Luis Bru.
Hoy inciamos una nueva tradición. Hoy elegimos al mayor pozo de mierda 2024. que se hay distinguido por ser un peligro contra la Humanidad, y la elección ha recaído en Jorge María Bergoglio. Ha hecho méritos sobrados para ser designado el pozo de mierda de la década y aún del siglo. Cuanto más se profundiza en él más mierda se saca.
La última ha sido posicionarse extemporáneamente a favor de un gobierno mundial, la peor fue su complicidad con el genocidio diciendo que ponerse las timo vacunas letales era un acto de amor, lo que debe llevarle a un juicio sumarísimo, y que asuma todas sus responsabilidades con la vida, después publicar dos supuestas encíclicas, auténticos panfletos sobre el timo del calentamiento global, pasando por la declaración de Abu Dabi de un sincretismo religioso ridículo. Es un lacayo de los globalistas, el moco apestoso del globalismo.
Es un hombre que no tiene fe. El prestigioso periodista italiano Luigi Scalfari, fundado del semanario L’ Expreso y del diario La Republica, escribió que «cualquiera que haya tenido, como me ha pasado varias veces, la suerte de encontrarse con él y hablarle con la máxima confianza cultural, sabe que el Papa Francisco concibe a Cristo como Jesús de Nazaret, hombre, no como Dios encarnado». Y sobre la frase de Jesús en la Cruz Salvadora, «¿Padre, por qué me has abandonado?», escribe Scalfari que «cuando discutí estas frases, el Papa Francisco me dijo: Son la prueba de que Jesús de Nazaret. una vez que se convirtió en hombre, aunque era un hombre de virtud excepcional, no era un Dios en absoluto». Ante la gravedad de estas confidencias, negando la Divinidad de Cristo, echando abajo todo el edificio de la fe, el Prefecto para la Comunicación, no reafirmó esa Divinidad, sino simplemente dijo «el Santa Padre nunca dijo lo que dice Scalfari». Bergoglio, mentecato y mentiroso.
Luego están anécdotas abracadabrantes de un auténtico hijo de puta como cuando dijo que no había que estar habland0 del aborto, cuando llamó «coneja» a una madre de familia numerosa, cuando dejó en tierra en Lesbos a tres familias cristianas que le supolicaban para llevarse a tres familias musulmanas o cuando organizó un viaje a Canadá para pedir perdón por la existencia de dos fosas comunes en las que presuntamente había sido enterrados niños indígenas y luego no se encontró nada.
Fue elegido Papa mediante los ardizes y tejemanejes de la mafia de San Galo, un grupo de cardenales sin fe, algunos pedófilos y otros depredadores sexuales que han de arder en el infierno. El cardenal de Bruselas, Godfried Dannels, los cardenales italianos Carlo María Martini, arzobispo de Milán, Achille Silvestrini, alemanes Walter Jaspers y Karl Lehman, quien tuvo la decencia de confesar que no créia en la Iglesia Católica, británicos, Basil Hume, Cormac Murphy O’connor, nortamericanos como el depredador sexual, Theodor McCarrick, y de Honduras, Óscar Rodríguez Maradiaga, quien aparece cobrando en la contabilidad de la Open Society de George Soros.
Todos ellos excomulgados ipso factor según las normas de funcionamiento del Cónclave Universii Dominici Gregis escrita por San Juan Pablo II. Todos ellos conspiraron para elegir Papa a Bergoglio, quien, el cabrón, se prestó a ello.
Esta situación de podredumbre ya fue anunciada por la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, en Garabandal, cuando, en el segundo mensaje, dijo que «los sacerdotes, obispos y cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas almas detrás». Muchos cardenales como los citados de la mafia de San Galo y el ínfame Bergoglio.
Igual en las Apariciones de Amsterdam, que habla de una guerra espiritual, que ahora se está librando, en Akita, Japón, -«la obra del demonio se infiltrará hasta dentro de la Iglesia, de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos»-, en Kibeho, Randa, donde anuncia la Segunda Venida de Cristo, en Civitavechia, Aparición en la que habla de la gran apostasía y dice que alrededor de la familia y la vida se da la gran batalla de la dignidad humana.
Bergoglio, pozo de mierda, cojón del anticristo, está condenado, como los miembros de la mafia de San Galo, porque ha cometido el pecado contra el Espíritu Santo, cambiado el fin de la Iglesia, que es la salvación de las almas, convirtiéndola en una ong; quitar la dignidad a la Eucaristía y a los sacramentos; manipular el Cónclave; seguir en la Iglesia cuando ya no se tiene fe como hacer los herejes modernistas que no creen en la Divinidad de Cristo ni en la Revelación.