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Florida marca la diferencia y lanza a Ron DeSantis a la candidatura para la Casa Blanca

Redacción




Virginia Montes.

Florida marca la diferencia con una victoria abrumadora de los republicanos, tanto Marco Rubio como Ron DeSantis, con 19 puntos, que le lanzan hacia la candidatura a la Casa Blanca. El voto hispano deudo de los demócratas es una ensoñación para los cubanos y venezolanos de Florida que ven como Joe Biden lleva a Estados Unidos hacia un amorfo socialismo con complacencia con los tiranos.

Un discurso que no cuaja en Florida donde Ron DeSantis ha declarado el 7 de noviembre, víspera de la elección, el día conmemorativo de las víctimas del comunismo. En su discurso de victoria, Marc Rubio dijo que su oponente, Val Demings, gastó una fortuna —66 millones de dólares— en una campaña fracasada. «Ninguna cantidad de dinero podría convencer a la gente que escapó del marxismo y el socialismo de que EE.UU. debería abrazar el marxismo y el socialismo».

Pero no esa la única cuestión, Ron DeSantis se ha enfrentado a toda la agenda globalista: ha rechazado la timo vacunación prohibiéndola para los jóvenes ante la mortandad alarmante del 84%, plantó cara a los planes pedófilos y satánicos de Disney quitándole el privilegio de ser un estado dentro del Estado, prohibió el adoctrinamiento en las escuelas dentro del género fluido… Un discurso fuerte y resolutivo.

Lo resaltó en su discurso de victoria dejando claro sus principios: «Hemos abrazado la libertad. Hemos mantenido la ley y el orden. Hemos protegido los derechos de los padres. Hemos respetado a nuestros contribuyentes, y rechazamos la ideología ‹woke›… Nunca jamás nos rendiremos ante la turba ‹woke›. Florida es donde el movimiento ‹woke› va a morir». El llamado movimiento ‹woke› es el del votante concienciado de izquierda, defensor de la estupidez de la corrección política.

Por eso, y ante el respaldo, puede enorgullecerse de Florida como un oasis de libertad y de sensatez: «En los últimos 4 años aguantamos todos los ataques de la izquierda, fuimos un oasis de libertad cuando el mundo enloquecía, y hoy el pueblo nos dio su veredicto».

El ascenso ha sido exponencial y el refrendo altamente significativo. Ron DeSantis llegó a gobernador con una escasa diferencia de 30.000 votos y ahora saca 1.300.000 a su oponente demócrata. En 2020, Trump ganó allí por el 50% de los votos. DeSantis supera el 60%.  Incluso el condado de Miami-Dade, antes feudo demócrata, con un electorado claramente hispano, se ha tornado nítidamente republicano.

Donald Trump debe dejar paso

Un Ron DeSantis claramente reforzado, encarnando el alma de los Estados Unidos, se presenta como el mejor candidato para ganar las primarias republicanas a la presidencia, frente a un Donald Trump que no sacudió los cimientos del Estado profundo y del pantano, que mantuvo a Anthony Fauci al frente de los CDC y controlando la FDA, que ha presentado las timo vacunas como un logro de su presidencia e incluso él se ha pinchado tres veces.

El tiempo de Donald Trump ha pasado: queda el recuerdo de una buena gestión económica y una excelente política exterior, con cuatro años de paz. Ha conseguido moldear al partido republicanos con unos candidatos alejados de las maneras pactistas del aparato y ha sido el azote de los desquiciados progres woke. Debe ser respetado, como el hombre que consiguió salvar a Estados Unidos del desastre moral pero eso lo conseguirá ayudando a llevar a Ron DeSantis a la presidencia en 2024.