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Kibeho, Ruanda: «La segunda venida de Jesús es inminente»

Redacción




Enrique de Diego.

Kibeho es una pequeña ciudad al Sur de Ruanda, la nación de las “mil colinas”, un territorio de singular belleza en el que según la tradición local, Dios anda todo el día por ahí pero siempre viene a dormir a Ruanda. En el Instituto de Educación Secundaria para chicas de Kibeho van a tener lugar las Apariciones de la Virgen. En la primera aparición, el 28 de noviembre de 1981, a las 12,35, en el comedor de la escuela de Kibeho, Alphonsine Mumureke, que acaba de terminar primaria y se ha incorporado ese curso al Instituto, oyó una voz que la llamaba: «Hija mía». Se dirigió hacia el pasillo y vio a una mujer de incomparable belleza: «Tenía un vestido blanco sin costuras y en la cabeza un velo también blanco. Tenía las manos juntas a la altura del pecho, con los dedos hacia el cielo». La joven le preguntó: «¿Quién eres?». La respuesta fue: «Ndi Nyina Wa Jambo», es decir «Yo soy la Madre del Verbo». Y siguió: «Vengo a tranquilizarte porque he escuchado tus oraciones. Querría que tus compañeras tuvieran fe porque no creen con fuerza suficiente».

 

Como Alphonsine (16 años) es objeto de burlas constantes por sus compañeras a raíz de las Apariciones y nadie la cree, ésta pide a la Virgen que algunas de sus compañeras puedan verla; así pasan a ser videntes Nathalie Mukamazimpaka (18 años), que gozará de sus visiones desde enero de 1982 hasta el 3 de diciembre de 1983, a quien encargara difundir la devoción de los Siete Dolores de María, y Marie Claire Mukangago (21 años), con gran estupor, pues era de las más incrédulas, desde el 2 de marzo hasta el 15 de septiembre de 1982, seis meses.

Los mensajes de la Madre del Verbo fueron la importancia del Santo Rosario. La oración sincera. La penitencia. Tener una fe viva. Conversión. Sobre todo un llamado a la Confesión. También llamó a la renuncia del pecado. Se lamentó de la idolatría, irreverencia, materialismo, hipocresía, inmoralidad sexual. Ya le dijo a Jacinta, vidente de Fátima, que la mayor parte de las condenaciones serían por los pecados de la carne, para que el frívolo y fatuo Jorge Bergoglio gaste bromas ante los jesuitas de Portugal, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud 2023, de que se da demasiada importancia a los pecados “de cintura para abajo”.

La Virgen advirtió que la multitud de los pecados tendría graves consecuencias. Por eso exhorta a sus hijos a una profunda conversión. Hay que dejar de ir por dos caminos, es necesario seguir uno solo, que lleva a Cristo.

El 15 de Agosto de 1982 les mostró imágenes terribles del futuro. En una visión que duró ocho horas, vieron imágenes aterradoras de personas matándose unas a otras, de cuerpos echados a los ríos. Vieron los cuerpos sin sus cabezas, decapitados. Ellos lloraban y lloraban y los testigos a alrededor de los videntes se quedaron con una impresión inolvidable de temor y tristeza… Si Ruanda no regresaba a Dios, dijo la visión, habrán «ríos de sangre.»

El asesinato en 1994 del dictador Juvénal Habyarimana, de la etnia mayoritaria hutu, se culpa a la etnia minoritaria tutsi y se desata, espoleada por las radios que despojan a los tutsis de toda dignidad humana tildándoles de ‘cucarachas”, una ola de violencia brutal, por las milicias hutus y por los mismos vecinos. Entre 1994 y 1995 los ríos de Ruanda llevan sangre, los cuerpos decapitados a machetazos se dejan insepultos, como vaticinó nuestra Madre para que se evitara. Fue un verdadero holocausto que hizo titulares en todos los periódicos del mundo. En pocos meses murieron unas 800.000 personas asesinadas. Entre las víctimas, 3 obispos y más de 400 sacerdotes y religiosos. No se sabe el paradero de todos los videntes. Se dice que la familia de Alphonsine fue asesinada y ella pudo refugiarse en Zaire. Marie Clarie y su esposo fueron asesinados. Miles de cadáveres yacían sin sepultura por todas partes, muchos de ellos decapitados; cientos de cadáveres fueron echados al rió Kagera ensangrentando sus aguas.

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Kibeho fue escenario por dos veces de sendas masacres masivas en la Iglesia parroquial –un lugar, en principio, respetado y seguro- en abril de 1994 y un año más tarde –en abril de 1995- cuando más de 5.000 refugiados –muchas familias con niños- que se habían cobijado en Kibeho fueron asesinados a bombazos y machetazos por los milicianos hutus.

Madre del Verbo.

Contengamos la respiración ante el horror, elevemos una sentida oración por las almas de todos y cada uno de los masacrados, pero la Virgen avisó, ¿por qué no se la hizo caso? ¿Por qué no se produjo esa conversión de los pecados, esa oración intensa que pedía? ¡Tantas veces mantenemos los oídos sordos a los avisos imperiosos de nuestra Madre que la veremos llorar lágrimas de sangre en Civitavechia! Ni tan siquiera se ponen a salvo cuando el peligro se cierne sobre Kibeho.

