Andrew Torba.
En el mundo de los payasos de hoy en día, las personas buscan medios efectivos para expresar sus creencias y luchar por las causas que aprecian. Si bien las protestas, el activismo en las redes sociales y el compromiso político son enfoques comunes, un arma menos conocida pero poderosa en la guerra cultural radica en nuestro poder adquisitivo. La capacidad de moldear el comportamiento y la cultura corporativos a través de nuestras elecciones de consumo puede tener un profundo impacto en la dirección que tome la sociedad. Nuestro poder adquisitivo tiene un impacto profundo y debemos comenzar a usarlo más. Ya no podemos apoyar marcas que promuevan visiones del mundo que son diametralmente opuestas a la Verdad. Tenemos que seguir dando ejemplos de marcas que hacen estas cosas al negarse a comprar sus productos y servicios.
El escándalo de Bud Light: un estudio de caso
Un caso convincente que ilustra la influencia que pueden ejercer los consumidores es el escándalo de Bud Light. En un clima cada vez más polarizado, Bud Light enfrentó una reacción violenta severa después de publicar un anuncio controvertido al trabajar con un hombre que piensa que es una mujer y poner su rostro en una lata de Bud Light. Esto obviamente ofendió a los consumidores conservadores sensatos. Impulsados por la frustración, los conservadores organizaron y lanzaron un boicot, negándose a comprar productos Bud Light. Funcionó.
El impacto fue significativo, ya que las ventas se desplomaron, dejando a la empresa en una situación desesperada. Tres meses después, la caída de las ventas continúa y Bud Light se encuentra en medio de la peor crisis de relaciones públicas del año. El episodio demostró la potencia de la acción colectiva, destacando cómo las elecciones de los consumidores pueden afectar directamente los resultados y la reputación de una corporación. Podemos y debemos hacer esto con cada marca que se burla de Dios y promueve personas y valores que son antitéticos a nuestra cosmovisión bíblica.
Corporaciones y Poder Cultural
Las corporaciones a menudo ejercen una influencia cultural sustancial. Desde anuncios y patrocinios hasta asociaciones con figuras públicas, dan forma activamente a las narrativas sociales. Sin embargo, esta influencia depende de la demanda y la lealtad del consumidor. Al seguir comprando productos de empresas cuyas acciones o valores chocan con los nuestros, sin darnos cuenta les otorgamos el poder cultural que buscan.
Por el contrario, al redirigir conscientemente nuestro poder adquisitivo hacia empresas que comparten nuestros valores, podemos remodelar el panorama cultural y promover un cambio positivo. Los cristianos a menudo se encuentran lidiando con el desafío de defender sus valores mientras navegan por un mercado secular. Sin embargo, existe un movimiento creciente hacia la construcción de una economía paralela en la que los cristianos apoyen activamente a las empresas que comparten sus creencias y principios.
Apoyando empresas alineadas con valores
Apoyar a las empresas que se alinean con nuestros valores es crucial en la batalla por la influencia cultural. Al optar por patrocinar y potenciar financieramente dichos establecimientos, podemos impulsar su crecimiento e impacto. Las pequeñas empresas y las nuevas empresas que reflejan nuestras creencias a menudo carecen de los vastos recursos de las corporaciones multinacionales, lo que hace que nuestro apoyo sea aún más significativo. Además, al relacionarnos con estos negocios, fomentamos un sentido de comunidad y conexión, fortaleciendo redes que promueven valores compartidos.
El poder de la alineación económica
En una sociedad donde las elecciones de los consumidores tienen una influencia considerable, alinear las decisiones económicas con las creencias religiosas puede tener un impacto profundo. Al apoyar activamente a las empresas cristianas, las personas pueden votar con sus billeteras y crear un ecosistema que se alinee con sus valores basados en la fe. Tal alineamiento económico puede fortalecer a la comunidad cristiana, fomentar un sentido de solidaridad y proporcionar recursos para un mayor crecimiento y empoderamiento.
¿Por qué apoyar a las empresas cristianas?
