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La Sexta Noche hace el más soberano ridículo

Redacción




Luis Bru.

Las imposiciones de la izquierda mediática  han hecho aguas y han terminado. La izquierda mediática no hace más que el ridículo de una manera penosa. Es patético que se informe del programa electoral de Vox cuando ya han pasado las elecciones y ellas con continuas morcillas manipuladoras. Es chocante que se pase del silencio espeso al estruendo histriónico.

No tiene sentido dedicar un programa a Vox como fenómeno político sin que esté presente ninguno de sus representantes. Es bochornoso debatir sobre cuál sería la estrategia mejor para debilitar a Vox o para impedir su crecimiento. Eso es manipulación y cartas marcadas. Javier Sardá no está bien. Se le nota mucho. Eduardo Inda, que anda haciendo méritos con Vox, es un ignorante proteico que desconoce que Santiago Abascal sí es aliado de Marine Le Pen, quien es su valedora en Europa.

Es tremendo invitar para hablar de Vox y de las elecciones andaluzas a Juan Carlos Monedero, que se empeña en hablar siempre de lo que ha robado el PP aunque se le esté preguntando por su informe al chavismo por el que cobró 425.000 euros y que, por supuesto, debería hacer público. La Sexta es Podemos y Podemos es La Sexta, pero ambos van de capa caída. Da pena la artritis mental de Monedero instalado en sus vaguedades o en patentes chorradas del tipo de «los verdaderos patriotas son la gente de Podemos» (sic) o «Podemos no es independentista«.

Podemos se ha institucionalizado y ya no es respetable. Invitar a Podemos a hablar de Vox es el colmo de la censura.