Virginia Montes
Donald Trump ha conseguido ya su primera victoria, y no pequeña, incluso antes de tomar posesión: Ford no se marcha a México. Trump prometió en su día que le pondría aranceles prohibitivos. Es obvio que Ford ha considerado que Trump cumpliría su palabra. La inversión prevista en el estado mexicano de San Luis de Potosí era 1.600 millones de dólares y consistía en la construcción de una nueva planta de montaje de vehículos.
Tras su victoria en la elección presidencial, el patriota Donald Trump ha presionado a las empresas estadounidenses a regresar inversiones y empleos a Estados Unidos, y una de esas compañías fue Ford, con quien tuvo algunos desencuentros durante su campaña por sus planes de llevar su producción a suelo mexicano en 2018.
En un comunicado, la empresa también dijo que invertirá 700 millones de dólares durante los próximos cuatro años en la fábrica estadounidense de Flat Rock (Michigan), para crear una planta que producirá vehículos eléctricos de alta tecnología y autónomos, además de Ford Mustang y Lincoln Continental.
Esta postura proteccionista, fue la que le hizo ganar votos en la denominada clase trabajadora blanca, muy castigada por la deslocalización industrial.