Dos años antes del holocausto los mensajes proféticos de la Virgen habían sido publicados. También un film con los mensajes circulaba entre los ambientes marianos. Todo esto es fácil de verificar. Pero, a pesar de ello muy pocos se han tomado los mensajes de la Virgen en serio. No es de extrañar que el mundo ignore a la Virgen. ¿Se imaginan ustedes la ONU o CNN reconociendo que la masacre había sido advertida por la Virgen María? Pero, ¿qué ocurre con los fieles católicos? El mundo nos tiene ciegos. Hay que despertar y comprometernos con nuestra Madre a tomar en serio sus graves advertencias de Madre dolorida.

El 15 de agosto de 1988, el obispo de la diócesis de Butare, dentro de la cual está Kibeho, Mons. Jean Baptiste Gahamanyi aprobó la devoción pública, mediante la dedicación del Santuario de Kibeho a «Nuestra Señora de los Dolores.» El 29 de junio del 2001, durante una Eucaristía en la catedral, concelebrada con todos los obispos de Ruanda y el nuncio apostólico, Salvatore Pennacchio, el obispo de Gikongoro, Augustín Misago, en cuya jurisdicción se encuentra Kibeho, declaró solemnemente como creíbles las afirmaciones de tres de las videntes: Alphonsine Mumureke, Nathalie Mukamazimpaka y Marie Claire Mukangango.
La proclama del obispo dice: “Sí, la Virgen María se ha aparecido en Kibeho el día 28 de noviembre de 1981 y en el curso de los seis meses siguientes. Hay más razones para creerlo que para negarlo”.

Volvemos al principio del capítulo, cuando Alphonsine Mumureke sentencia que “el mundo está llegando a su fin. El regreso de Jesús está muy cercano”. ¿No la escucharemos otra vez? ¿Cerraremos nuestros oídos y corazones? “El tiempo que queda es corto, pero estáis distraídos por las cosas de este mundo”, advirtió la Virgen.

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“No queda mucho tiempo para prepararse para el Juicio Final. Deben cambiar sus vidas y renunciar al pecado”. Y añadió: “Prepárense mientras aún queda tiempo. Aquellos que hagan el bien irán al Cielo. Si hacen el mal, se condenarán a sí mismos sin oportunidad de apelación alguna. No pierdan el tiempo y empiecen ya mismo a orar y a hacer el bien. No queda mucho tiempo, Jesús está ya próximo”.

“El mundo va muy mal”, dijo la Virgen a Nathalie, una de las videntes, el 15 de agosto de 1982, “si no hacéis nada para arrepentiros y renunciar a vuestros pecados, ¡ay de vosotros!”. Y también: “El mundo se rebela contra Dios, se cometen demasiados pecados, no hay ni amor ni paz… Si no os arrepentís y convertís vuestros corazones, caeréis todos en un abismo. Quiero liberaros del abismo para que no caigáis en él, pero lo rechazáis”.  “Llegará el momento en que querréis rezar, arrepentiros y obedecer, sin posibilidad de hacerlo, a menos que empecéis a hacerlo ahora, arrepintiéndoos y haciendo todo lo que espero de vosotros”.

Iglesia de Kibeho.

Eso no es todo. En Kibeho, Nuestra Señora advierte sobre otro peligro muy serio: la pérdida de la fe y la apostasía, no sólo en el mundo, sino también dentro de la propia Iglesia. Y nos invita a rezar mucho por los sacerdotes, por los obispos, por los cardenales y por toda la Iglesia, para que siempre puedan proclamar el verdadero Evangelio de Dios, contra la obra destructiva de Satanás que quiere pervertirlos.

En la última aparición a Alphonsine, el 29 de noviembre de 1989, la Virgen dió diversos mensajes concretos. A los jóvenes: “Diles que no destruyan su futuro con una forma de vida equivocada, que puede ser un peso muy grande en su futuro; que no pierdan el Cielo por el mundo. Tienen la fuerza para pelear un buen combate. Dejen que los jóvenes que rezan con fervor lo sigan haciendo e ignoren a los que dicen que están perdiendo su tiempo. Aquellos que rezan tendrán su recompensa. Oren, oren, oren… Sigan el Evangelio de mi Hijo”.

A las familias: “En momentos de dificultad y grandes pruebas recuerden a la Sagrada Familia de Nazaret que tuvo una vida de dificultad en medio de una gran pobreza. No olviden que Dios es más poderoso que toda la maldad del mundo”.

A los consagrados: “Sus vidas son muy importantes para Dios. Deben permanecer fieles a sus votos. Los sacerdotes en particular deben ofrecerse a sí mismos mientras ofrecen el Santo Sacrificio de la Misa”.

A las autoridades: “Están llamados a servir. Si roban al pueblo, arruinan el servicio para el cual han sido llamados. Compartan, no asesinen, no persigan, respeten los derechos del hombre, porque si actúan en contra de los derechos del hombre, no tendrán éxito y esto se volverá contra ellos mismos”.

A los intelectuales: “Han recibido el conocimiento para ayudar a otros a llegar a la Verdad, que es Dios. Profesar el ateísmo insulta y ofende a Dios”.

“El mundo va muy mal”, como dice nuestra Madre, porque nosotros vamos muy mal. Hora es de convertirnos, hacer penitencia, enmendar la vida y orar. ¡Ven, Señor, no tardes!