Enrique de Diego
A escasos cinco minutos del centro de Alicante está Calita Judíos, un lugar paradisiaco en el que parece que el tiempo se detiene. Ahí tienen sus chalets y sus casas todos los antiguos directivos de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo. Se hicieron con los solares mediante información privilegiada de embargos de la CAM. El exdirector general con el PSOE, Juan Antonio Gisbert tiene su chalet prácticamente “donado” por Rafael Gadea, un empresario que llegó quebrado a Alicante, y al que la CAM entregó las joyas de la corona: los PAUS 4 y 5. De ahí nació Hansa Urbana, uno de los peores agujeros negros de la CAM.
Vicente Sala es presentado como un potentado, en los programas de sucesos donde su apellido es arrastrado por la morbosidad nacional, con los tertulianos encantados de tratar sobre un crimen en las alturas. Sin embargo, durante el tiempo que estuvo de presidente de la CAM, primero con el PSOE y luego con el PP, era un corcho, estuvo técnicamente en la condición de insolvente, así que hay que colegir que la fortuna la hizo durante ese tiempo.
La Caja de Ahorros del Mediterráneo era un emporio difícil de hundir y los partidos, con el concurso de supuestos patricios como Vicente Sala lo han conseguido. Todo el desastre y el expolio se inició con Vicente Sala, Modesto Crespo no hizo más ni menos que rematar la tarea.