estima en un millón de euros. No se saca eso de un sueldo. Abascal debe aclarar, ser transparente, como es que a él le va tan bien cuando a la nación y a sus votantes le va tan mal. ¿O es un nuevo Pablo Iglesias de la derecha? Ha de tener en cuenta que se somete al escrutinio público: él tuvo su 8 de marzo en Vista Alegre.
El partido que ha quedado desmantelado con la operación en Ciudadanos, que ya no cuenta para la derecha. Inés Arrimadas se ha ido apagando como mero satélite del PSOE, y para la izquierda, pues su apoyo es incondicional y gratuito, sin cambiar las alianzas de Pedro Sánchez.