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Hacia el fin de los alienígenas de Podemos

Redacción




Jaume Asens, en primer plano, en la foto de familia podemita. /Foto: infolibre.es.

Miguel Sempere.

Podemos está en caída acusada, como ya adelantó Rambla Libre. Su posición a favor del separatismo catalán le está pasando una factura muy alta. Lo detectan ya las encuestas. La última del Instituto DYM, le da una intención de voto del 16,9%, muy por debajo de su resultado en las generales donde obtuvo el 21,15%. Desde junio ha perdido 1,6 puntos. Los datos se parecen bastante a una quiebra. La gravedad de la situación se completa con el hecho de que Podemos se sitúa como la cuarta fuerza política, superada ya por Ciudadanos con el 17,5%. El PSOE queda muy lejos con el 24%.

Adiós, por tanto, a la estrategia del sorpasso. Adiós, por supuesto, al cielo. Unidos Podemos va a tener que luchar por la supervivencia y lo está haciendo francamente mal de cara a ese objetivo, transitando por sendas equivocadas. Podemos no sólo ha perdido la frescura de la transversalidad inicial, ahora es una fuerza política histérica, desnortada, que se agita en el escenario espasmódicamente para mantener algún papel en la farsa y por completo vicaria respecto a los separatistas, que pugna por defender los intereses de lo que llaman las «confluencias», pero que apuesta decididamente por desaparecer del resto de España, un concepto éste por el que siente una intensa aversión.

Un dirigente nacional, que acude a las elecciones como candidato a la presidencia del Gobierno, y que termina un mitin coreando «Viva Cataluña libre y soberana» es para mirárselo; tiene todas las trazas de un suicidio político y es la culminación de una suma de errores:

1.- Podemos no es un partido español, es una formación que odia a España, concepto que es preconstitucional y predemocrático. España ha existido en todo momento, desde hace mil quinientos años, y es el fundamento de legitimidad de la democracia. Puesto que no es un partido español, no tiene ningún sentido que se presente a las elecciones para gobernar una nación cuya existencia niega.

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2.- Aunque Podemos tiene dudas metódicas muy serias respecto a la existencia de España, está convencido, sin embargo, de la existencia de Cataluña como nación, y del País Vasco y Galicia, al menos. Es eso estrambótico y delirante desde el punto de vista de la lógica de la plurinacionalidad, concepto contradictorio en los términos.

3.- Pablo Iglesias esconde sus delirios separatistas y destructivos bajo la pulsión de su aversión al corrupto PP -este esquema es constante en el hispanoargentino Pablo Echenique, al que le harían falta algunas lecciones básicas de historia de España- pero, al tiempo, se ha situado como aliado del PDECAT, cuya corrupción es tan elevada que ha tenido que renunciar a su antiguo nombre de Convergencia. ¿Por qué la elevada corrupción de la burguesía separatista es tan tolerable para Podemos?

4.- En el campo de juego del separatismo, Podemos está llamado a no encontrar acomodo, porque el mercado está completamente copado. Es el problema con el que se está encontrando la funambulista Ada Colau con sus Comunes. Colau competiría, con clara desventaja de partida, con Esquerra Republicana y la CUP. Colau que utiliza una jerga de psicología barata -relato, marcos mutuos, empatía, período postautonómico, en positivo, interactuar- sólo baja semánticamente al terreno de lo concreto para sumirse en el terreno sedicioso estableciendo sin fisuras la «soberanía», pero de Cataluña, apostando por un Estado «confederal«, ya no federal.

5.- De hecho, Podemos, en cuanto emanación del 15 M, surgió contra los planteamientos identitarios, tanto el nacional como los periféricos, para imponer una agenda social y ahora ha asumido esos planteamientos de una manera apasionada, como un auténtico caballo de Troya.

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6.- La apuesta de Podemos incluye en este momento la secesión de Cataluña, País Vasco y Galicia. Son tres de sus «feudos», por lo que perdería de partida buena parte de su representación. El odio a España de Pablo Iglesias nubla tan completamente su mente que es capaz de ir contra sus más claros intereses electorales.

7.- Con estos criterios antiespañoles, Podemos está llamado a no encontrar su posición en los terrenos trufados de nacionalismo y a desaparecer del resto de España, Andalucía incluida, donde esta confusión mental no puede ser recibida con simpatía. De hecho, ha convocado concentraciones en Madrid que han sido un sonoro fracaso.

8.- Podemos ha perdido la calle e incluso se ha visto aislado y acosado en su reunión de Zaragoza. No es un partido de agitación, que ponga nervioso al sistema (Rajoy ni se ha dignado a recibir a Pablo Iglesias), sino que ha degenerado a un partido conservador sumiso a los intereses de las burguesías periféricas más corruptos.

Los de Podemos no se siente españoles, rechazan esa condición. Entonces, ¿qué son, alienígenas? En tal caso, están llamados a desaparecer y esa es la tendencia que marcan con claridad las encuestas.