Enrique de Diego.
Las encuestas, hasta ahora, siempre son más propicias a Ciudadanos que las urnas. Señal de la predilección que el sistema siente por ese partido y por Albert Rivera. Ciudadanos es un partido mimado mediáticamente y Albert Rivera, un líder político que no dice nada de manera muy rápida, es tratado entre algodones. Albert Rivera es como Macron, una mentira más del sistema, en un tiempo en que ya no podemos permitirnos más mentiras.
Albert Rivera pretende ser un híbrido entre la reencarnación de Adolfo Suárez, uno de los mayores males históricos de la Patria, y el clon de Emmanuel Macron. Tan es esto último, que se presenta como candidato a la alcaldía por Barcelona un exprimer ministro de Francia, Manuel Valls, que no sabe lo que cuesta el Metro de Barcelona.
El centrismo es la pulsión suicida de una sociedad sin valores y descomprometida. Por supuesto, Ciudadanos desarrolla una loable labor patriótica, de defensa de la unidad de España en Cataluña. Y es por eso valorado y no por sus decadentes posiciones centristas, que no conducen más que al desastre de las sociedades.
El macronismo fue el último o penúltimo engaño de las élites para mantener aborregadas a las masas mientras son llevadas al matadero. Macron, con ese partido hecho a su imagen y semejanza que vale para un roto y para un descosido, tiene ahora mismo unos niveles de popularidad peores que los de Hollande, que ya es decir. Su épica europeísta, de la que tanto abusa Ciudadanos, es un completo fracaso. Lo que se avizora en el horizonte es el resurgimiento de la Europa de las Patrias.
Ciudadanos está fuera del tiempo histórico. Es un partido reaccionario, sin sustancia, sin proyecto. Lo está mostrando en Andalucía con sus pretensiones de cordón sanitario. Es el globalismo de George Soros con las fronteras abiertas a la inmigración y con la sumisión a la ideología de género. Son los mismos perros globalistas con otros collares. Ciudadanos, producto edulcorado del márketing globalista, es una pérdida de tiempo social. Sus instintos son progres y socialistas; sus compromisos, también. El macronismo agoniza. No tiene sentido que se reproduzca en España, que parasite. Porque Ciudadanos no es más que eso, casta de la peor especie, casta parasitaria.