Enrique de Diego.
En mi diccionario, el peor insulto es llamarte globalista, más que grandísimo hijo de la gran puta, porque eres el enemigo que buscas la perdición de tu pueblo, de tus conciudadanos; eres un vendido, un chiquilicuatres, un sátrapa obedeciendo órdenes, como un sargento chusquero de las SS, gañán. Cometiste el crimen abominable, por el que pagarás, de asesinar a tu propio pueblo a golpe de pinchazos, de confinarnos en un golpe de Estado anticonstitucional, manu militari, degradando a los policías a guardianes de un campo de concentración nacional, ¡qué vergüenza, qué ponzoña!
No eres más que el lacayo, el lameculos, el tiralevitas, el abrazafarolas de los globalistas; el pardillo del gran reseteo y el gran reemplazo; pero tus días de gloria han pasado. Hiciste un viaje vergonzoso a Estados Unidos para recibir consignas de George Soros y el de Black Rock, te entrevistaste en Moncloa con George Soros y recientemente con Bill Gates, sucio globalista, escupidera de los globalistas.
Con estos mimbres se hace el cesto de la inflación. Porque la inflación es inducida, eres tú; sois todos vosotros, esta clase política inmunda y traidora, gravosa y elefantiasica; insoportable e inflacionaria. Y vas dices las mismas paridas delirantes que nadie cree: que los incendios son a causa del timo climático y no de tus malas políticas, de nuestros bosques sin cuidar, de los que cobran subvenciones porque haya fuego, por las criminales políticas «verdes», negras como el hollín, marrones como la mierda.
Te agitas con el baile de San Vito en el escenario como un boxeador sonado queriendo aparentar que mantienes la iniciativa, cuando estás desbordado por todos los lados, cuando no sabes por dónde te da el aire, como si la inflación no fuera inducida, como si la inflación no fueras tú. Ahora te vas a Bruselas, siempre en el avión oficial, abuso permanente, a decir no sé qué del CO2. Mentira tras mentira, grosera mentira, España se ha convertido en una gran mentira, en una cloaca de mentiras, con el pueblo dándoos cada vez más la espalda. ¿No prometió demente Biden convertir en un «paria» a Putin? ¿No teníais todo el gas licuado amarrado? Como coger el helicóptero para recorrer 2 km y decir a los españoles que ahorren energía.
Pero se va a acabar la mentira que eres Pedro Sánchez, figurín, porque ya se soporta el abismo que va creciendo entre la España oficial mierdosa que padecemos y la España real doliente. España inflacionaria camino de la recesión, en la que ya ha entrado los Estados Unidos de demente y sobón Biden. La recesión es cuando el vecino pierde su trabajo. La depresión es cuando uno pierde el propio. Y la recuperación es cuando Pedro Sánchez pierde el suyo.
Mi previsión del tiempo social: otoño muy caliente, largo y gélido el invierno y en primavera florecerán las guillotinas. Attende tibi.