AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


La TV distópica

Redacción




Luis Bru.

Antonio García Ferreras se abalanza sobre el televisor, parece como si retransmitiera un partido de fútbol o un combate de boxeo, adentro vídeo, a la postre si gana el combate Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias casi le roza, con el juego informativo da el caso Dina.

Ana Rosa Quitana se ha despedido llorando, rota de dolor, ha sido muy duro, no sabemos si el coronavirus o los diecisiete años que le pide el fiscal a su marido. El llanto de tantas familias con un muerto en circunstancias atroces, confinados lejos, el enfermo en la UCI, ha sido vedada a los españoles, ha habido que intuirlo, porque Ana Rosa Quintana, la musa de un sistema que la devorará, ha seguido, con sus sicav a cuestas, como fiel lacaya las consignas del Estado de partidos.

Susanna Griso lloriquea melifluamente por costumbre, pero no dice nada políticamente incorrecto, a pesar de lo cual le huele la cabeza a pólvora y puede no volver después del verano. El que seguro que cae es Gonzalo Bans que se ha plegado. En Cuatro está Risto Mejide, al que le ha descolocado la pandemia, con su misión de ridiculizar a unos cuantos críticos. Eduardo Inda, Alfonso Rojo, Federico Jiménez Losantos y últimamente ha sumado a Javier Negre, pero la verdad es que no tiene gracia, es un fiasco. Luego está Joaquín Prat que se da cuenta del papelón que tiene que hacer y, a veces, se hace alguna escapada por la realidad para retroceder de inmediato.

Mamen Mendizábal copia su jefe García Ferreras. Lleva perfectamente el ritmo con las manos. Poco más. Cristina Pardo en Liarla Pardo no hace honor al título ni por asomo. En La Sexta Noche, Iñaki López aburre de tan correcto que es con su sección de viejas glorias gastadas: Miguel Ángel Revilla, con las anchoas, José Bono, con su corrupción y vanidad a cuestas, Pedro J Ramírez, el baboso narigudo. Sólo se anima cuando interviene Eduardo Inda. Eduardo Monzón, el gran woyming, se repite más que el chorizo, con chistes malos y cansados. Ana Pastor, con su Ministerio de la Verdad acuestas, haciendo caja, es insoportable, falsamente incisiva.

NO TE LO PIERDAS:   La Sexta Noche hace el más soberano ridículo

Toda una distopía en la que la realidad no existe y no se cuenta. Con unos tertulianos mediocres a más no poder, yendo de televisión en televisión, como si fueran funciones del circo. Ya lo decía Antonio García Trevijano, «no hay un sólo medio de comunicación que diga la verdad sobre el origen heterónomo y la naturaleza oligárquica del actual Estado de partidos. Contrariando las evidencias, se repite ad nauseam que los españoles viven en unas democracias representativa con separación de poderes e independencia judicial». Apaga y vámonos,