Enrique de Diego.
«La gran traición» es un clásico que sigue contando con el favor del público. Una edición completada que recobra toda la actualidad por la polémica desatada por Losantos, con mentiras y malas formas. Una técnica torticera que aprendió en su etapa de lacayo maoísta. He de decir que me lo he pasado muy bien, en todo momento, escribiendo el libro y deseo que los lectores lo pasen tan bien leyendo.
Ha pasado la plandemaia que ha representado mucha muerte, mucho sufrimiento, pero ha servido para poner en evidencia muchas mentiras. César Vidal es hoy una referencia mundial a ambas orillas del Atlántico y del Pacífico de la lucha contra el globalismo.
Aunque sus inicios en el exilio fueron difíciles. Empezó no de cero, de menos mil. Hoy recibe premios internacionales, en Estados Unidos, por sus libros, por su labor periodística. Sus libros ocupan el número 1 de las listas de Amazon. La Voz de César Vidal es un éxito sin paliativos y CesarVidal.Tv es ptrp éxito. Que llegan a millones en los cinco continentes.
Es una proeza, algo impensable e imposible residiendo en España y en Libertad Digital. Es un gigante contra el globalismo. Y Losantos es un hombre quemado, que mendiga, que se vende por unos minutos de publicidad institucional del PP. Que sufre un profundo, intenso y creciente deterioro psicológico. Un totalitario de tomo y lomo que ha llamado “asesinos” a los heroicos padres que han protegido a sus hijos de la inyección del veneno de muerte, que nos ha llamado cucarachas y ratas, como un locutor hutu cualquiera, a los que nos hemos negado a entrar en este juego genocida. Un pigmeo.
Reproduzco lo que me escribe un tuitero space que ha leído mi libro: “D. César sí fue un amigo de Losantos y en cambio Losantos se aprovechó del conocimiento y sabiduría de D. César. Seguro que le tenía envidia y lo traicionó. D. Cesar es uno de los grandísimos genios que nos ha dado España”.
Cada editorial de La Voz es una pieza magistral. Como dice César Vidal “no se dejen llevar por el desánimo y la frustración”, los poderosos nos parecen gigantes pero sólo porque estamos acostumbrados a mirarlos de rodillas y ya va siendo hora de ponerse en pie”, En “La gran traición” me he puesto en pie y me he quedado asombrado de lo pobre hombre que es Losantos y de lo gran que es César Vidal.