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Guerra entre globalistas en Twitter: El enemigo se cuartea

Redacción




Luis Bru.

Guerra entre globalistas en Twitter. El frente enemigo se cuartea y da la impresión de que se va a hundir. Elon Musk despide a la mitad de los 7.500 operarios, sería mejor llamarles censores al servicio de la agenda 2030 y el asqueroso nuevo desorden mundial. Musk, un hombre del sistema, que vive de las subvenciones y del globalismo, argumenta para los despidos que el chiringuito del pajarito pierde 4 millones de dólares diarios.

Este «absolutista de la libertad de expresión» de pasta flora ha bastado que haya una rebelión de los anunciantes, empezando, significativamente por la genocida Pfizer, cuyo CEO, Albert Bourla dice que quiere reducir la población del mundo a la mitad en 2023, y por L’Oreal, que huele a fétido globalismo, para que Musk, un chico que ha hecho su fortuna sangrando al contribuyente y desarrollando sus sueños húmedos y genocidas de poner un chip en cada mente humana, para que el chico de los recados del globalismo se rile y se cague por la pata abajo y prometa en arameo que la «política de moderación», léase de censura pura y dura, seguirá siendo tan dura y estricta como ahora. ¿En qué quedamos patán Musk?

Musk la única ocurrencia que ha tenido es cobrar 8 dólares para verificar las cuentas personales. La respuesta contundente de Stephen King ha sido que deberían pagarle a él. Auguramos poco éxito a la voracidad recaudatoria de Elon Musk, al que, por cierto, le explotan los Tesla porque sus baterías son de litio, como le explotan sus navas de SpaceX con las que va a colonizar Marte pegándole el sablazo al contribuyente.

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Guerra entre globalistas, que indica el principio del fin de la broma macabra genocida. Guerra despiadada. Los empelados recibían un correo primero: «Antes de las 9 de la mañana del viernes 4 de noviembre, todos recibiréis un correo electrónico individual con el asunto: ‹Tu rol en Twitter›. Por favor, revisad el correo electrónico, incluyendo la carpeta de spam. Si tu puesto no se ve afectado, recibirás una notificación a través de tu correo electrónico de Twitter. Si su empleo se ve afectado, recibirás una notificación con los próximos pasos a través de tu correo personal». Para después otro, con la píldora del despido sin azúcar: «Twitter está llevando a cabo una reducción de plantilla para ayudar a mejorar la salud de la empresa. Estas decisiones nunca son fáciles y con pesar te escribimos para informarte que tu rol en Twitter se ve afectado. Hoy es tu último día de trabajo en la empresa, sin embargo, seguirás siendo empleado de Twitter y recibirás compensación y beneficios hasta el 2 de febrero de 2023».

En la cloaca que es Twitter España han caído todos. No se dedicaban a programar, no eran esenciales, su función era muy simple: a censurar a favor de la corrección política y especialmente de las timo vacunas genocidas. Ojalá nadie les dé trabajo y tengan que vivir debajo de puente el poco tiempo en que tengan que responder de su complicidad en la matanza. Nada de delito de odio, simplemente imponiendo la mentira genocida, masacrando a quien informaba de la verdad, como a nuestro editor, Enrique de Diego, quien se enorgullece de la tropelía.

Elon Musk, como un pollo descabezado, deambula por el campo, siempre voluble, tratando de cambiar de bando, oliéndose las noches de antorchas y horcas, y no le dejan salir del redil. La libertad de expresión y Elon Musk son una antinomia, un oximerón.