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El fiasco globalista del fútbol femenino al descubierto por un libro documentado y a fondo

Redacción




Enrique de Diego.
He aquí un libro demoledor, que como los buenos libros las conclusiones se extraen de la acumulación de datos que el lector avisado sabe interpretar. Germán Urrutia nos lleva con maestría de la mano para descubrirnos el fiasco del fútbol femenino.
A raíz de conseguir el Campeonato Mundial en Sidney, y el consabido escándalo del «pico» de Luis Rubiales con Jenny Hermoso, el fútbol femenino se ha convertido en un ariete político de las fuerzas disgregadoras woke de España. En realidad, siempre lo ha sido, como nos descubre el autor con su desapasionado dominio del tema: deficitario, siempre dependiendo del fútbol masculino, con taquillas escuálidas, con patrocinios inflados, a la búsqueda del mantra de la igualdad, bajo la mirada protectora como grupo mascota de Yolanda Díaz y de Pedro Sánchez, se ha llegado a plantear la discriminación de retribuciones de Messi con el engendro woke de Aitana Bonmatin.
A la Selección Femenina se le ha abierto el Congreso por ganar un título menor. Manuel Llamas, Juan Ramón Rallo, Jano García han escrito piezas sobre el tema quedándose en la superficie. Germán Urrutia entra a fondo en todos los temas sin miedo a la patraña woke porque acude a todos los temas pertrechado por la mejor documentación, que ordena convincentemente.
Soy aficionado al fútbol no ejerciente, por lo que el deporte tiene de atontamiento globalista de las masas, pero lo poco que he visto del fútbol femenino equivale su nivel a los partidillos de fútbol de niños de 12 años, que puedes ver gratis en cualquier campo municipal, y a los que solo van las familias. Germán Urrutia presta un gran servicio a la sociedad poniendo las cosas en su sitio, y el del fútbol femenino es de las cosas más falsas que un Judas de plástico, subvencionadas para no morir, secciones de los grandes equipos para perder dinero; es decir, fuera del mercado.
El autor lee la prensa deportiva desde hace décadas y con la entrada de Iberdrola se disparó su presencia. Ha estado vinculado al fútbol y conoce de sus interioridades. En el femenino brotan de forma más visible, porque son menos, y le ha llamado la atención como los políticos, con el apoyo de esos medios parasitarios, les hacen el caldo gordo.
Es un deporte lésbico. De las 23 que ganaron el Mundial, solo una es hetero reconocida, y hay al menos diez que tengo confirmado que son homo. El resto, casi todas apuntan a lo segundo. Por ello, predomina la corriente feminista woke con el globalismo de la mano. Sólo le queda para ser puestas en evidencia que unos cuantos machos se sientan y perciban como mujeres para que el fútbol femenino naufrague en el ridículo más espantoso y caiga en el esperpento.
El libro está bien escrito y se lee con agrado de la primera a la última línea; a trechos, con auténtica pasión y siempre con sorpresa ante la realidad descrita magistralmente.
Germán Urrutia, La imposición femenino en España, Amazon, 2024, 94 págs.