Enrique de Diego.
He recibido la siguiente felicitación de un lector de El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada que reproduzco, por su interés, a continuación y que, al final, contestaré:
Muy señor mío:
No tengo el placer de conocerle en persona, pero me tomo la libertad de escribirle para felicitarle por su libro «El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada». No solo por el contenido del mismo y el trabajo de investigación para su realización, también porque es necesario que se conozca lo que se está fraguando sobre el «género» y lo que
representa.
También aprovecho para decirle que su entrevista con César Vidal estuvo muy entretenida y aclaró muchas cuestiones importantes sobre la actualidad y lo que se nos viene. Sepa que también soy fiel lector de Rambla Libre.
Dijo que era necesario crear un partido político que acabase de una vez con este asqueroso sistema que sufrimos ¿Dónde ha quedado «Soluciona«? El ideario era ideal. Supongo que en España es muy difícil llegar a la gente cuando los enemigos de la verdad bombardean en sus televisiones, radios y periódicos sus basurientas promesas para
seguir teniendo neutralizadas a las ovejas.
Soy otro de los que opinan que si hay dos partidos políticos desconocidos y decentes, tienen la dificultad de no entenderse nunca entre ellos, y eso nos deja más de lo mismo. A ver lo que dura esto, porque el mundo parece poder acabarse cualquier día, y España parece estar condenada a sufrir terriblemente hasta el fin de sus/nuestros
días. Lo peor es que España parece que caerá antes que el resto debido a la ignorancia y la inacción.
Le mando un saludo y le deseo mucha suerte.
Contestación: Infinitas gracias, Gabriel. Te agradezco, de corazón, tu correo. «El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada» es, por un cúmulo de interesantes casualidades, como un regalo del Cielo, de San José, terror de los demonios. En apariencia, no es el ámbito habitual de mi interés intelectual. En apariencia, es un libro de periodismo de corazón, pero es mucho más. Es un reportaje en el que de lo particular se pasa a lo general, a la ideología de género con su capacidad destructiva actuando en la vida de las personas. Creo que, entre todos, vamos a conseguir abrir un debate fundamental, nuclear para la supervivencia de la sociedad.
Por cierta celeridad en la elaboración final, el libro no se abre con agradecimientos que son de justicia. Aprovecho tu carta, Gabriel, para suplir esa deficiencia. En primer lugar a mi esposa Assumpta, que siempre me da aliento, ideas y fuerza. También a mi hijo, Fran que me ha hecho sugerencias importantes y brillantes, empezando por el título. Para el libro ha sido fundamental la colaboración de Jesús Muñoz, una víctima de Cruz Sánchez de Lara, y un amigo. Hombre de gran personalidad, coraje y lucidez. He contado con el apoyo de muy buenos profesionales. Quiero agradecer la ayuda de Manuel Romeral, presidente de la Asociación Europea de Ciudadanos contra la corrupción, que ha hecho una maquetación excelente del libro. También el apoyo de Eugenio Martín Closas.
Quiero mostrar mi respeto y agradecimiento a Ágatha Ruiz de la Prada. Es una gran diseñadora, creativa. También es una gran patriota que ha exhibido su orgullo de española. Es, sobre todo, una buena madre, solícita y generosa. Para mí ha sido una grata sorpresa que hiciera público que había leído «El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada» y que lo recomendara en Sábado de Luxe. Ha sido una promoción efectiva y espléndida.
El libro ya es un best seller. Se ha instalado entre los más vendidos de Amazon, el único sitio donde se puede adquirir. Y eso indica que los lectores primeros lo están recomendando y hay una ola que puede crecer aún más. Tengo para mí que ya hay una cadena. Es como un detalle gratificante tras años de lucha constante, como un premio y una culminación, también un nuevo punto de partida. Una especie de reivindicación personal, tras muchos momentos ingratos.
La entrevista de César Vidal ha sido otra delicadeza de la Providencia. Siempre he tenido por él respeto y admiración, por su inmensa cultura y por sus sólidos principios. Fue, por tanto, un honor dialogar con él. Como entrevista, para mí, fue impresionante, porque fue como repasar mi vida. En algunos momentos, se me hizo duro, pero al tiempo fluido porque fue como si estuviéramos los dos solos. Terminé exhausto. La he escuchado con detenimiento y me he quedado boquiabierto con la facilidad de palabra de César.
Lo del partido político me salió de manera espontánea, como una reflexión al hilo, porque hay millones de españoles estamos de acuerdo en algunas cuestiones básicas. Por ejemplo, con acabar con la Ley de Violencia de Género, que no hace más que crear víctimas y que está socavando las bases de nuestra sociedad. Por ejemplo, con defender nuestras fronteras y frenar la inmigración ilegal. Por ejemplo, con poner coto a la islamización subvencionada. Y el momento para plantearlo, sin duda, va a ser las elecciones europeas. No es que tenga nada en marcha, pero estoy seguro de que catalizará. No tengo mucho que decir de «Soluciona«. Degeneró en el chiringuito de un par de estafadores morales.
Nos han tocado vivir momentos muy duros y muy decisivos, en los que muchos signos anuncian el fin del mundo, en el que nos prometen que seremos como dioses aunque cada vez nos tratan más como esclavos, y en los que la oración es el mejor arma. Una de las batallas decisivas se da en España. Ellos, los malos, los perversos, lo tienen todo, medios de comunicación y dinero, imponen su censura y su tiranía. Pero no nos han vencido todavía. El éxito de «El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada» es una buen síntoma de que no todo está perdido, de que podemos romper el frente por donde menos lo esperan y, al final, coincidiremos millones para regenerar nuestra sociedad, ahora tan degenerada.
Gracias, muchas gracias, de corazón, Gabriel.