Enrique de Diego.
Usted, Carles Puigdemont, quiere pasar a la Historia -lo confesó en el Círculo del Liceo- y lo va a conseguir: como el mayor desastre de la historia de Cataluña y uno de los mayores de la historia de España. Usted va a declarar la independencia de Cataluña, cree que es su misión histórica. Usted no es nadie, ni tan siquiera lo fue en las pasadas elecciones donde iba de quinto en la lista. Usted va a hundir a Cataluña. La está hundiendo ya. Usted va a dejar sin empleo a esos trabajadores de Caixabank que salieron a la calle a manifestar su independentismo. Se va a llevar por delante al Banco de Sabadell. Usted va a destruir buena parte del tambaleante tejido industrial de Cataluña.
En su pretendido retorno a Itaca, en su viaje hacia ninguna parte, usted ha abierto el odre de todos los huracanes. Ha abierto la espita de la guerra civil, en un proceso de acción-reacción, en el que le está ayudando al desastre Mariano Rajoy con su incapacidad y su inactividad. Usted no tiene al «pueblo catalán» detrás, porque el pueblo catalán no existe. Usted tiene a dos comunidades enfrentadas y ha decidido que la mitad de Cataluña no tiene derecho a existir. Y lo tiene. Y tiene a toda España detrás. Y, antes o después, usted acabará en prisión.
El 1 O pudo ya pasar alguna desgracia real. No las de mentira que usted y sus medios se inventaron. Hay muchos vídeos en los que se a mossos actuando como auténticos macarras y provocando de tal manera que podían haber sido abatidos, si no hubiera sido por la infinita paciencia, la inmensa profesionalidad y la templanza de ánimo de policías y guardias civiles.
Usted, Carles Puigdemont, es un mentiroso compulsivo que se ha instalado en la mentira grotesca. En esos bulos oficiales de los 840 heridos, en esas psicosis paranoicas de policías que rompen los dedos y tocan las tetas. Usted ha extendido el odio. Usted, que es un delincuente sedicioso, que ha cometido delitos gravísimos que están penados con más de 15 años de cárcel, ha tenido la osadía de exigir la salida de la Policía Nacional y la Guardia Civil de Cataluña y ha extendido el odio de modo que ha echado a los guardias civiles de los hoteles, en medio de una hostilidad nazi. Las mentiras de su propaganda han tardado 24 horas en desactivarse y dejarle en el ridículo.
Usted está extendiendo el odio, está alimentando odios cainitas. Ahora está enredando usted con el rollo de los mediadores para ganar tiempo. Usted ha corrompido a los mossos convirtiéndoles en una pandilla de delincuentes y fascinerosos que debe ser suelta a la mayor brevedad. Usted ha puesto en marcha un proceso de rebelión y anarquía que no va a poder controlar y que se lo llevara por delante.
Usted se ha instalado tanto en la mentira que se cree que el Estado español va a dejar desprotegidos a los patriotas y va a sacar de Cataluña con oprobio y vergüenza a los guardias civiles y a los policías. Usted está promoviendo el acoso a sus hijos. Usted es un terrorista que está promoviendo el aniquilamiento social de esas familias, reduciéndolas al gueto de sus cuarteles.
Usted es un loco peligroso y, en muchos aspectos, un auténtico idiota, que se ha creído el mesías del catalanismo, cuando es usted un pobre hombre, el detritus del catalanismo. Usted ha soltado a sus hordas con la consigna de que practiquen la farsa del pacifismo. Usted ha despertado el aletargado patriotismo español, en Salamanca, en Zaragoza o en el barrio de San Roque de Badalona. Dese una vuelta y lo verá lleno de banderas españolas.
https://youtu.be/XJTRvWl9n0Q
Usted ha insultado, vejado y violentado con una sonrisa insulsa; con la sonrisa impostada del irresponsable, del mindundi. Ayer, mientras usted volvía a evacuar sus mentiras, sonaban cacerolas por toda Barcelona. Igual que dije que los mossos no harían nada, igual que indiqué, hace años, que era preciso aplicar el artículo 155 ante la deslealtad manifiesta, hoy le digo que no se irán ni la Policía ni la Guardia Civil de Cataluña, sino que irán unidades del Ejército, ya han llegado las de la Agrupación de Apoyo Logístico 41, e irán llegando, si es necesario, la Legión, la Brigada Paracaidista y la División Acorazada Brunete, porque usted ha declarado una guerra que no puede ganar; usted parece un pardillo en juegos florales, está encantado con su drôle de guerre, pero se le va a helar la sonrisa.
Usted es una vergüenza para Cataluña y para España, un aprendiz de führer y de conducator, que cuando antes sea detenido -y lo será, Rajoy actuará tarde y mal, porque se lo exigirá el pueblo español- menos daños provocará.