AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


AFECTADA POR LA TIMO VACUNA: Johana: «Yo no me pincho más», es el clamor popular

Redacción




Johana Fernández Martínez. Afectada por AstraZeneca y Pfizer. San Vicente del Raspeig, Alicante.

A galope en solitario… es una sensación en la mayoría de las horas del día, siento que cabalgo sola en esta cruzada que es la nueva vida. La “pandemia” va quedando atrás para la inmensa mayoría de la población y la puesta en escena va perdiendo fuerza, prueba de ello es la voz del pueblo, – “yo no me pincho más” es una de las expresiones que más se repiten en los distintos círculos sociales por los que me muevo. 

Mientras todo esto va cayendo como castillo de naipes, quedamos los que para nosotros se ha convertido en nuestro presente mientras duren nuestras vidas. El tiempo se paró para miles de personas y pase el tiempo que pase, nuestra vivencia será siempre presente. 

Me resulta muy complicado no ser completamente autónoma, aún resulta más difícil hacer visibles las innumerables necesidades que surgen durante todo un día sin tener que pedirlas, tal vez el mundo que gira a mi alrededor cuesta asomarse, “lo que importa no es lo que miras, sino lo que ves”. Tal vez el aprendizaje sea este, un movimiento interior caminado en solitario y lleno de muchos silencios. Tal vez sea esto de lo que también se trata. 

Esta semana me encuentro muy reflexiva y enormemente agradecida… la imagen que proyecto es sobre un caballo blanco, esbelto, fuerte y decidido en el que me lleva a toda velocidad sin mirar atrás a lo largo y ancho de la orilla del mar y sola. Pensaba que el momento de la muerte debe de ser algo similar donde nos vamos solos. A veces resulta un gran esfuerzo no pensar en ella como algo que, aunque nos sucede a todos, es como que en mi carpeta hay un “contiene apartado”.

Llevarme al sueño quizá en mi subconsciente donde habitan mis preocupaciones, allí cobran vida y vi un lugar rocoso rodeado de agua, posiblemente un lago y allí varios niños y niñas jugando muy al borde, mi hija entre ellos y en un instante desapareció de mi campo de visión, no la veía, no la veía y algo se movía en el agua y supe que era ella la que estaba bajo del agua. 

Me lancé y pude alcanzarla cuando apenas no podía distinguir nada, tardamos en salir al exterior, casi sin aire conseguí sacarla y respiró… Es mi “sino”, ¡permiso para acompañarla mientras crece y sacarla hacia adelante!

Esta semana por fin los resultados del quiropráctico, – “si todo estuviera como el resto de la columna hacia abajo, nos veríamos una vez al mes, pero aún tenemos tensión a la altura del cuello”, entonces seguimos de cuatro a cinco semanas más una vez a la semana. Estoy feliz por mis progresos visiblemente en el cuerpo físico a nivel motor que va de la mano a mi estado anímico. 

Me han realizado análisis de todo tipo, de sangre etc. Sabremos cómo están los valores en la próxima semana, a ver si es posible que las hadas trabajen duramente para subir esos números y tener más cerca los remos en mis manos. Cuanto deseo volver a estar en el Falucho. Mientras tanto me alegraré la vista viendo como mi hijo mayor Unai, prueba por primera vez este deporte, el próximo martes. 

Estos días han transcurrido con muchísimo picor de manos, escozor, se me han abierto cuatro dedos y ya no sé dónde más meter las manos para aliviarme. Quitarme el cinturón del coche, cortar con el cuchillo y tenedor los alimentos o sacar la medicación del blíster son otras de las rutinas como grandes retos. Una conjuntivitis en ambos ojos ha venido a visitarme, pero no importa, aquí estoy, resiliencia. Nada ni nadie va a arrebatarme las ganas de sanar y de luchar. 

Palabras como cámara hiperbárica, ozonoterapia entran en mi vocabulario con el ímpetu de investigar si funcionaría conmigo, de nuevo terapias muy costosas, no están al alcance de cualquiera.

Como decía, reflexiva y agradecida… agradecimiento a un ser de luz que llegó a mi vida a través de mi profesión y vocación como es la docencia, me ha hecho un regalo, ella puso su voz a mi historia y mi historia ha cobrado vida. Le ha llevado horas, horas y horas de trabajo altruista en un estudio. Como le dije, no tengo palabras de agradecimiento suficientes para este gesto que has tenido conmigo. Enormemente gracias a los dos por dar el soporte que necesitamos los adversos y como regalo que he recibido, regalo que va a ser compartido. Ni más ni menos que mi libro “Soy Johana: Mi testimonio” en Audiolibro. 

Será compartido para que pueda escucharse desde las mismas estrellas, cuando lo tengáis, compartir compartir y compartir, con este gesto estamos mostrando a la humanidad lo que nos prohíben verbalizar. La verdadera realidad.