Enrique de Diego.
Cuando se ha producido la conjunción del poderío en audiencia del programa La Voz de César Vidal, el único capaz de doblegar a los globalistas, con el mensaje directo, claro y contundente de mi libro «¡No votes!» se ha producido el milagro. Un libro que sesteaba sin pena ni gloria, situado por detrás de los puestos 1.900, que no se movía, de pronto ha escalado como un rayo a los puestos 6 en tapa blanda de estructuras políticas y al 8 en edición kindle y ha dotado de un proyecto político coherente, la república constitucional, y de un arma estratégica definitiva. la abstención adjetivada de activa, a todo un conglomerado trasversal de críticos y opositores al sistema, a una serie de minorías que van a ser mayoría.
Este hecho fundamental y decisivo, llamado a cambiar la historia, convierte al programa La Voz de César Vidal en histórico, com tuve interés en recalcar al comienzo de la entrevista que me realizó la jefa de infrmativos, María Jesús Alfaya, con su gran profesionalidad. Alfaya realiza unas espléndidas entrevistas con el secreto de que se las prepara a fondo; se lee los libros, estudia a los autores y el diálogo resulta fluido e ilustrativo. La selección de la cita de «¡No votes!» fue un acierto pleno, que me emocionó.
Dije que el libro «¡No votes!», gracias a la espléndida promoción que recibió en ese torbellino de audiencia que es La Voz de César Vidal, está llamado a ser el nº 1 más vendido y a quedarse, cambiando por completo el discurso oficial haciéndole saltar hecho añicos, hasta convertir la abstención, desletimgadora del origen del sistema de castas gencidas, en la opción abrumadoramente ganadora y liberadora. Ahora hace falta que «¡No votes!» se regale, sea un libro de regalo, a los que dudan de dar el paso para extender el mensaje abstencionista, con su potente carga revolucionaria, como una balsa de aceite capaz de arrollar al sistema y salvar a la sociedad, pues al conseguir plasmar la masa crítica pueden afrontarse las absurdas estrategias totalitarias globalistas y pasar a etapas demoledoras como la definitiva insurrección fiscal. Todo gracias a La Voz de César Vidal.