Enrique de Diego.
Se me ha quedado mucha tinta en el tintero, pedazo de gilipollas, José Miguel Monzón, alias Woyming. No tienes ni la dignidad del payaso, pues te falta imaginación, no tienes sutileza ni fineza, eres estiércol puro, pareces hecho de la carroña que se encuentra entre las garras de un león muy viejo; careces de la ínfima altura del bufón, pues éste, de tanto en tanto, dice alguna verdad ofensiva para sus amos, y tú eres la voz de su amo, el chapero del sistema.
Conviene que sepas que tu mundo ha muerto, que eres pasado, porque el tiempo de la estupidez irrestricta ha concluido y viene el tiempo liberador de la lucidez, la inteligencia y la responsabilidad. No soy partidario de que te veas ante la Justicia, sino de que te arrastres por la calle, pidiendo en el Metro, a ver si haces gracia. Es preciso que Atresmedia –luego iré a por tus jefes- te despida de inmediato o habrá que ir a por esa cloaca de hipocresía, con todas las consecuencias.
No hay valor, dignidad ni honor en meterse con un muerto más de cuarenta años después de su óbito. Eso es propio de gente muy acomplejada y muy carroñera, como tú, Monzón, acostumbrado a que te den y a recibir, haciendo el juego sucio de la sucia hez capitalista. Eres un cobarde con las formas taimadas del censor.
No hubieras tenido redaños para meterte con Franco, cuando éste pidió destino en el Regimiento de Regulares; ni cuando el 12 de octubre de 1913 recibe la Cruz del Mérito Militar de primera clase; ni cuando el 1 de febrero de 1914 es ascendido a capitán por méritos de guerra. Ni cuando, en la madrugada del 17 de noviembre de 1924, el entonces teniente coronel Franco, al mando de cinco banderas de la Legión, se encarga de la retaguardia en la operación de evacuación de civiles en Xauen. Es un largo recorrido hasta Tetuán y pueden reproducirse las matanzas de Annual y Monte Arruit. Franco gana unas horas preciosas situando muñecos vestidos de legionarios en las defensas de la ciudad y luego, en medio de un hostigamiento feroz de las jarcas de Abd el Krim, las cinco banderas evolucionan a la perfección de manera escalonada, con Franco dando muestras continuas de serenidad y coraje personales. Ni cuando en 1916, en El-Buitz fue herido de gravedad en el vientre, porque siempre encabezaba los asaltos. Ni te hubieras reído de él, mamavergas de la casta, cuando, en 1922, al mando de la 1ª Bandera de la Legión, Franco es el encargado de socorrer Melilla, tras el desastre de Anual, cuando las fuerzas de Abd-El-Krim crestean por el Gurugú. Ni cuando el 30 de marzo de 1925, ya coronel, Franco dirige, al frente de dos banderas de la Legión y los Regulares, la vanguardia del desembarco de Alhucemas, una impresionante y exitosa operación anfibia. No te hubieras reído de él cuando burló, el 5 de agosto de 1936, el cerco de la cobarde Marina estalinista, pasando con el Ejército de África a la Península. Ni te hubieras reído de él, cuando con su inmenso coraje y sus reservas inagotables de valentía, le plantó cara al mismo Hitler en Hendaya, cuando el Führer le amenazó por arrasar España con 186 divisiones, incluidas las blindadas de Guderian. Nunca te hubieras reído de él, porque Franco era un valiente y tú eres un cobarde, y te hubiera entrado diarrea, piltrafilla.
Pero, ni payaso ni bufón, chapero del sistema, haber superado todos los límites de la infamia y la ignonimia no es culpa tuya, en exclusiva, sino que en la mayor parte es de tus amos, esa gentuza sin honor, dignidad, ni principios. Tus amos, me refiero a José Creuheras Margenat, ese canalla ponzoñoso, presidente de Atresmedia, Mauricio Casals Aldama, adjunto a la presidencia, ese tortuoso sin estilo, y Javier Bardají Hernando, director general, ese corrupto moral, que es una vergüenza pública.
Porque, al parecer estas tres nulidades se han olvidado que el fundador del Grupo Planeta, origen de esta farsa mediática, en la que por un lado trabaja el hijo de Matías Prats, icono del franquismo, y por la otra, se va de izquierdas de opereta, José Manuel Lara estuvo a las órdenes de Franco durante la guerra de Liberación con el honroso cargo de capitán de la Legión, y como tal entró en Barcelona liberándola de la canalla marxista y del criminal Companys, a las órdenes de Juan Yagüe. ¿A dónde han llegado los Lara, a que abismos de vileza? A lo que se ve, sus descendientes son gente sin moral y sin honor.
¿Por qué no reanimas, Monzón, pedazo de gilipollas, el cadáver de José Manuel Lara Hernández, capitán de la Legión a las órdenes del general Franco? ¿Por qué no le hace el boca a boca el imbécil de Dani Mateos? ¿Por qué no van también al sarao la troika de impresentables de José Creuheras, Mauricio Casals y Javier Bardají? ¿Por qué no acuden los Lara nietos con la momia de su abuelo, cuya memoria ofenden, pero de cuya herencia viven? Y ¿por qué no añaden, de paso, la momia de su padre, José Manuel Lara Bosch?
Y si el 54% de los españoles están en contra de la profanación de la tumba de Franco, Caudillo invicto, ¿dónde están los diputados que les representan? No nos representan. ¿Y dónde están los programas en los que tienen voz? Aún nos representa menos esta asquerosa tiranía mediática de tarugos sin lecturas y falsos graciosos amargados, que sólo destilan frustración de dementes paranoicos.
Hay que acabar con esa farsa de Atresmedia, que lo mismo sirve para La Razón que para el completo gilipollas de Monzón. Los españoles van a recuperar de una vez su dignidad para evitar estas destructivas tomaduras de pelo. Eso de la “pinza”, de la que se ufanaba Mauricio Casals en las grabaciones del caso Lezo, en las que hablaba como un mafiosete de tres al cuarto.
O te echan, necrófilo garrulo, pedazo de soplagaitas, o se van a meter los libros de Planeta por su culo y por el tuyo; o habrá que ir al boicot total a los anunciantes de tu mierda de programa, porque no tenéis otro dios que el dinero y no entendéis otro lenguaje que la pasta. Y ya está bien de clichés y de envenenar las mentes de los idiotas.
Esa farsa se ha acabado. El tinglado se está terminando en toda Europa. Podías reanimar, idiota compulsivo, amargado de los testículos, a tu padre, que era un santo, y es lo que no soportas, o a tu madre, que era una santa, y es lo que representa para ti una bofetada moral, Monzón. Pero tú, a estas alturas, eres una anécdota, verdura de las eras; los auténticos canallas son tus amos con su tinglado de mentiras y cochambre; con esa insoportable exaltación de hipocresía.