Enrique de Diego.
Los lacayos voceros de Vox, que haberlos, haylos, nos han repetido muchas veces, cuando la cosa se ponía cruda y fea, que a Juan Carlos Steeigmann Olmedillas lo amordazabas, que le imponías silencio en su fervor y pasión por la timo vacunación, que tantos muertos y tantos heridos graves está produciendo. Todo mentira. Santiago Abascal tú no eres más que el perrito faldero de los de la agenda 2030, su coartada, das unos ladridos con sordina: «echaré al que defienda la agenda 2030», y te quedas tan ancho, pues ya has cumplido tu papel, ya te pueden echar unos huesos que roer, vendepatrias, cobardica, chulito de gimnasio.
La timo vacunación para matar ha sido el primer ataque exterminador de los globalistas, cuya punta de lanza son las pútridas farmacéuticas, de las que el bobo solemne e histérico es Olmedillas. Ha sido fervoroso partidario de inyectar a todo el mundo, ha considerado una «obligación moral» ponerse el veneno mortal y a los niños, lo cual tiene mucho delito, es gravísimo, ni olvido ni perdono. Ya se sabe todo, Abascal, tarugo, que no vales ni lo que costaste de bautizarte, alma de cántaro; primero mataron a 140.000 viejos, en sólo 9 comunidades autónomas, porque el bichito es territorialmente selectivo, al parecer, para generar el pánico y la solidaridad de la borregada, se nos confina por un bichito que ni siquiera se ha asilado, y se nos ofrece la fórmula maravillosa, el «milagro del capitalismo», como lo definió Losantos, otro que tal baila al son de los que chuflan, la timo vacuna, para matar a porrilo y dejar malheridos a miles e infértiles a otros tantos.
Y todo esto lo promociona en tu partido ese saco de mierda que es Steegmann Olmedillas, a sueldo de las farmacéuticas, que tuvistes la desvergüenza de sacar una nota de prensa cuando Rambka Libres descubrió el pastel amenazando con querellas. Y esto que no es de matiz, que es un genocidio, cruel y despiadado, porque a los borregos hay que protegerlos, faltaría, a ti, Santiago Abascal, relativista ente los relativistas, te importa un bledo.
Olmedilas no es un error, es simplemente un horror. No estamos en los tiempos de la doxa sino de la episteme, no de la opinión sino de la verdad, y la verdad es que tú incluyendo a Olmedillas en tus listas te has hecho corresponsable del genocidio, de la masacre de españoles, de tiernos infantes; del genocidio de los lactantes. Tú estás contra la agenda 2030 como pose, como retórica, ¡si no has organizado un debate parlamentario sobre la destrucción y el vaciado de presas y de aguas! ¡si no te preocupas ni en preguntar por las fmuigaciones masivas con aluminio para provocar la sequía! ¡si no te molestas en armar escándalo sobre la cesión de soberanía a la OMS! En nada de lo que verdad importa de la agenda 2030 das la cara, como los globalistas mandan, lacayo de los globalistas, con Julio Ariza del ronzal, que expandís el hedor del averno.
A Olmedillas le fichas tú, le encumbraste tú, le hiciste diputado, y está para lo que está. Que tu casa huele que apesta a botica. Aquella nota fue en defensa de Olmedillas pero, sobre todo, de ti, Santiago Abascal, porque Olmedillas reparte a diestro y siniestro, siempre con una jeringa mortal dispuesto a clavásela a los españoles. Sois de la secta de los fariseos, pura hipocresía, pura mentira, que vais a entregar al mundo rural atado de pies y manos. Que Vox es una escoria globalista lo sabemos todos, no porque lleves al impresentable de Olmedillas en las listas en puestos de salida, ni porque os rompieráis las manos a aplaudir al cocainómano de Zelenski, sino porque no haces nada real contra los globalistas, salvo lamerles el culo. Eres el chico de los recados del globalismo, el engañabobos, y tú partido y tú habéis asumido una responsabilidad tremenda, que os llevará, más pronto que tarde, a lo peor, a la ilegalización.