Josep Sansano.
César González ganó las elecciones primarias de Ciudadanos en Elda, pero de inmediato se desató ¡desde Ciudadanos! una campaña sucia para descabalgarlo. Acuñador del término el «clan del dátil» para definir a la pequeña cúpula que domina Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, por eso no tiene duda alguna de que han desarrollado prácticas mafiosas contra Alexis Marí, porque las usaron contra él y contra la legión de cargos que han abandonado, asqueados, Ciudadanos. Aventura un futuro aciago «al hijo putativo de Aznar» cuando haya que poner carteles y no haya nadie para hacerlo. Al fin y al cabo, «lo grave es que Ciudadanos está apoyado por sinvergüenzas integrales». Hombre de centro, coordinador de Coalición de Centro Democrático en Alicante, César González considera que se abren nuevos espacios políticos pero que es preciso huir de los reinos de taifas y los personalismos.
- ¿Le ha cogido por sorpresa la marcha de Alexis Marí y otros tres diputados regionales de Ciudadanos?
No me sorprende en absoluto. Esto era la crónica de una muerte anunciada. No creo que existan registros en la historia de nuestra democracia donde hayan existido tanto número de concejales no adscritos procedentes de la misma formación. Cuando esto ocurre, ¿quién es el culpable, el cargo o el partido? Para mí la respuesta está clara. Si una orquesta toca mal, no puede ser culpa de los músicos, porque no van a ser todos unos zoquetes, sino del director. El problema está en que vivimos en una partitocracia, donde la versión oficialista siempre se decanta del lado del partido, lo que no deja de ser sorprendente, porque esto es la misma negación de la democracia y de la razón lógica. Los ciudadanos han de conformarse con delegarla en partidos que en sí mismo funcionan como dictaduras. El más vivo ejemplo es Ciudadanos. ¿Hay contradicción más grande? ¿Para cuándo listas abiertas?, ¿para cuándo democracia interna por ley?, ¿para cuándo un sistema electoral proporcional que acabe con los abusos de los grandes partidos y el nacionalismo?
- ¿Qué es hoy o qué queda de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana?
En su medio este tema está tratado con mucha profundidad, mucho acierto y mucho perspectiva, donde ustedes han hecho una gran trabajo de investigación y una radiografía perfecta. Los hechos demuestran que se puede hacer periodismo independiente y no acaba la cabeza de ningún redactor en la picota. Nosotros lo hemos llamado el Clan del Dátil, que como bien dijo el señor Alexis Marí, son escombros del PP. El clan del dátil está cumpliendo a la perfección su papel, impidiendo la regeneración democrática y sustituyéndola por una opereta que nadie con criterio puede creer ya.
- «Nos hemos rodeado de lo peor de la derecha y la extrema derecha», ha dicho Alexis Marí. Usted lo dijo antes…
En otras palabras sí. Sólo hay que analizar el currículum de los cuadros de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana y ver que son los hijos de los señoritos de toda la vida, acostumbrados a gobernar desde las sobremesas de los casinos y mirar con desprecio al resto de la gente. Sabíamos de sus vínculos con Zaplana, pero ahora con José María Aznar nombrando a Rivera como su hijo putativo, vemos que la tela de araña tiene unas raíces fortísimas, de ahí que actúen con tanta impunidad. Un partido con los pies de barro no puede sostenerse mucho en el tiempo, por muchas estadísticas falsas y demoscopia que quieran fabricar ciertos medios de comunicación y por mucha bola que le den en ciertos canales. Al final las contradicciones afloran y volveremos a ver en España que las encuestas no sirven para ganar elecciones. A mí lo que me preocupa no es que a Ciudadanos lo apoye la derecha, porque ser de derechas o de izquierdas no es en sí ni malo, ni bueno, es simplemente la definición de un modelo social y político en la que la bondad y la ética personal de cada cual están al margen. Un buen ladrón no tiene mayores problemas en hurtarte la cartera o llevarte al cadalso con la diestra o la siniestra. Lo grave es que Ciudadanos está apoyado por sinvergüenzas integrales, que en este caso son de derechas, pero su adscripción ideológica es accesoria, porque no creo ni que tengan principios políticos. Mis respetos a cualquier ciudadano y político que sea honrado, ya sea de centro, izquierdas o derechos. Hoy en día lo relevante de la política es que nos gobierne gente honrada y con principios. Casi me conformo con eso.
