Enrique de Diego
En la ambientación pragmática y corrupta, Pedro Sánchez ha elegido la senda del heroísmo, se ha elevado como alguien que cree en algo: en la democracia interna, en los militantes, en la palabra dada, en el programa electoral, en la limpieza democrática, en la democracia representativa.
El puesto de diputado es un honor, pero también es un sueldo y unos privilegios. Pedro Sánchez ha hecho lo que nadie hace. Los pocos que dimiten lo hacen de cargos sin remuneración –el último caso, el de Carolina Punset-.
Pedro Sánchez se eleva con los atavíos del héroe. Impresionante el momento en el que se le ha quebrado la voz indicando que ha sido una decisión difícil.
Se ha elevado, en efecto, a un nivel superior al de la Gestora. Hoy, a su lado, todos parecen pigmeos, incluida la torpe costurera de Susana Díaz.