Miguel Sempere
La realidad supera la ficción: Vox hizo vender a sus afiliados, para el sorteo de Navidad de 2015, participaciones de Lotería que no había comprado.
Según relata a Rambla Libre, Diego López Ordóñez, exsecretario de la Gestora de Vox en Cáceres, a fin de financiar al partido, como hacen otras organizaciones, la dirección nacional de Vox, partido presidido por Santiago Abascal, les remitió talonarios del número 93815. Se trataba de participaciones de 5 euros, en las que el comprador jugaba 4 euros y 1 euro era para Vox.
Los 24 militantes de Vox en Cáceres vendieron los talonarios remitidos y aún pidieron más. El 22 de diciembre, a las 10,25 horas, iniciado ya el sorteo, recibieron un correo electrónico en el que se les indicaba que no era ese el número con el que jugaban sino que había sido sustituido por otro y la dirección nacional se remitía a un suelto publicitario publicado el día 21 en el diario La Razón. Dicho suelto decía: “a todos los tenedores de participaciones del sorteo extraordinario del 22 de diciembre de 2015 correspondiente al número 99815 y vendidos por Vox, se informa que las mismas han sido sustituidas en igual cantidad por el número 88008, de este mismo sorteo, por razones de exclusiva responsabilidad de la Administración de Lotería”. O los duendes de la imprenta o la supina inutilidad de la dirección de Vox consiguió que en todo el anuncio hubiera un error tipográfico, pero referido al número: un 9 en vez de un 3.
Ante el bochorno, Vox Cáceres emitió un comunicado en el que decía que se le había transmitido por la dirección que la Administración de Lotería Sota y Sol, ubicada en la C/ Salamanca, 3 de San Fernando de Henares, que la Administración de Lotería había procedido a vender una parte de los décimos, “imposibilitando a esta formación el respaldo de sus participaciones”. Vox Cáceres resaltaba que no había sido informada hasta el 22 de diciembre.
La cuestión es que el número 93.815 resultó premiado con la “pedrea” -5 euros por cada euro- con lo que la chapuza empezaba a sonar a estafa, por lo que Vox hacía público que “se está instando a nuestro comité ejecutivo nacional que reclame a la Administración de Lotería”. La dirección nacional de Vox no daba la cara y no lo hizo nunca. No hizo ninguna reclamación a la Administración de Lotería, ni devolvió el dinero recaudado. Según Diego López Ordóñez, “Javier Ortega-Smith (secretario general) me reconoció que la Lotería no se había comprado”.
El problema no sólo se dio en Cáceres, sino en los lugares donde Vox tenía implantación, como Barcelona, Ávila, Toledo, Murcia, Sevilla y Valencia. El dinero así recaudado –suponemos- sirvió para financiar a Vox; no a Vox Cáceres, que no vio un euro, sino a la dirección nacional.
Una Asamblea accidentada en tono discoteca de polígono
Da la impresión de que a raíz de esta cuanto menos chapuza colosal, las relaciones entre el Comité Ejecutivo Nacional y la Gestora de Vox Cáceres se enrarecen. Por de pronto, la dirección nacional bloquea la cuenta de la Gestora, lo que tiene la consecuencia de que no se le remite nada, para su funcionamiento, de las cuotas de los afiliados.
En una actitud crítica, se presenta Diego López Ordóñez en la Asamblea Nacional de Vox, celebrada el 24 de septiembre de 2016 en el Teatro La Latina, con la pretensión de presentar una candidatura alternativa a la oficial a la Mesa, pero se encuentra un completo desbarajuste, que va desde que es una funcionaria del partido la única que controla la votación y nadie quiere recibir la presentación de la candidatura alternativa.
Según la versión oficial del secretario general, Javier Ortega-Smith se presentaron “cuentas saneadas, fieles y rigurosas” y “una vez más un minoritario grupo de afiliados que no aportan otra cosa que una crítica irracional y permanente negatividad, han querido tener su “minuto de gloria”, pretendiendo boicotear con gritos y desprecio el normal desarrollo de la Asamblea, una situación inaceptable y desagradable que intentaremos que no se vuelva a producir. Pero en todo caso, y sin perjuicio de haberse denunciado a los autores de estos hechos ante la Policía, así como ante al Comité de Garantías del partido para exigirles las responsabilidades que procedan, no han logrado su objetivo y la Asamblea ha terminado con normalidad”.
La versión por escrito de Diego López Ordóñez, a la que ha tenido acceso Rambla Libre, es bien distinta. Por de pronto, el tesorero informó de que no conocía el número de militantes y, por tanto, tampoco los ingresos por ese concepto y que no contaba con todas las facturas. De ser así, parece que Vox cuenta con una contabilidad bastante deficiente.
En cuanto a los incidentes, Diego López Ordóñez señala al gerente Enrique Cabanas Burkhalter como quien se lanzó a impedir la intervención de un afiliado, “agarrándolo violentamente del cuello y del brazo, con la clara intención de arrastrarlo hacia la puerta del salón y expulsarlo”, una actitud que López Ordóñez califica como “más propia de matón de discoteca de polígono”. Especialmente indignado se muestra el expresidente de la Gestora de Cáceres, porque Ortega-Smith, tras los incidentes, desde la tribuna de oradores tildara de “batasunos” a los críticos a la dirección, apelativo, ciertamente, desorientado e injurioso; ofensa que López Ordóñez pidió que rectificara.
La dirección nacional de Vox abrió expediente sancionador a Diego López Ordóñez por haber difundido por las redes sociales comentarios como: “cuatro estúpidos ganapanes, erigidos en chiringuito ejecutivo nacional de Vox” o “en Vox llevan dos años de farsa”. El 29 de noviembre, se le remitió la resolución del expediente con suspensión de militancia durante 3 años. Un proceso lleno de irregularidades pues ninguno de los dos escritos –apertura y sentencia- llevaba ni membrete, ni identificación del instructor ni de los miembros del llamado Comité de Garantías que adoptaban la resolución.
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