Valores compartidos y prácticas éticas: las empresas cristianas a menudo se guían por principios que se alinean con las enseñanzas bíblicas. Priorizan la honestidad, la integridad, el trato justo de los empleados y el abastecimiento ético de materiales, entre otras consideraciones. Apoyar estos negocios significa apoyar prácticas que reflejen valores cristianos y contribuyan al bien común.
Fortalecimiento de la comunidad: al patrocinar negocios cristianos, las personas fomentan un sentido de comunidad y pertenencia. Estos negocios pueden convertirse en lugares de reunión para personas con ideas afines, facilitando las conexiones, el compañerismo y las redes de apoyo. Construir una comunidad que comparte valores comunes mejora el sentido de unidad entre los cristianos y fomenta una comprensión más profunda de la fe.
Promoción de la influencia cristiana: Apoyar a las empresas cristianas puede ampliar su alcance e impacto. A medida que estos negocios crecen y prosperan, adquieren la capacidad de contribuir a causas filantrópicas, apoyar a las iglesias locales y participar en iniciativas caritativas que se alinean con los principios cristianos. Al reforzar su éxito, los cristianos pueden amplificar su voz e influencia colectiva en la sociedad.
Pasos prácticos para construir una economía paralela
Investigue y descubra: busque empresas cristianas que se alineen con sus valores. Los directorios en línea, las redes de iglesias locales y las comunidades cristianas pueden servir como recursos valiosos para identificar negocios que priorizan su fe en sus operaciones.
Priorizar la colaboración: fomentar conexiones y colaboraciones dentro de la comunidad empresarial cristiana. Los eventos de creación de redes, las ferias comerciales y las plataformas en línea dedicadas al espíritu empresarial cristiano pueden facilitar las asociaciones y colaboraciones, lo que permite que las empresas se apoyen mutuamente y sirvan conjuntamente a su público objetivo.
Fomente el espíritu empresarial: apoye y fomente el espíritu empresarial cristiano asesorando a los aspirantes a empresarios, proporcionando recursos e invirtiendo en nuevas empresas que se alineen con sus valores. Al nutrir y empoderar a los empresarios cristianos, la economía paralela puede florecer, ofreciendo diversas opciones para los consumidores mientras promueve creencias compartidas.
Amplifique su apoyo: comparta sus experiencias positivas con empresas cristianas en las redes sociales, plataformas de reseñas y de boca en boca. Las recomendaciones y el apoyo de otros cristianos tienen peso y pueden inspirar a otros a apoyar estos negocios. Del mismo modo, comprométase constructivamente con las empresas cuando se puedan realizar mejoras, fomentando el crecimiento y la responsabilidad dentro del ecosistema empresarial cristiano.
En la guerra cultural, votar con su poder adquisitivo emerge como una estrategia potente y tangible para expresar sus valores y efectuar el cambio. El escándalo de Bud Light sirve como un vívido recordatorio de que el poder cultural de las corporaciones depende de nuestras elecciones de consumo. Construir una economía paralela arraigada en los valores cristianos presenta una oportunidad única para que los creyentes vivan su fe en el mercado. Al apoyar intencionalmente a las empresas cristianas, las personas pueden alinear sus elecciones económicas con sus convicciones religiosas, fomentando un sentido de comunidad y contribuyendo al crecimiento de un ecosistema impulsado por valores.
En Gab hemos estado trabajando para construir la Economía Paralela y tener miles de negocios que comparten nuestros valores. Hemos creado una pequeña muestra de estos negocios organizados por categoría que puedes consultar en nuestro Catálogo de Compras de Economía Paralela .
A medida que los cristianos se unen en sus esfuerzos económicos, poseen el poder de dar forma al mercado y promover una cultura que se alinee con sus creencias compartidas. Abracemos el potencial de una economía paralela y trabajemos juntos para crear una comunidad floreciente de empresas cristianas construidas sobre la base de la fe y los valores compartidos.
A Dios sea la gloria.
Andrew Torba
CEO, Gab.com
Jesucristo es Rey de reyes