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César Román Viruete, rey del cachopo: La hipótesis del ajuste de cuentas no se sostiene

Redacción




Miguel Sempere.

El asesinato de Heidi Paz Blunes, hondureña de 25 años, tiene de partida dos hipótesis o que se tratara de un ajuste de cuentas, una especie de aviso a César Román Viruete por alguno de sus acreedores, o que fuera asesinada por éste, que es el principal sospechoso.

La hipótesis del ajuste de cuentas no se sostiene:

1.- El 14 de julio César Román Viruete protagoniza un grave incidente en un bar de la calle Embajadores, en el que está acompañado por Heidi Paz Blunes. El falso rey del cachopo pasa tiempo en el barco emborrachándose hasta que se le niega seguir consumiendo. Entonces protagoniza una escena de gran violencia en la que rompe enseres que el propietario del baro estima en 5.000 euros. César Román y Heidi Paz están juntos en todo momento. Además, Román no se está escondiendo de ninguna persecución por parte de acreedores y no tiene inconveniente de protagonizar una escena que le delataría y le da a conocer en su ubicación.

2.- El 13 de agosto, que es cuando se produce el incendio en la nave industrial de Usera, según el abogado de Giovani, conductor y a modo de guardaespaldas, recibe mensajes de wahtsapp en los que César Román le pide que se haga cargo de su hija. Aunque la denuncia de desaparición es de julio, resulta obvio que César Román no ha desaparecido, y que esa denuncia parece una artimaña. Las denuncias de desaparición han sido varias en su vida lo que sugiere colaboración familiar.

3.- El intento de hacer desaparecer parte de los restos de Heidi Paz Blunes se produce en una nave que tiene alquilada César Román Viruete. Es decir, se trata de un lugar al que éste tiene acceso fácil y en el que se siente seguro para actuar. Puesto que no conduce y los restos iban en una maleta o cogió un taxi o tuvo la colaboración de alguien.

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4.- A Heidi Paz, además de manos, pies y cabeza, todo lo que la puede identificar de manera inmediata, se le han cercenado los pechos, a fin de quitarle los implantes mamarios que tienen una numeración que llevaría fácilmente a la identificación.

5.- Antes de desaparecer, César Román Viruete recoge dinero de entidades bancarias. Uno de los misterios de su vida es qué hace con el dinero y una explicación puede estar en su adicción al alcohol y la heroína. Podría ser para pagar deudas pero no hay ningún indicio de ello. Más bien parece que está consiguiendo fondos para huir y desaparecer.

6.- El asesinato de Heidi Paz Blunes es ampliamente publicitado desde el 15 de noviembre cuando se produce la identificación. Si César Román Viruete no tuviera nada que ver, lo lógico es que se hubiera presentado en la Policía, puesto que ese delito es de mucha más gravedad que los de estafa por los que ni tan siquiera está siendo buscado, ni hay orden captura.

7.- Previamente, se ha publicitado ampliamente por los medios de comunicación la aparición de un torso en una maleta en una nave alquilada por César Román Viruete, con lo cual tuvo tiempo de acudir a Comisaría para interesarse por su novia.

8.- Heidi Paz Blunes conoció y entabló relación con César Román Viruete siendo una empleada suya en una sidrería, lo que indica que dependía económicamente de él, con lo que lo lógico es que le hubiera seguido o que César Román hubiera denunciado su desaparición, buscando además protección policial ante ese esotérico ajuste de cuentas.

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9.- La compulsiva tendencia a la mentira que recorre toda la vida de César Román Viruete hace que su testimonio tenga escasa validez. Su tendencia a montar historias y encarnar personajes puede hacer que desarrolle un relato, pero su ilimitada afán de protagonismo podría conducir a una posición colaboradora en la que reclame la autoría.

Los indicios de mal trato animal, con palizas brutales a sus perros, indica una personalidad de psicópata que se compadece bastante con la condición de asesino. Está probado que es un personaje violento, sin control de sus actos (destrozos en el bar de embajadores) y con antecedentes de violencia de género.

Por lo demás, reiterar la chapuza policial que representa que se haya tardado tres meses en hacer el análisis de ADN, en los que César Román ha tenido tiempo de dar la vuelta al mundo.