AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Pedro Sánchez: El peor resultado pero el mejor situado para formar Gobierno

Redacción




Pedro Sánchez, el mejor situado para formar Gobierno,
Pedro Sánchez, el mejor situado para formar Gobierno,

Enrique de Diego

No ha sido una segunda vuelta, sino una repetición, y por ello, aunque hay modificaciones importantes en el mapa, no hay un cambio esencial. De esa manera, aunque el PSOE vuelve a conseguir el peor resultado de su historia -5.421.637 votos, 22,67%, 85 escaños- Pedro Sánchez es el mejor situado para formar Gobierno.

El Partido Popular y Mariano Rajoy dependen de Pedro Sánchez y el PSOE para formar Gobierno, para constituir la “gran coalición”. La suma de ambos partidos es una mayoría holgada de 222 escaños. Pero el PSOE ha manifestado una aversión histórica a ese tipo de pacto con la derecha y ha seguido moviéndose en la tendencia que marca el concepto cambio: desalojar al PP y cambiar de políticas. En un sistema proporcional, además, no hay ninguna obligación, ni legal ni moral, para respetar a la lista más votada. 

Pero también, tras el 20D, estableció su Comité Federal otra línea roja al acuerdo con Podemos, que en el mitin de Sevilla ha reiterado Felipe González, al que obedecen los barones y, sobre todo, Susana Díaz.

Nos encontramos, pues, en un escenario parecido al surgido tras el 20 D, aunque con un PP y un Rajoy más reforzados, pero nada más. La aritmética sólo permite dos pactos de Gobierno, dos grandes coaliciones. La ya citada PP-PSOE, con Mariano Rajoy, lo que parece difícil de vender a bases y votantes, pero que, como todo en política, se puede explicar. Y la otra gran coalición alternativa es la que suman los escaños de PSOE, Podemos y Ciudadanos: 188, que es también una mayoría holgada, pero que pasa, por de pronto, porque Podemos deje en el baúl de los recuerdos su propuesta de un referéndum en Cataluña.

Este pacto con Podemos ya encontró y volverá a encontrar el rechazo del felipismo y de los barones, aunque los tres, y especialmente, Susana Díaz han sido derrotados por el PP en sus feudos y tienen tan mermada o más su legitimidad que Pedro Sánchez a la hora de presumir de resultados.

En cualquier caso, Pedro Sánchez ha demostrado fortaleza de ánimo para resistir una campaña con las expectativas siempre en contra. Sale más fortalecido que debilitado.

A favor de este acuerdo, de esta coalición alternativa que es la que ya intentó Pedro Sánchez en su fallido debate de investidura, juega la interiorización intensa en todos los partidos de que no deben permitirse unas terceras elecciones, que constituirían un ridículo histórico. Eso puede resquebrajar la resistencia del enconado felipismo, si Pedro Sánchez, como hay que suponer, se enroca en no pactar con el PP y no ir de la mano de Rajoy.

Por supuesto, la “gran coalición” podría tener algunas posibilidades más de llevarse a cabo, si Mariano Rajoy diera un paso atrás, pero no va con su idiosincrasia, con sus esquemas mentales; ahora más que nunca se considera el ganador y no va a entregar su cabeza, bajo ningún concepto.

Ciudadanos, desde luego, no puede permitirse no tocar poder, así que, con mucha más intensidad de la ya mostrada tras el 20 D, ha de venderse barato para formar Gobierno y acceder a algunos ministerios, que le permitan repartir puestos y botín electoral, toda vez que su base ideológica sustentadora se ha mostrado inconsistente y su reclamación del centro le obliga al bisagrismo.

Para el PP, Ciudadanos carece de valor. Podría ser un elemento decorativo lustroso en la gran coalición PP-PSOE, pero en ese escenario resulta perfectamente prescindible. Así que Albert Rivera, objetivamente, es el más interesado en la coalición del tripartito, en la que un mismo corte generacional de Rivera, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez puede ayudar, por lo menos en los primeros compases. También Pablo Iglesias está necesitado de mostrar que no es un radical de algarada, ni un antisistema de asamblea universitaria, sino que es capaz de sentarse en un Consejo de Ministros.

Puede ser una ironía del destino que Ciudadanos que fue impulsado por el stablishment para ser el comparsa del PP, recoger el desencanto y mantenerle en el poder, pudiera, por esas cosas de la política y la necesidad, ser quien sirviera para arrebatárselo y entregárselo al PSOE. Sería la reedición culminada de lo ensayado tras el 20 D.