Enrique de Diego.
Con esa cara, muy apropiada de empleada de pompas fúnebres, ya que tu función es servil y te debes dedicar a vender esas arnas letales de bioterrorismo, Carolina Arias, ya vas a por la cuarta dosis o segunda de refuerzo, que dices, ya estás tardando en hacer el ridículo, pues como dice un amigo «me he llevado la sorpresa de que teniendo las tres dosis de Moderna he cogido el covid».
Pero tú, lacaya, tienes que responder a los contratos de la Unión Europea y repartir las dosis «para toda la población», aunque se va vacunar Rita cantaora. Porque esto ya suena a cosa.
En la televisión italiana, un periodista pregunta a la profesora Anna Teresa Palamar, directora del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Instituto de Salud de la Universidad italiana, así como miembro del Comité Científico del Instituto Pasteur italiano y presidenta de la Sociedad Italiana de Microbiología. ¿Por qué hay tantos casos de infección. ¿Qué está pasando aquí? Responde: «La razón es que en Italia, como en otros países europeos, esta variante afecta sobre todo a las personas vacunadas, es decir, a las personas vacunadas con tres dosis».
No habéis matado bastante con tres dosis y se precisa una cuarta para seguir eliminando población, al tiempo que las criminales farmacéuticas siguen haciendo caja y negocio, que ya está hecho, que ya están firmados los contratos con la muy corrupta y asesina Unión Europea, así que mejor las tiras a la basura.
O funcionar con el protocolo escandaloso del Hospital de Alicante, donde en la atestado sala de espera conviven los inmunodeprimidos y los enfermos del coronavirus, así a ver si los primeros caen y mueren de una vez, y se da la extraña circunstancia de que la buena de Johanna Fernández padece esa putada de los efectos adversos de la doble pauta AstraZeneca y Pfizer, «la buena», que decía mendazmente la propaganda mortífera.
Ya anuncié que «Yo no me vacunaré», así que me importa una higa tus planes genocidas, de los que responderás más pronto que tarde, pero te advierto que el personal está ya harto escamado, con una timo vacuna que ni impide el contagio, sino que provoca un Resines, ni tampoco la transmisión, sino que la extiende, porque sólo se infecta los que se han puesto la tercera dosis. Blanco y en botella, canallita. Total, que la cuarta dosis o segunda de refuerzo -¿de qué?- se la va a poner Rita la cantaora; bueno, mejor ni Rita la cantaora se la va a pinchar.