Enrique de Diego.
Te ha mirado un tuerto, macho alfalfa, vas en caída libre, atleta sexual, de ridículo en ridículo hasta el desastre final. No se puede, Pablo Iglesias, andar con el discurso de los ricos y los pobres, como anda por Andalucía, Teresa Rodríguez, que más le valiera estar más tranquila para alumbrar bien, y no de forma prematura, cuando tú vives en una mansión de más de 600.000 euros declarados. No es de recibo. No es coherente. Es una tomadura de pelo. Mentiste a sabiendas cuando pusiste a parir a los que se aislaban en chalets de la sierra, como ahora estás tú. Típico de los comunistas, que eres lo que eres, fuera del tiempo y del sentido de la historia, como un pequeño dinosaurio cheposo y con coleta que se resiste a la lógica de su suerte. Nada aman más los comunistas que las dachas. Por lo general, han asesinado a sus propietarios para hacerse con ellas.
Al menos, tú la compraste y ya veremos si la puedes pagar y mantener. Pero tu dacha es ilegal, está levantada en una zona protegida de alto valor ecológico en el Parque Regional de la Cuenca Media del Guadarrama. Los grupos ecologistas, muchos de ellos integrados o compañeros de viaje de Podemos, se han desgañitado contra el urbanismo salvaje, y hete aquí que, aquí y ahora, el salvaje eres tú, Pablo Iglesias. ¡Ahí nunca se debió construir! ¡Y ahora toca demoler! Y tú, feminista y ecologista, deberías ser el primero en aplicar la piqueta y demoler lo construido, por esa coherencia que nunca tienes, porque siempre predicas una cosa y haces otra, como un completo truhán, como un macarra intelectual y un tramposo ideológico.
El momento de mayor indignidad colectiva en un grupo humano que yo recuerdo fue aquel referéndum infame en el que los borregos podemitas balaron en concierto diciendo que habías hecho muy bien, con tu proyecto de familia, en comprarte el casoplón.
Te dedicas, Pablo Iglesias, a complicar la vida de los demás, a hacerles la vida imposible. Mira bien tu dacha. ¿qué ves? Un muro protector la rodea, vigilada por un guardia civil que cuando tiene ganas no sabe dónde hacerlo y a donde llegas tú rodeado de policías como un señorito o un bien de Estado. Y al tiempo, canallita, predicas que hay que tender puentes y tirar muros, menos el de tu mansión, claro; que hay que abrir nuestras fronteras a todo el que venga. Y duro, y dale, que nada de muros, salvo los de tu casa bien protegida, bien guarecida, delito ecológico de por medio. Y los españoles que no tienen muros, que no tienen escoltas, que no tienen guardia civil en la puerta haciéndoselo encima, pagan las consecuencias de tus teorías delirantes, de tus soberanas estupideces, de tus groseras mentiras.
Hace unos días –tender puentes, derribar muros, pero los tuyos que no te los toquen– tres marroquíes sometieron a una escena de tremendo terror a una madre y a sus dos hijas de 10 y 11 años, convencinos tuyos, en Galapagar. Amenazaron –tender puentes a los marroquíes, derribar vallas y muros, pero los tuyos, canalla, bien protegidos- con violar y matar a las niñas. ¡Resulta terrible imaginar el sentimiento de una madre en esa situación, con el cuchillo carnicero en la yugular de sus hijas! Y que les dieran todo, porque esa madre no tenía muros ni protección oficial, y tú, canalla, con tus delirios de profesorucho de Políticas emporrado, con tu exhibición continua de estupidez supina y tu manojo de complejos a cuestas, tú eres culpable, tú has desprotegido a esa convecina tuya y a sus hijas, tú –y la canalla de la casta a la que perteneces, pedazo de lacayo con ínfulas-, tú la has obligado a vivir insegura, a que ahora precise tratamiento psicológico por shock postraumático. Esos tres marroquíes te los tenias que haber llevado tú a tu casa.
Así que va a haber que, como muestra de respeto a la Ley y de dignidad nacional, que tirar tu dacha porque es un delito ecológico, porque es un monumento a la incoherencia. ¿Qué tendrá que ver, Pablo Echenique, personaje cada vez más insufrible y deleznable, la financiación de Vox con la ilegalidad de la dacha de tu amo Pablo Iglesias? ¿Hasta esas profundidades insondables de inmundicia y de insulto a la inteligencia se está desfondando Podemos?
Mira, Pablo Iglesias, macho alfalfa, cuando mañanas sales bien protegido con cargo al contribuyente, la primera imagen que ven tus ojos es la más grande Cruz de la Humanidad, el Valle de los Caídos. Estás bajo la maldición de Franco. Todo se está torciendo y todo se te va a torcer cada vez más. Tu dacha será tu mausoleo y el de toda esa escoria política, esa farsa innoble que es Podemos.