Enrique de Diego.
Salió de los primeros a habla claro del genocidio que iban a ejecutar con las timo vacunas y salvó muchas vidas. Le recuerdo en apariciones, pocas y estelares. Al lado de Josep Pamies diciendo que estábamos en la lucha entre el bien y el mal, como un Profeta, del que se habrá sentido orgullosa la gran Lucía Bosé, tan devota de los ángeles, sacrificada en el gerontocidio en el Hospital de Segovia a donde fue llevada desde Turégano. Le vi junto a Viviana Canosa diciendo que «me encierran, me secuestran pero sigo con mi vida» y que ya les conocemos a los asesinos, ya sabemos donde viven. Y que el gobierno te protege es una mentira cochina. Siempre hablando claro, de rompe y rasga, como en la reciente entrevista en El Hormiguero con Pablo Motos.
¿Qué tiene Miguel Bosé que los covidianos no pueden con él? Porque han hecho de todo. Icono de la izquierda de la ceja, sodomita, todo el perfil de un hombre del sistema, pero que se ha rebelado y no le han callado, aunque lo han intentado, suspendiéndole su cuenta de twitter, sacándole de las televisiones, ridiculizándole, haciendo el gesto de que estaba loco, de que nosotros, los racionales, los héroes luchadores, los defensores de la ciencia con el método de prueba error, éramos como Miguel Bosé, decían echando su mano a la cabeza y dándole vueltas.
Y de pronto ha pasado algo importante. Es fichado para un concurso televisivo de la 1 y sale en prime time en uno de los programas de más audiencia, sin ceder en nada, diciendo las verdades del barquero. Vamos ganando, hemos ganado todos con la victoria de Miguel Bosé, porque su retorno sólo puede tener una doble lectura: o las televisiones se han dado cuenta de que el movimiento «apaga la tele», lanzado por el tuitero zuleypa, y seguido por todos los purasangres y los arrepentidos, y tratan de recuperar la audiencia perdida (ese movimiento ha conseguido que los españoles vean 24 minutos menos de media, es decir que ha habido mucha gente que ha apagado la televisión) o se han dado cuenta de que mucha gente les tiene ganas por su papel estelar en el engaño y en los asesinatos de 140.000 españoles en el gerontocidio y decenas de miles con la masacre de las timo vacunas, llamado eufemísticamente sobremortalidad. O las dos cosas a la vez, pero algo pasa, algo muy positivo que tiene en Miguel Bosé su paradigma.
Vamos ganando. El enemigo se mantiene silente o pide tregua y misericordia, sin atreverse a decirlo con la boca grande. Vamos ganado por eso echan mano, recurren al que habían situado con enemigo público número 1. Han tenido que rendirse a Miguel Bosé. ¿Qué tiene Bosé que los covidianos no pueden con él?
Miguel Bosé, clarividente: La narrativa se acaba y ahora sabemos donde viven