Luis Bru.
Ea, ea, ea, los frikis conspiranoics del timo calentamiento global se cabrean y se mean por la pata abajo. De un tiempo a esta parte están al borde de un ataque de nervios almodovariano y sacan a berrear a El País, que ya no es lo que era. La newsletter del «periódico global«, proclama en su frontispicio, el que ha devenido en cloaca globalista, que se presenta en plan postmo como «un grupo de redactores de El País que cada día ponen a prueba la máxima de que Madrid al cielo«, que últimamente esta ahíto y perdido de tanto chemtrail y tanta fumigación asesina, qie Isabel Díaz Ayuso, otra globalista, mona y degradada, ni se entera.
Una terrplanista conspiranoica del timo calentamiento global, Victoria Torres Benayas en vez de juntar letras, reúne y amalgma epítetos manidos y desgastados, y le sale un churro, en el que dice que han desviado el objetivo porque ya nadie se acuerda del covid y ahora le han dado por los chemtrails. Se necesita tener el papo duro, Benayas, para no dar explicaciones de por qué de pronto ya no hay variantes, ni atacan los omicrones y qué ciencia es esa, paleta, en que un día hay una epidemia asesina de farmafia y al día siguiente marcha en desbandada y desaparece.
Pero, bueno, al fin y al cabo, Benayas tienes que llenar páginas al servicio de tus amos y asnos globalistas, que están más vistos que el tebeo. El País, que ya digo, no es lo que era, hasta en estilo y lenguaje literario es deleznable; una escoria, en forma y fondo, quiere ejercer todavía de buque insignia, pero desvencijado y oxidado, y ante el clamor popular dice que han salido al quite, por ejemplo El Confidencial, El Diario, 20minutos, El Diario de Teruel y hoy mismo aquí, es decir toda la cochambre de Black Rock, que ya tienen menos credibilidad que un sacamuelas de feria, a negar la evidencia: que están induciendo la sequía y derruyendo los embalses para matarnos de sed y de hambre, y lo hacen todos los días en los cuatro puntos cardinales de España, que va camino de ser un desierto y vamos a sacar los santos en rogativas para que se vayan tantos demonios alados, que no podrían actuar sin la complacencia del Ejército del Aire, traidores, que, al decir de Nazuet Morgade, es «el brazo armado de la organización terrorista Gobierno de España«.
Y digo que si los globalistas tienen que sacar a toda la escuadra enmohecida y herrumbrosa es que se les ha hecho mucho daño y se les ha desarbolado y se les ha atizado en plena Santa Bárbara, pero no entdiendo que pinta ahí El Diario de Teruel, que no es el Washingon Post, cuando los turolenses tienen a esa pequeña lumbrera o petite lumière de Losantos, el que quería timo vacunar a todos, a los niños los primeros, el canallita.
Unas notas de hipocresía y victimismo que no falten. ¡Ay, que han hecho pupita a los funcionarios de la AEMET, especialistas en anunciar sequías para los próximos meses y que han reconocido en su web que el Gobierno manipula el clima, no para que llueva, como es notorio, y que lo hacen cincuenta naciones! Manda huevs, que decía el Trillo. Y la gente protesta, porque les dejan sin lluvias y sin agua, e incluso ha osado llamar a la AEMET, que mejor estarían jubilados todos los funcionarios, o tirarlos al pilón por agoreros, ya que la predicción del tiempo es una foto fija: chemtrails a go go y tiro porque me toca. ¡Pobrecitos los de la AEMET! No es nada grave que nos maten de sed lo verdaderamente grave es que han insultado a los probos funcionarios de la Agencia Española de Metereología, que podrá cambiarse el nombre por Agencia de Lacayos Globalistas y de Chemtrails. Y contratan un buen coro de plñideras.
Porque hete aquí que la audacia ha llegado a llevar las estelas químicas y fumigaciones asesinas hasta el Congreso de los Diputados y el parlamentario Pablo Cambronero le inquiere al Gobierno -un auténtico seísmo en la farsa parlamentaria- con sorna, que «si manipula el clima» (lo ha reconocido la AEMET, a cuyos funcionarios se debe llamar para pedirles disculpas que tienen la piel muy fina) y con qué productos químicos, métodos y modos. ¡Olé, Cambronero, el rey va desnudo y tú has tenido la decencia de decirlo alto y claro! Y falta la respuesta…
Pero como el buque insignia desvencijado y mohoso de El País se debe a sus amos y asnos globalistas y pierde una burrada de millones y hace aguas por los cuatro costados y tienen que poner una derrama para que se mantenga a flote, la última en acudir en ayuda a tapar las vías de agua es la marisabidilla globalista Ana Patricia Botín, que al parecer tiene falta de papel higiénico para limpiarse el culo y le viene bien unos rollos macabeos del «periódico global», más claro, agua, la que nos evitan, la que nos roban, para nuestra desgracia, la AEMET, la bruja Teresa Ribera y Perico Sánchez…Pues repite como un papagayo eso de la condensación de agua, la última moda garrula y mostrenca en propaganda, que ya no cuela. ¡Tanta condensación de agua por los cielos y aquí en el «planeta«, que dicen a coro las ranas ecologetas o ecofascistas. no nos cae ni una gota! Pero, alma de cántaro, Victoria Torres Benayas, que torres más altas han caído, los aviones modernos, que os pasáis mil pueblos en flatulencia mental, que os montáis una diarrea para imbéciles, no expanden «estelas de condensación en ningún caso y a ninguna altura«, dice Enrico Gianini, aeroportuario italiano, cuya entrevista en la televisión italiana te invito a ver mañana en Rambla Libre, para que te ilustres, ignorante, por lo que «todo lo que sale blanco es aditivo» y con «esta tecnología buscan quitarnos el agua», ni más ni menos, alma de cántaro.
Eso que llamáis periodismo -cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia- se parece más a la prostitución sagrada babilónica que se ejercía para la adoración y la veneración de las diosas de la fertilidad, como Ishtar. En este contexto, las mujeres jóvenes y vírgenes eran entrenadas en los templos para complacer a los clientes y no decir ni mú, de ahí el dicho que callas más que una puta babilónica. O una periodista globalista. Aunque vosotras, en vuestro oficio, sois muy matracas y dicharacheras, al igual que los chaperos, pero sin el placer de la prostitución sagrada. Dais mucho asco.
De Madrid al cielo fumigado.