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Estupidez supina e irrestricta del diario Público: pandilla de idiotas

Redacción




Ana Pardo de Vera, directora de Público, inquisidora. /Foto: elplural.com.

Luis Bru.

El digital Público, que dirige la ignorante ilustrada Ana Pardo de Vera, ha publicado un editorial titulado: «No es la religión, idiotas; es la política«, que ya muestra los idiotas que son en el citado digital, pues sí es la religión, islámica, idiotas de Público, porque, por de pronto, en el islamismo religión y política no se diferencian.

Las primeras frases son un excelente resumen de la estupidez progresista actual: «Para analizar lo ocurrido en Barcelona no hay que buscar en el Corán sino recurrir a la política. La radicalización de los jóvenes que asesinaron a quince personas en Cataluña no se explica por lo que diga o deje de decir su religión, sino como consecuencia de las actividades de un grupo que busca la revolución y que recurre al terrorismo siempre que se siente debilitado en el plano territorial».

Por supuesto que lo sucedido en Barcelona -la masacre de Las Ramblas y el atentado de Cambrils y el frustrado de la Sagrada Familia por la explosión de Alcanar- tiene todo que ver con El Corán y con la aleya de la espada -la única válida por la ley del abrogante y el abrogado- en la que se manda: «matad a todos los no musulmanes allá donde los encontréis«. Decir, por otra parte, que los niñatos terroristas de Ripoll buscaban la revolución es una perversión extrema del lenguaje; en todo caso, la más estricta reacción.

Desde esta sarta de estupideces, enlaza una serie de groseras manipulaciones y de auténticas chorradas. Si Daesh no estuviera «sufriendo una derrota en Siria o en Irak, los jóvenes de Ripoll no hubiera atropellado a los viandantes de las Ramblas«, sino que estarían combatiendo «en las trincheras de varios países árabes«. ¿Por qué? Los mensajes de Al Qaeda y de Daesh de atentar y matar «contra los cruzados» han sido constantes y primigenios. ¿Son tan idiotas los de Público como dan a entender? Los de Ripoll ya tenían uso de razón y el imám buscaba adeptos cuando Daesh entró en Mosul en 2014.

Viene luego un razonamiento que se pretende lógico y que parece hecho en pleno delirium tremens. «Porque el terrorismo etarra era etarra y no vasco, el terrorismo de ISIS es de ISIS y no de los árabes en general, ni mucho menos de los musulmanes, de los que solo una minoría son árabes«. Se ponga como se ponga el editorialista de la ignorante ilustrada Ana Pardo de Vera los de ISIS son musulmanes, todos musulmanes, aunque sólo algunos sean árabes.

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Esta gente de Público no se cansa de mentir y de manipular, así que tenemos en el mundo árabe, que no es árabe, los de Libia no son árabes, «regímenes políticos abominables, dictaduras sangrientas» contra los que se levantaron unos pacíficos (integristas) en la muy mal llamada primavera árabe, que era un nauseabundo invierno integrista. Según Público, en Occidente nadie hizo nada para sacudirse esas dictaduras, y de ahí que unos pocos se enganchen a «la alternativa revolucionaria que les propone ISIS«, que según los ignorantes ilustrados de Público es «una especie de panislam frente al panarabismo político de Nasser«.

No tienen ni idea. Desconocen, al parecer, que la OTAN atacó Libia, en beneficio de los integristas, convirtiendo a esa nación en un estado fallido o que del apoyo financiero y militar de Estados Unidos a los llamados «rebeldes» sirios surgió Daesh.

Suscintamente, tras la descolonización, por meter a Nasser con calzador, y ante el fracaso del islamismo, el poder lo toman jóvenes oficiales que desarrollan regímenes unipartidarios. Especialmente relevante es el caso de Kemal Ataturk en Turquía, tras la primera guerra mundial, que acaba con el califato. En Egipto, la respuesta integrista viene con los Hermanos Musulmanes de Hassan Al Banna y Sayyid Qutb: no hay nacionalismo, ni democracia, sino sólo El Corán. Idiotas de Público.

La estupidez, aderezado todo con algunas dosis de marxismo de detritus, del diario de Ana Pardo de Vera no tiene límites. Así que «el ISIS se aprovecha de la indudable humillación que sufren las sociedades musulmanas árabes (a la que no es ajena la manera en la que surgió y se mantiene Israel), y se propone como vanguardia violenta, de la misma forma que hicieron algunos grupos políticos occidentales en el siglo XIX y en el siglo XX«. Esta reconversión de Daesh en vanguardia leninista es un atrevimiento parejo a la ignorancia. Lenin tenía claro que el islam era reaccionario, por favor.

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Lo que dicen los ideólogos integristas –Al Banna y Sayyid Qutb, siguiendo a Ibn Tamiyya– es que los musulmanes están atrasados porque no hay califa, no siguen la sharia y se encuentran en un estado de impiedad y apostasía, como en el tiempo previo a la llegada de Mahoma. ¿Qué tiene que ver estos criterios de fanatismo religioso con esquemas de políticos occidentales en el siglo XIX y XX? No esperamos respuesta porque no la hay.

«Es absurdo pedir que el Islam se secularice, tan absurdo como pedir que se secularice la Iglesia Católica. No son las religiones las que se secularizan, sino las sociedades, y es a eso a lo que deberíamos aspirar y ayudar«. Estos de Público son idiotas de remate: el paralelismo es obsceno. El islam no deja resquicio entre política y religión, por mucho que se empeñen los ignorantes ilustrados de Público, que nos proponen apoyar a los «movimientos feministas de Egipto o Marruecos», ¿cuáles?, y el apoyo «al pensamiento crítico y a los grupos progresistas musulmanes«. No sabíamos que hubiera tal cosa como «grupos progresistas musulmanes«. ¿En dónde? ¿En Afganistán, en Sudán, en Irán, en Arabia Saudí…? Puesto que establecer cualquier crítica sitúa al musulmán en la condición de takfir y «su sangre es lícita»…

Así que la conclusión es que dejemos de «continuar atacando injustamente al Islam como religión incapaz de adaptarse al mundo globalizado. Dejemos de una vez de hablar de religión y de teología y hablemos de política. Seamos congruentes». ¡Qué inmensa osadía en la estulticia! ¡Cuánta ignorancia ilustrada! ¡Cuánto dogmatismo vacuo! Los islamistas no precisan que se les ataque «injustamente» para asesinar. Para ello tienen la recurrente «guerra santa«.

Sean congruentes, ignorantes ilustrados de Público, y lean, infórmense y dejen de manipular tan toscamente. Lo suyo es de vergüenza ajena.

Carta abierta a Ana Pardo de Vera

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