- Ciudadanos está hecho «con escombros del PP», ha dicho también Alexis Marí. Eso suena al clan del dátil, concepto que usted acuñó.
Fue una expresión afortunada que ha logrado una enorme repercusión mediática y social gracias a la repercusión que le otorgó su medio. Sintetiza mucho bien al chamán y su tribu.
- ¿Usted cree capaces a los del clan del dátil de hacer prácticas mafiosas, como les acusan?
Eso es una obviedad mayúscula. En ese partido no se cumplen, ni respetan, los estatutos. Eso equivale a que un país se incumplan las leyes a sabiendas, algo que llevaría a todos sus dirigentes a la cárcel por prevaricadores. Se pasa por encima de las personas, se ningunea al afiliado, que sólo lo quieren como mano de obra gratuita para pegar carteles y repartir panfletos. Cuando en la próxima cita electoral no tengan quien quiera poner la cara de Rivera en las tapias, seremos testigos de su enorme trompicón.
- ¿Por qué tanta gente se va de Ciudadanos?
Creo que lo dijo Kennedy. Se puede engañar a todos un poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos, todo el tiempo. El contingente humano que suele llegar a estos partidos, y lo digo desde mi experiencia como antiguo militante de UPyD y Ciudadanos, suele ser lo mejor y lo más comprometido de la sociedad, pero también lo más crítico. Esas personas, en su mayoría, ni están para trepar, ni coger poder, ni conseguir un puesto en un Ayuntamiento, sino que son sinceras en sus intenciones de provocar una regeneración en nuestra sociedad. Esos perfiles, igual que te apoyan y te elevan, quitándoles horas a la familia y los amigos por mejorar nuestro país, no dudarán en retirarte su apoyo en cuanto les defraudes. Nosotros no tenemos cultura pesebrista, como lo tiene cierta militancia de otras formaciones, por lo tanto no estamos dispuestos a consentirse abusos, ni caprichos, a nuestros líderes. Cogemos la puerta y nos vamos, a seguir trabajando donde nos dejen, como he hecho yo.
- ¿Cree que la dinámica actual de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana abre nuevos espacios políticos?
Es evidente que sí, porque la mayoría de la sociedad es de centro con matices a la izquierda o la derechas. El centro no sólo es la realidad más evidente, sino que aglutina a este país en torno a unos principios políticos elementales con los que coincidimos millones de ciudadanos. Por eso todos lo buscan, el PP está dando saltos de alegría con el viraje a la izquierda eurocomunista del PSOE, y el que se aleja de él se despeña por el barranco político. Yo estoy comprometido con Coalición de Centro Democrático, porque ese partido es igual por fuera que por dentro y cumple lo que dice. Sólo necesitamos la oportunidad de demostrarlo cuando nuestra gente llegue a las instituciones. Estamos experimentando un gran crecimiento en nuestra región, pero también en el ámbito nacional, porque somos el verdadero centro, el único partido heredero del CDS de Suárez, lo demás son etiquetas de márketing que se utilizan para aprovechar la imagen de un presidente que es un referente para toda la sociedad española. A Suárez nadie le niega lo que es suyo. Fue el artífice de un proceso ejemplar, pese a las enormes dificultades que afrontó y por muchos cretinos políticos que quieren tirar por tierra el esfuerzo colectivo de toda una generación, la de nuestros padres.
Lo que no me gusta es la fragmentación en la Comunidad Valenciana de nuestro espectro ideológico en reinos de taifas que siguen los pasos de pequeños califas territoriales. Si algo aprendí de UPyD y Ciudadanos, es que un proyecto sólido no puede construirse de la cúspide a la base, sino al revés, y mucho menos sustentarse en personas que lo único que atesoran es una acta, por mucho que la razón les acompañe. Eso es como querer ganar una guerra atrincherado en una barricada. El partido es CCD y cualquier persona con buenas intenciones y con ganas de trabajar, en lo que mi atañe, es bienvenida, pero sin jugar a repartirnos la Comunidad Valenciana en reinos personales, porque eso no es serio, ni respetuoso con el militante.