Enrique de Diego.
España ha muerto. Tal y cono la conocimos, en unidad territorial desde el rey godo Recaredo, ha dejado de existir, El acta de defunción la ha firmado Pedro Sánchez. La cesión de la competencia de inmigración deja sin existencia real cualquier resto del Estado español. La Policía ex Nacional, pues ya no es así, es simplemente la guardia pretoriana de Ferraz. Es competencia exclusiva del Estado salvo lo indicado en el artículo 150.2, que es como otra Constitución dentro de la Constitución que permite variar al Estado y convertirlo en un despojo en favor de cualquier autonomía levantisca. Las protestas han sido pocas, el SUP mandaré una carta urgente a Fernando Grande-Marlaska para que se limpie el ojete. Alberto Núñez Feijoó anuncia acciones institucionales y en la calle, quizás dándose baños de masas, pero totalmente ineficaces. No estamos ante un líder dispuesto a jugársela personalmente.
Parece una broma macabra esta muerte de España, desasistida de todos, que venga por la competencia de inmigración, que en Cataluña es una política inexistente, salvo la que resulta de subvencionar a Open Arms, y el papeleo para conseguir la pagica. Ya se sabe que los nous catalans no comen jamón, ni salchichón de Vic, ni consumen productos de Casa Tarradellas. Enrique Prat de la Riba no reconocería a los catalanes de ahora, ni a los nous ni a los autóctonos que chapotean en la mentira degradante woke.
Cataluña siempre ha estado perdida. Es un proceso de degradación que arranca de 1975 y que se acelera con la Constitución de 1978. Alfonso Armada y Antonio Tejero, dos patriotas, intentaron parar el proceso pero no se entendieron cuando Armada le presentó a Tejero su gobierno de concentración nacional, Felipe González lo intentó con la LOAPA pero el Tribunal Constitucional la echó abajo. El peor con mucho fue José María Aznar que en el Pacto del Majestic cedió y cedió, lo mismo que ahora ha hecho Pedro Sánchez y los socialistas cediendo y cediendo. Aznar vetó el recurso del Defensor del Pueblo contra la Ley de Normalización Linguística y organizó el despliegue de los mossos d´esquadra con el concurso de Jaime Mayor Oreja, otro falso patriota, Luego ha sido una alocada historia de cesiones, con el inútil de José Luis Rodríguez Zapatero y el picha floja de la trotona de Pontevedra, Mariano Rajoy.
A España no le quedan Fuerzas Armadas que la defiendan, sino lameculos convenientemente sodomizados, que sólo sirven para desfilar embozalados. El régimen del 78 naufraga en el ridículo y en la retórica vacua y el pueblo español va a asistir atónito a la marcha de Cataluña del tronco común, en manifestaciones que son como lamentos estéribles para cubrir el expediente. A España no le queda Guardia Civil, mamavergas del poder. Ni Justicia emponzoñada. Porque quien firma la defunción de España es Emiliano García Page y sus socialistas castellano-manchegos, con su nadar y guardar la ropa, y los socialistas andaluces, extremeños, aragoneses y de toda España, ellos son los culpables, a los que Pedro Sánchez les asegura el sueldo, al precio de destruir España.
Los patriotas españoles que viven en Cataluña pueden recoger sus pertenencias y venir a lo que quede de España a comenzar una nueva vida porque la noche totalitaria de unos políticos incompetentes cae sobre la Cataluña islamizada.
¿Y el rey? Ni está, ni se le espera.